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Quité las lágrimas que amenazaban con salir. Y presione el botón de nuevo. ¿Por qué nadie venía? Solo quería irme de aquí. Llegar a casa, estar con mi madre, comiendo esos brownies que tanto me gustan.
Esperé mas o menos 10 minutos y nada. Retiré las agujas que yacían en mi muñeca y me puse de pie, mareandome un poco.
¿Cuanto tiempo estuve en coma?
Vi una mochila que estaba en el sofá y la tomé. La abrí y en ella había una barra integral a medio comer, algo de ropa limpia y mis tennis. Me cambié rápidamente y me colgué la mochila en el hombro.
Pero antes de salir escuché un sonido. Giré mi cabeza y vi mi móvil en el pequeño sofá a un lado de la camilla. Pulse el botón, haciendo que el móvil se encendiera y la pantalla se alumbró.

Miré la pantalla.
2% de pila. Genial.
3:47 p.m.
25 de Julio del 2015.

¡¿Qué?!
Busqué la fecha de cuando fue escrita la carta; 17 de Marzo del 2015.
Él había escrito la carta en Marzo, sin embargo Mike ya había estado visitandome desde hace dos meses atrás según lo dicho en su carta; Enero.
Había estado en coma desde hace más de 6 meses.

El celular vibró sacándome de mis pensamientos, avisándome que estaba por apagarse.
Suspiré y metí el celular en mi bolso.
Acomodé la mochila en mi hombro y quité el pestillo a la puerta para después abrirla. Salí de la habitación esperando ver a alguna enfermera o a alguien pero no. El pasillo estaba hecho un desastre. Las luces parpadeaban. Entre en nervios. ¿Que mierda había pasado? ¿Hubo alguna guerra o algo? Caminé por los pasillos con miedo. Llegué hasta una oficina y vi algo con lo cuál pueda defenderme pero nada. No sé que había pasado pero estaba muriéndome de nervios. No había absolutamente nadie. Silencio inundaban los pasillos. Caminé hasta que vi una salida de emergencia. Abrí la puerta, y comencé a bajar las escaleras, habia poca luz por lo cuál tuve que bajar despacio si no quería caerme. Al final de la escalera estaba completamente oscuro asi que camine a ciegas tocando la pared tratando de buscar un interruptor o algo. Hasta que encontré lo que parecía ser una puerta. Sin dudarlo la abrí y salí. La luz me segó por lo cuál tuve que cerrar los ojos levemente.
Caminé por las calles, estaba todo en absoluto silencio, traté de buscar alguna persona o algo pero no había nadie. Decidí caminar hasta casa, estaba algo lejos pero no importaba solo quería ver que mi madre estuviera bien. Al ir caminando vi a una persona sentada en una banca, dándome la espalda. Era rubia, pero su pelo estaba un poco sucio. Me acerqué a ella y cuando estuve lo suficientemente cerca la llamé.

-Hey, hola. Disculpa... ¿puedes ayudarme?-Dije.

Como respuesta solo escuché un gruñido, fruncí el seño.

-¿Estas bien?-Le pregunté.

Ella volteo. Su cara estaba algo deformada y sucia, y en su boca tenía sangre, demasiada diría yo. Rápidamente di pasos hacia atrás mientras ella avanzaba hacía mi.

-¿Qué te ha pasado?-Pregunté asustada. En cambio ella seguía sin contestar, solo gruñidos.-¡Contesta!

Ella se lanzó sobre mi, haciendo que cayera al piso. La empuje fuertemente y me levanté pero antes de que pudiera correr, tomo mi pié. Desesperadamente tironeaba mi pié tratando de alejarlo de esa cosa.

-¡Sueltame!-Grité desesperada pateando su cabeza fuertemente.
Esta dejó de hacer fuerza y quedó inmóvil. Mi pecho subía y bajaba, estaba aterrada. Miré hacia adelante y vi más de esas cosas caminando hacia donde estaba yo. Venían a por mi. Me puse de pié y corrí desesperada hasta mi casa. Al llegar, estaba la puerta abierta.

-¡Mamá!-Grité mientras salían lágrimas de mis ojos.-¡Mamá! ¡¿Donde estas?!

Subí al segundo piso pero no había nadie, entré a mi habitación a la habitación de mi madre y nada. Todo estaba en absoluto silencio. Me dejé caer al piso y comencé a llorar.

Estaba sola.

Strong | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora