Una tormenta incesante

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***poned el video mientras lo leéis si gustais***
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A medida que la música invade mi mente mis pensamientos se hacen más y más borrosos. Son días de culpa, días de dolor, días que no paran de llevarme a momentos de nostalgia, a comparar el paso irremediable del tiempo en la gente y en mí misma. Me come por dentro el enorme deseo de detener el tiempo y rehacer todo de nuevo. Una tormenta incesante cae sobre mí y mi alrededor. Una lluvia ácida como limones en heridas completamente abiertas y ardientes, heridas calientes, hirvientes, rojas, rojas de la sangre que expulsan que de manera inútil intentan hacer expulsar también los pensamientos tóxicos de mi mente, pensamientos ácidos.

Y ácido es lo que siento porque no puedo sentir tu piel, ácido hirviente que me quema desde la piel a las más escondidas entrañas de mi cuerpo, me quema las neuronas, no me deja pensar con calidad, me llena las noches de irremediables dilemas y emparanoia mi mente con fantasías negras.

Cada día que pasa, cada vez más fuerte la tormenta, no para de arrancar con brutal delicadeza las hojas del cerezo de invierno. Mírame, cerezo, di que te avergüenzas de mí, porque no quiero escucharlo más de mi propia cabeza. Le quito las pilas a todos los relojes con la falsa esperanza de que así se pare el mundo cuando sólo necesito el tacto de tus labios para encontrar lo que tanto ando buscando. ¡Cuántos años esperando una presencia estática, inmóvil en su totalidad, que pueda traer sosiego a este valle de locura! Pero nadie me dijo nunca que tenia que cruzar ese valle antes de llegar a él. 

Cerezo, dime por qué apago las estrellas que quiero encender, por qué rompo los vidrios a los que limpio las gotas de la lluvia constante de la calle, por qué no puedo conseguir que las cosas se queden así como estaban, ¿por qué?

Hablo con las sombras de mi cabeza, o sólo las escucho. Ellas me susurran a gritos, hablan todas a la vez, ¿qué buscan? Oigo claro mensajes autodestructivos que se comen mi alma y dejan mi corazón desprotegido y como una niña pequeña busco consuelo porque soy incapaz de aguantar mi propio llanto por mí misma.

Le subo el volumen a la música, intento no escuchar las gotas de lluvia que le dan percusión a los gritos ahogados de mis sombras, pero la lluvia empieza a salir de mí, irremediable, por mis ojos cristalinos, brillantes y quebrados. Quiero saber cosas, quiero saber qué quieren. 

Retirar todas las nubes y buscar entre las estrellas esa frase que me solías decir con el calor de tu corazón:

"Te amo."

Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora