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-Carl, ya basta-Le dije rogando por que Rick no entrara a la casa y se encontrara con ellos peleando de nuevo.

Luke lo apartó de un empujón.
-No te tengo miedo, Grimes.- Habló él acomodándose la camisa. Por un momento recordé la pelea de Michael y Carl hace un tiempo.

-Luke.-Repliqué enfadada-¿Puedes dejarnos a solas un momento?

Luke me miró y luego a Carl, asintió y se marchó de la casa dejándonos a mi y a Carl solos.

-Carl, ya tienes que parar. No puedes andar ahí peleándote con Luke cada vez que lo veas.-Me crucé de brazos

-Ellen, ¡él te besó!-Exclamó enfadado

-¡Puedo hacer lo que yo quiera, Carl! Ya no estamos juntos. Yo puedo estar con Luke si quiero. Al igual que tu con Enid.-Dije con un nudo en la garganta.

Él me miró con los ojos entrecerrados.
-¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres estar con Luke?-Preguntó dolido.

Me quedé en silencio.
-Ellen, se que hice muchas estupideces pero por favor.-Suspiró-Insultame e ignorame si quieres... pero no dejes de amarme.

-Carl. Ya, detente.-Susurré mirando hacia otro lado.

-No, Ellen. Yo sé que a él no lo amas. Sé que me amas aún.-Me abrazó fuertemente.- Por favor bebé, quiero estar contigo toda mi vida. No te alejes de mí, sé mi novia otra vez.

-Carl, no. No lo sé. Por más que lo quiera... ¡No es la primera vez que nos separamos por tu culpa! ¡Siempre soy yo la que termina lastimada y estoy cansada! ¡No quiero volver a eso de nuevo! ¡Siempre soy yo la que termina llorando mientras tú...!-Suspiré- Aveces quisiera ser tan fuerte como tú.

Carl trató de acercarse a mi pero me alejé.

-Por más que lo quiera no puedo hacerlo. -Susurré quitando mis lágrimas.

-Ellen...

Salí de la casa y caminé rápidamente por las calles de Alexandria con lágrimas en mis mejillas. Siempre que tenía este tipos de discusiones con Carl, me sentía débil. Quería estar sola y Luke estaría buscándome al igual que Carl, decidí saltar el muro, está vez llevaba mi cuchillo. Suspiré y miré al cielo el cual estaba adornado por estrellas y una gran luna. Podrían ser alrededor de la 1 a.m. Escuché un ruido, al principio creí que era Carl pero luego comencé a escuchar gruñidos. Me puse de pié rápidamente y tome mi cuchillo, miré hacia alrededor pero me era imposible ver por la ausencia de luz.
El caminante apareció frente a mi y enterré mi cuchillo en su cráneo. Caminé de nuevo hacia donde se suponía que estaría Alexandria pero no la veía por ningún lado. Mierda, creo que estaba perdida.

-¡Ellen!-Escuché una voz a lo lejos.

-¿Carl?-Fruncí el ceño tratando de localizarlo pero me era imposible, no podía ver nada. Comencé a escuchar gruñidos y pasos cerca. Mierda mierda mierda.

Seguí caminando hasta que tope con algo, más bien alguien. Rápidamente tome mi cuchillo pero una mano me detuvo.

-Tranquila. Soy yo-Me dijo Carl y me abrazó fuertemente.- Perdón, Ellen. Por todo.- Lo miré y a pesar de la oscuridad de la noche, pude ver sus ojos cristalizados mirarme-No vuelvas a irte así, me moriría si te pasara algo.-Besó mi frente y me abrazó de nuevo, pegandome a su cuerpo.

-Trate de regresar.-Susurré-Me perdí.

Escuché su risa.
-Regresamos, estamos algo lejos-Me dijo y comenzamos a caminar.

De repente Carl cayó al piso. Un caminante se abalanzó contra él, rápidamente hundí mi cuchillo en su cráneo.

-¿¡Carl?!-Lo llamé asustada.

-Mierda. Estoy bien.-Dijo con su respiración agitada

Comencé a escuchar gruñidos y pasos.
-No te separes de mi, Ellen-Me dijo entrelazando nuestras manos. Comenzamos a correr de nuevo hacia Alexandria, de repente caí. Uno de los caminantes me había tomado de la pierna, y ahora trataba de morder mi abdomen. Desesperadamente comencé a buscar mi cuchillo, y cuando lo encontré, el caminante se abalanzó contra mi.
Rápidamente lo aleje de una patada y luego clavé mi cuchillo en su cráneo.

-¿Estas bien?-Preguntó Carl matando a otro caminante. Asentí nerviosamente pero luego recordé que no me veía debido a la oscuridad.

-S-si-Susurré. Seguimos caminando hacia Alexandria, trepamos el muro y volvimos a casa.

Subí las escaleras rápidamente y entre a mi habitación poniendo pestillo. Caminé hacia el baño y subí mi blusa, la cual estaba comenzando a llenarse de sangre.
No, no por favor.
Quité mi blusa nerviosamente y me acerqué al espejo. Un gran rasguño adornaba la parte izquierda de mi abdomen, y sangre comenzaba a salir de ella. Mierda.
Fui al baño y comencé a limpiar mi herida y cuando acabe, elimine todo rastro de sangre que había dejado en el lavabo. Salí del baño y comencé a caminar nerviosamente por el cuarto.
Una persona puede convertirse en caminante con un rasguño o una mordida. La única forma de salvarse era cortando la parte infectada. Pero para mi mala suerte no podía hacerlo, ya que el rasguño había sido en el abdomen.
¿Moriré? ¿Me convertiré en un caminante?
Mierda, no. Pasé mi mano por mi cabello, desesperada. No podía hacer nada. No podía decirle a Carl, ni a Rick, a nadie.
Mi vista se empezó a nublar debido a las lágrimas. No quería morir. No así.
Tendría que irme de Alexandria hoy y no ser un peligro para la comunidad. No quiero convertirme en caminante y matar gente inocente.
Unos toques en mi puerta haciendome sobresaltar. Rápidamente tome una blusa limpia y me la puse, y escondí la que tenía anteriormente.

-¿Ellen?-Escuché la voz de Carl detrás de la puerta. Quité el pestillo y él entró

-¿Si?-Pregunté nerviosamente.

-¿Estas bien? Estas muy palida-Se acercó a mí y me tomo de las mejillas, analizandome.

-Estoy bien-Mentí- Sólo un poco asustada por lo que pasó.

Él me sonrió levemente y me abrazó de la cintura, tocando mi herida y sin pensarlo solté un gemido de dolor.
Él se separó y me miró confundido.
-¿Qué pasa?-Preguntó.

-Es sólo que... Cuando me caí, me pegué con una roca y ahora tengo un gran moretón-Mentí mirando hacia otro lado.

-Deberías decirle a Carol, ella puede ayudarte-Me dijo y asentí

-Le diré después

-Bien. Estaré abajo.-Él me dio un beso en la mejilla y me miró. Se acercó a mi, y sin dudarlo besé sus labios, dejando mis manos en su nuca. Él sorprendido siguió el beso, posicionando sus manos en mis mejillas. Acaricié su pelo, disfrutando cada momento con él. Me separé de él y miré sus ojos azules, besé sus labios nuevamente, sintiendo sus suaves labios sobre los míos. Sentí un nudo en la garganta. Tratando de memorizar el sabor de sus labios y la sensación de besarlo.
Lo siento, Carl.

Strong | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora