Strong | Carl Grimes

~ 46 ~

Eran al rededor de las 12 de la tarde, estaba caminando por las calles de Alexandria. Hoy no tenia nada que hacer y por lo tanto estaba muriendo de aburrimiento. Cansada de tanto caminar decidí volver a casa, Carl estaba sentado en el sofá mientras jugaba con Judith. Me senté a su lado y cargué a la pequeña.
De pronto Maggie entró a la sala.
-¿Dónde está Glenn? -Preguntó ella

-Esta haciendo guardia en el muro. -Respondí y ella asintió.
Iba a salir de casa pero se detuvo y volvió.

-Oh, casi lo olvido. Felicidades Carl- Le dijo ella dándole una sonrisa que él imitó para después salir de casa.

Me quedé en silencio unos segundos.
-¿Felicidades? -Pregunté confundida. Pero luego capté. -¿¡Es tu cumpleaños?!

Él sacudió sus hombros.
-Quizás.

-¿Por qué no me lo dijiste? -Le Pregunté cruzando mis brazos.

-Yo tampoco sabía, ni siquiera que día estábamos. Papá me lo dijo ésta mañana. -Rió divertido. -No es gran cosa.

-¿Cumplir 17 años no es gran cosa?

-Ellen, por dios. -Rodó los ojos.

-Pude haberte preparado un pastel o darte un regalo. -Reproché.

-No es necesario, Ellen. Mientras estés conmigo es el mejor regalo que me puedas dar. -Me respondió dándome un beso en los labios.

-Que cursi eres-Reí

-Ese término suena empalagoso. A esto yo lo llamo ser romántico. -Me guiñó el ojo.

Nos quedamos en silencio unos minutos. Cerré mis ojos, disfrutando el silencio del lugar.

-¿Ellen?-Me llamó Carl.

-¿Sí?- Respondí abriendo mis ojos.

-Escapemos.

-¿Qué?

-Sí. Crucemos el muro y vayamos a algún lugar. Volveremos por la noche.- Me dijo

-Si Rick se entera nos matará.

-Aveces hay que arriesgarnos.-Besó mi labios y reí.- ¿qué dices?

-Está bien.

(...)

-Con cuidado.

-Carl, ya he cruzado el muro antes ¿recuerdas?-Reí.

-Bien. -Dijo una vez que cruzó el muro.- Busquemos algún lugar agradable.

Caminamos por el bosque, traía conmigo mi cuchillo, algo de comida e historietas. Después de haber caminado por unos minutos encontramos una pequeña casa. Entramos a ella, y dejé mi mochila en el sofá. Carl miraba los cajones de la cocina, buscando algo que sirviera. Entré a una de las habitaciones asegurándome que estuviera libre de caminantes, todo estaba perfectamente ordenado.

-Encontré algunas latas de comida-Hablo Carl entrando a la habitación.

Asentí y comencé a mirar el lugar. Había una gran cama, y algunos muebles con libros. Me acerqué a éste último y comencé a leer los títulos de algunos, tomando los que llamaban mi atención.

-Parece que nadie ha entrado a este lugar durante mucho tiempo. -Dijo Carl mientras yo guardaba los libros en mi mochila. Él se aventó boca arriba a la cama y cerró sus ojos.
Me quedé de pié mirándolo, sus ojos cerrados, su castaño cabello cayendo sobre la almohada, sus labios entreabiertos. Simplemente... perfecto.

-Una foto dura más -Sonrió mientras abría sus ojos azules, posándose en los míos.

La vergüenza llegó a mi en un segundo y decidí seguir con su juego.

-Lástima que no traje mi cámara. Te hubiera sacado una foto y así la llevaría por siempre.

-No necesitas una foto. -Dijo parándose de la cama para caminar hacia donde estaba yo.

-¿Ah no? -Negó. -¿Por qué?

-Por que me tienes a mi... -Se acercó a mi, tanto que podía sentir su aliento rozando mi piel. -Y siempre estaré contigo.

Sus labios capturaron los míos tiernamente, sus labios eran suaves y dulces. Sentí sus manos posarse en mi cintura y llevé las mías a su largo y suave cabello. Sentí como llevaba sus labios a mi cuello haciendo que soltara un leve gemido. Noté como sonreía, y volvió a besar mis labios. Comenzó a retroceder llevándome con él, y sin darme cuenta, ambos yacíamos sobre la cama. Carl jugaba con el borde de mi blusa, mientras yo desabrochaba botón por botón su camisa a cuadros, cuando terminé esta acabo en algún lugar en el piso al igual que la mía. Llevó sus labios a mi cuello, besándolo hasta llegar a mi hombro, ocasionando que el tirante de mi sujetador cayera sobre él.

-Te amo, Ellen -Lo escuché susurrarme al oído, para luego atacar mis labios nuevamente.

(...)

Fruncí el ceño al notar los rayos de luz que se colaban por la ventana en mi cara, me giré y me pegué al pecho desnudo de Carl, el cual me abrazó al instante. Iba a quedarme dormida pero me di cuenta... ¿Sol? Ya era casi noche cuando Carl y yo...
Mierda.
Me levanté de golpe cubriéndome con las mantas, rápidamente me acerqué a la ventana. Había amanecido, eran aproximadamente las 6 a.m, teníamos que volver cuanto antes o los demás comenzarían a preguntarse donde estábamos.

-Mierda -Maldije mientras me vestía rápidamente. -¡Carl!

Él simplemente frunció el ceño y siguió durmiendo.
-¡Despierta! -Me acerqué a él y lo sacudí

Él despertó de golpe.
-¿Qué pasa? ¿Estas bien? -Preguntó alamardo y algo somnoliento.

-Carl, ya es tarde. Tenemos que irnos. -Le dije aventándole su ropa.

-Te dije que por la noche regresaríamos, Ellen -Bufó tallándose los ojos.

-Si. El problema es que ya amaneció.

-¿Qué? -Preguntó poniéndose de pié rápidamente. Suerte que ya se había puesto el bóxer. -Mierda, papá nos va a matar.

Tomamos nuestras cosas y salimos de la cabaña cuando Carl terminó de vestirse. Cruzamos el muro y fuimos a casa, todos yacían aun dormidos, parecía que nadie había notado nuestra desaparición, por suerte.
Subimos las escaleras silenciosamente y me adentré a mi habitación con Carl siguiendome.

-Deberías irte a tu habitación antes que alguien nos vea -Le dije al notar sus brazos rodearme por la cintura.

-Nadie se despierta hasta después de las 9 de la mañana. -Respondió besándome y reí

-Carl...

Él bufó.
-Está bien. Te veo en un rato -Me besó cortamente y salió de mi habitación.

Cerré la puerta y me dispuse a dormir. Volví a despertar a las 12 p.m y bajé las escaleras.

-¿Dónde estaban ayer? Los busqué por todas partes. -Escuché a Rick preguntar.

-Estábamos en casa de Mardk jugando videojuegos, se nos pasó un poco la hora. Lo siento -Dijo Carl

-Esta bien. Pero la próxima vez, avisenme. -Le respondió Rick, para después entrar a la cocina. Carl notó mi presencia y se acercó a mí.

-Casi nos descubren -Dijo divertido mientras me abrazaba.

-"Volveremos por la noche" -Hablé imitando la voz de Carl. O al menos lo intenté.

-¡Oye! No es mi culpa -Se quejó divertido -Me dejaste rendido.

-¡Carl! -Le grité avergonzada sintiendo el rubor en mis mejillas.

Él soltó una carcajada.
-Lo siento -Besó mi mejilla y entramos a la cocina junto a los demás.

•••