Anoche volví a soñar contigo. Y, mierda, era un sueño demasiado lúcido. Volví a soñar que estabas frente a mí. Que me mirabas y me abrazabas. Nunca olvidaré como se sintió ese onírico abrazo. Se sentía tan cálido el estar entre tus brazos. Y deseaba que ese momento no se acabara nunca. A veces son tantos los deseos que tengo de sentirte. No sé muy bien en qué momento empezaron todos estos sentimientos y, sinceramente, hay momentos en los que los odio. Las ganas que tengo de tomar tu mano, que desprende un extraño y confortable calor, entrelazar nuestros dedos. Las ganas que tengo de un abrazo tuyo, de esos largos, cálidos, en los cuales no hace falta decir nada para expresar lo que se siente. Son deseos que nunca se cumplirán.
Me gustaría poder explicar todos estos sentimientos claramente y sin miedo, poder decirte todo de ti que es irresistible para mí. Pequeños, muy pequeños detalles que hacen que aún así pierda la puta cordura.
Ahh... dios, el tiempo sin verte se me hace muy largo.No quiero que respondas esta carta que estoy escribiendo locamente, esta no es más que otra de las muchas locuras que ya he hecho para intentar conseguir algo de tu corazón. Aunque ni siquiera sé si la leerás.
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Sólo decirte que anoche volví a soñar contigo.
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Yo.
RandomAbrí los ojos. Se escuchaba una tormenta afuera. El viento chocaba contra las persianas exteriores de mi habitación, haciendo que choquen contra la ventana y provocando un estruendoso sonido. Me quedé mirando el techo durante 10 eternos minutos, pen...