¿Lo escuche bien? ¿Acaso me acaba de llamar pequeña?, me giro para poder verlo mejor y creo que no fue buena idea, al momento que nuestras miradas se encuentran recuerdo porque me enamore de él, mis abejas asesinas regresaron, están en revolución y mueren por salir en vuelo. Lo veo, sé que me está hablando por que veo sus labios moverse pero no lo escucho, lo estoy observando de una manera atenta, analizo su rostro y me doy cuenta que sigue siendo el mismo, su sonrisa sigue ahí, no es la misma de antes pero se hace presente, su cuerpo, Dios su cuerpo debería ser pecado, esta mas musculoso que antes, se nota que se a estado ejercitando, pero cuando llego a su cintura me detengo ¿Qué estoy haciendo? ¿Acaso se daría cuenta que me lo estoy comiendo con la mirada? Y sin pensarlo más regreso mi mirada a su rostro y ahí está de nuevo, esa sonrisa de la cual me enamore y sin pensarlo más sonrió.
-¿Acaso tú me estabas analizando?- lo dice con un poco de gracia y yo solo ruedo los ojos- hola Alex, ¿Qué es lo que quieres? – Veo que su sonrisa se borra al notar el tono molesto que utilice- ¿podrás regalarme unos minutos? Veo que vas de salida y no te quiero retener más de la cuenta- asiento con mi cabeza y lo sigo, nos dirigimos por un pasillo para tratar de llegar a un lugar dentro de la casa que no esté tan abarrotado de gente y nos permita hablar; llegamos a un cuarto cerca de la cocina, lo veo tomar una copa y me la brinda, él toma una similar a la mía y nos adentramos al lugar; afuera se escucha la música y los invitados divirtiéndose pero aquí en este lugar, hay un silencio un tanto incomodo, quiero salir corriendo de aquí, no me importa parecer una cobarde si con eso protejo mi corazón.
- ¿Cómo has estado? – Se gira para poder verme bien - ¿y tú?- sé que me está observando, siento su mirada y esto me pone aun más nerviosa- te diría que bien pero no me gusta mentir- me contesta con una seguridad que en estos momentos le envidio- Alex ¿Qué es lo que quieres? – Veo que deja la copa en la mesa y gira por completo su cuerpo -tenía más de seis meses sin verte, te eche de menos, ¿acaso tú no? – Guardo silencio, no sé qué decir -¿Por qué nos etas haciendo esto?-me giro para quedar frente a él, nuestras miradas se cruzan y ese cosquillo que empieza en mi nuca y se extiende por mi cuerpo se hace presente, lo veo levantar su mano y jugar con un mechón de mi cabello, poco a poco acerca su mano a mi cara y la deja sobre mi mejilla, mi piel se eriza al sentirla y por inercia acepto la caricia, bajo la mirada y al parecer él nota mis nervios, coloca su mano en mi barbilla y así levanta mi cara para poder verme a los ojos – sigues igual de hermosa pequeña- me ruborizo, sí que cliché pero es que lo tengo tan cerca, sentir su aliento cerca de mi piel, su voz, su aroma, me siento en el precipicio y sé que caeré; observo sus ojos y tienen ese brillo que los caracterizaba, ese que tanto me encantaba; sin darme cuenta lo tengo tan cerca, sus manos bajan a mi cintura y siento la presión que hacen en ella, él baja un poco más para así estar más cerca de mis labios y nuestras respiraciones se mezclan y cuando creo que me besara se escucha un carraspeo a lo lejos, de inmediato nos separamos, me giro para poder ver quién es y veo a Luis sonreír, es una sonrisa un tanto burlona tan característica de él – vaya pero si aquí están, fue difícil encontrarlos he, espero no estar interrumpiendo nada- entrecierro mis ojos un tanto molesta con él, que le pasa por insinuar algo así – para nada hermano, dime para que somos buenos – veo como se acercan y se dan un abrazo, recuerdo que no se saludaron y pretendo retirarme para darles su espacio; en silencio camino a la salida del lugar y escucho como me llaman- Ana!- me giro aunque sé quien me llama, su voz jamás se me olvidaría- Tú y yo no hemos terminado- logro asentir con la cabeza y salgo de ahí.
La fiesta llega a su fin, los invitados se retiran y nos despedimos de nuestros amigos que se tomaran solo este fin de semana de luna de miel, ninguno quiere dejar mucho tiempo sola a Anelí quien quedara al cuidado de los abuelos, me despido de ellos y estoy por llamar a un taxi para poder marcharme a mi departamento cuando escucho pasos que se acercan, sé quien es antes que llegue a mí, su aroma es tan singular que en cualquier lugar lo reconocería – venga te llevo, no voy a dejar que te marches en un taxi con un desconocido, es tarde y no es de fiar- giro los ojos y doy un paso al frente para poner más espacio de por medio- es un servicio que utiliza la mayor parte de la gente a cualquier hora del día, es un servicio casi seguro, además no es la primera vez que lo uso, así que gracias pero ya lo llame- termino de hablar y el solo sonríe, como si verme molesta le causara gracia- por más que discutas pequeña, sabes que esta la ganare - ¿puedes dejar de llamarme de esa manera?, te recuerdo que tengo nombre- suelta una sonora carcajada y sin querer sonrió- lo sé Ana, jamás lo olvidaría, sólo que para mí siempre serás mi pequeña- lo ignoro y observo que ya llego mi taxi, me dirijo a él para poder marcharme pero él se me adelanta, quiero correr para impedir lo que sé que quiere lograr pero estos hermosos zapatos no se hicieron para correr, veo que se dirige al chofer y le da unos billetes, el hombre sin más se marcha – ¿qué carajos crees que estás haciendo?, ese era mi taxi, ¿por qué demonios lo despachaste?- estoy furica, molesta, quiero golpearlo- pequeña fui muy claro, te vas conmigo por las buenas o por las malas - no, te equivocas tú dejaste muy claro todo hace tiempo y las cosas no han cambiado, que sea amable contigo no quiere decir que olvide todo lo que tú me has hecho, así que hazme el favor de dejarme en paz- me dirijo a la salida del lugar pero lo siento tras de mí, sin girarme para poder verlo, levanto un poco la voz- fui muy clara Alex, aléjate de mí, doy algunos pasos y cuando siento que he ganado siento que me levantan por los aires- Alex! Bájame!- comienzo a patalear, me muevo y lo golpeo para poder bajarme- pequeña recuerda que siempre cumplo mis promesas- camina hasta un auto que nunca le había visto, es un jeep mercedes mg color negro, abre la puerta del copiloto y me deja en el asiento no sin antes asegurarme con el cinturón de seguridad, cierra la puerta y trato de salir pero veo que la bloqueo el muy maldito, desbloquea su puerta y sube, me mira y sonríe, tiene en su cara una sonrisa triunfante y mis ganas de golpearlo crecen- deja de sonreír de esa manera si no quieres que te golpee y hablo en serio Alex, etas acabando con mi paciencia- lo veo levantar las manos en señal de rendición- lo siento, no quiero hacerte sentir mal pero bien sabes que debemos hablar, al menos dame eso por favor- su tono de voz cambia, ya no se escucha alegre, esta vez se escucha un tanto nostálgica y eso hace que duela mi corazón- está bien Alex, pero por favor que sea rápido, estoy algo agotada- enciende el auto y salimos del lugar, no sé a dónde me lleva y que va a salir de esto pero la intriga puede mas y me dejo llevar.
* A donde la llevara Alex?
** Se reconciliaran?
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Y Como Mirarte
RomanceEs una historia de amor de dos almas que están destinadas a estar juntas, tendrán dificultades en el camino pero siempre encontraran la manera de volver a unirse. Por que dicen que el amor todo lo puede