Tick-Tack

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*27 de Noviembre de 2016. 1:11 a.m.*
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Un árbol. Está seco. Una muchacha se encontraba sentada a los pies del árbol. Tenía la tez muy pálida, pareciera como si estuviera casi muerta. No se oye nada, sólo un sonido como el Tick-Tack de un reloj analógico. La joven tiene la mirada perdida hacia el horizonte. "Tick, tack, tick, tack.". Hace frío, no sopla el viento. La chica deja caer su mano en la tierra y ésta se queda adherida a la palma de ella. Mira el cielo: no hay sol ni hay luna. No hay estrellas, no hay nubes, quizá no haya ni cielo. Mira al frente: un desierto de tierra se extiende hasta el infinito. No hay una planta, todo está muerto. "Tick, tack, tick, tack, tick, tack, tick...".

Se oye el sonido de una rama seca desprendiéndose del árbol. Levanta polvo. "Tick, tack, tick, tack". ¿Qué hay ahí? Nada. Vacío. Muerte. Todo. Está muerto. Nada existe. ¿El árbol? No existe. ¿El cielo? No existe. ¿La tierra? No existe. ¿La joven? No existe... No hay nada ahí. No hay... nada. No hay viento, no hay luz. No hay oscuridad, no hay nada. No hay nada feliz, no hay nada triste. Nada bonito, nada feo, nada que te haga sentir algo más que no sea nada.

Un reloj que marca siempre las 1:11 hace un Tick-Tack. Eso es lo único que hay.

No hay sentimientos ¿Dónde están? ¿Dónde se perdieron? Las lágrimas no llegan a caer nunca al suelo, se secan antes de salir de los ojos. Caras inexpresivas son envueltas en que se supone que son emociones. Palabras vacías solo hacen frases vacías. Los caminos se cortan, te dejan inmóvil, no puedes caminar.

Tienes miedo. Hay miedo. No lo muestras. Hay miedo. "Tick, tack". Quieres correr. Abandonarlo todo y echar a correr. Algo hiciste mal, lo sabes perfectamente, pero está tan borroso que no puedes ver. Pasado, presente y futuro se unen. No existe nada, todo se destruye. No sabes que sientes, qué tienes que hacer. Todo va muy rápido, no piensa parar sólo por ti: no eres excepción. Quieres morir, quieres parar esto. Tu cabeza enferma quiere explotar. No tienes sentimientos, todo se arruinó tanto que quieres ahogarte con tu propia mente. Agarras tu cabeza, gritan. Deseas que paren, que callen, que cesen, pero ya es demasiado tarde, no todo es como antes.

"Tick, tack, tick, tack"

Sólo había un reloj. Marcaba las 1:11. Siempre lo marcaba. "Tick, tack".

"Tick, tack"

"¿Jugamos a la cuerda? Es como columpiarse con el cuello".

"¡Me pido primer!"

Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora