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Salimos de la casa corriendo.

-¡A los autos!-Gritó Ty.

-¡No podemos! Tenemos que correr hacia el bosque, los autos están rodeados.-Le respondió de igual manera Rick

Corrimos por las calles, matando algunos caminantes, llegamos al bosque y descansamos. Escuchamos gruñidos detrás de los arbustos.

-Yo me encargo.-Dije sacando el cuchillo de mi cintura.

Me acerqué lentamente mientras sentía la mirada de todos en mi espalda.
Salió un caminante y le clavé el cuchillo en la cabeza haciendo que este cayera al piso. Salió otro e hice lo mismo. Y luego otro y repetí la acción. Pensé que esos eran los únicos caminantes, iba a darme la vuelta pero me detuve al escuchar gruñidos. Tomé mi cuchillo con mi mano derecha y esperé a que aquel caminante saliera.
El caminante salió y lo miré. Solté el cuchillo, haciendo que cayera al piso.
Mi piel se erizó, sentí una leve presión en mi pecho, y no pude evitar soltar algunas lágrimas al verla frente a mi de esa manera. Su blusa estaba llena de sangre, en su brazo yacía una mordida al igual que en su pierna.

-Mamá...-Susurré mientras sollozaba. Mis manos temblaban.-No puede ser.-La miré , su boca estaba llena de sangre y de ella salían gruñidos. Se acercó a mi tratando de morderme-¡No!-La empujé haciendo que cayera al piso y tomé mi cuchillo del suelo.

Carl se acercó, cargó su arma y apuntó a la cabeza de mi mamá.

-¡No!-Lo detuve mientras lloraba. Él me miró.

-Ellen, tengo que hacerlo.-Me dijo triste.

Lo ignoré.
Mi mamá caminó hacia mi y cuando estaba a centímetros de mi, clavé el cuchillo en su cabeza. Ella cayó al piso. Me arrodillé junto a ella mientras lloraba.

-Mamá... Lo siento tanto-Sollocé-Perdoname por favor.-Hablé entrecortadamente mientras lloraba.-Yo no quería hacer esto. Pero tenía que hacerlo. Lo siento, mamá.

<<Es una pesadilla.>>
Trataba de convencerme a mi misma, quería que todo esto sea una especie de pesadilla, no quería que esto realmente estuviera pasando. Tengo que despertar, ya.

Carl arrodilló junto a mi y me abrazó.
Todo era silencio, solo se escuchaban mis sollozos, sabia que todos estaban mirándome.
Después de unos minutos Rick se acercó.

-Ellen... Lo siento mucho-Me dijo con tristeza.-Le daremos un entierro digno si es lo que quieres.

Asentí mientras lloraba.
-Gracias, Rick-Susurré entre lágrimas.

(...)

Ya habíamos enterrado a mi madre, coloqué algunas flores en su tumba y miré el piso por unos minutos.
La extrañaría demasiado.
Tenía que ser fuerte por ella. Por mi padre. Por mi familia. Aunque eso sería algo difícil pero lo intentaría. La presión en mi pecho aún estaba presente, no quería llorar más.

-Sigamos avanzando-Hablé secándome las lágrimas.

-¿No quieres descansar?-Me preguntó Carol.

-No.-Me negué-Es mejor que sigamos.-Hablé- Estoy bien

Todos me miraban tristes y preocupados. No quería que tuvieran pena por mi. Perdí a alguien de mi familia, lo sé, pero no me quedaría llorando todo el día y ponerlos en peligro cuando el mundo se esta acabando. No quería que perdiéramos a alguien por mi culpa.
Seguimos avanzando y encontramos una casa. Nos acercamos lentamente y abrimos la reja para luego entrar. No había nadie, todo estaba en orden y limpio, por lo que supuse que alguien había vivido aquí por mucho tiempo. Vi una puerta y en esta había una nota.
"Haz lo que no yo pude, por favor"
Frunci el ceño y abrí la puerta.
Adentro había dos caminantes, una mujer mayor de edad y una niña. Encajé mi cuchillo en sus cabezas y estas cayeron al piso. Con ayuda de Carl arrastré los cuerpos fuera de la casa. Cerramos las puertas asegurandolas con cables y muebles.
Subí al segundo piso y entré a una habitación, está tenía una cama a lado de la ventana. Me senté en ella y miré para afuera. Habían pocos caminantes afuera, uno de ellos iba caminando y tropezó con un árbol para después caerse al piso. Estúpido.
Escuché la puerta abrirse y vi como Carl entraba, me dio una sonrisa y yo traté de responderle de igual manera pero más bien salió una mueca. Camino hacia donde yo estaba y se sentó junto a mi.

-¿Estas bien?-Preguntó. Sacudí mis hombros.- Lo siento, fue una pregunta tonta.

Lo miré con algo de gracia.

-Siento mucho lo de tu mamá -Susurró y quité la mirada de la suya para luego mirar la ventana.
Me quedé en silencio, hasta que decidí hablar.

-Esta mañana había tenido una pesadilla...-Lo miré- Mi mamá estaba en ella...ella estaba convertida en caminante-Suspiré y miré hacia afuera de nuevo.

-Ella esta en un lugar mejor.-Me dijo acariciando mi espalda-Ella esta con mi madre, con todas las personas que hemos perdido.-sonrió levemente y lo imité.

-Sé que ella esta bien.-Susurré.-La extraño. Tenía la esperanza de que al volver la podría ver de nuevo, abrazarla y decirle cuanta falta me hizo. Pero no fue así.

Las lágrimas comenzaban a salir.
-Todo estará bien. Tienes que ser fuerte por ella.-Asentí. Lo abracé y él imitó mi acto.

-Estoy cansada. He perdido a muchas personas que quiero por culpa de esto.-Susurré aún abrazada por él.

Me sentía de lo peor, no era de las personas que mostraban sus sentimientos frente a otras pero, ver a mi madre convertida en caminante me había hecho derrumbar. Me sentía débil, triste y furiosa a la vez. Quería tener esperanzas sobre que todo esto terminaría algún día pero ¿Cómo tenerlas si las únicas personas que en realidad están vivas son malas con otras? Lo poco que tenía de esperanza se había ido a la basura.

-¿Como llegamos a esto? -Le susurré entre lagrimas-Es tan sorprendente como las cosas cambian en un abrir y cerrar de ojos. Ver a esas personas vivas y luego convertidas en esas cosas...-Suspiré- Siento que algún día terminaré como ellos... como mamá.

-No. Eso no pasará ¿Bien?-Me dijo separándose de mi.-Sigues viva, eres una sobreviviente ¿Y sabes por qué? Por que eres fuerte, Ellen. No te des por vencida ahora, solo mira a donde hemos llegado. Te necesitamos...-Suspiró-Yo te necesito.

Él me tomó de las mejillas y retiró mis lágrimas. Me miró a los ojos y yo a los suyos. Podía ver sus ojos azules aunque no hubiera suficiente luz en la habitación. Él se acercó a mi lentamente, podía sentir nuestras respiraciones chocar. No sabia que hacer, estaba tan sorprendida que nisiquiera podía moverme.
Sentí como sus labios chocaban con los mios lentamente.
—Carl...

—Lo siento. No debí... Perdón. —Habló nervioso alejándose un completamente.

Estaba sumamente confundida, triste y a la vez sentía mariposas en el estómago, demasiadas sensaciones juntas.
—No, es sólo que...

—No quiero adelantar nada, Ellen. Y no quiero que esto arruine algo.—Habló rápidamente acomodando el sombrero en su cabeza.

Sonreí tiernamente. Y sin pensarlo dos veces, lo tomé de sus mejillas y lo acerque a mi rápidamente. Carl me estaba besando. Estaba en shock.
Sentía como mi estómago me estaba dando esas cosquillas de nuevo que hace mucho tiempo no sentía.
Él comenzó a besarme más profundamente y sin dudarlo, moví mis labios junto a los suyos. Miles de sentimientos estaban acumulados en mi ahora mismo. No podía creerlo.
Lo tomé de la nuca para evitar que él se separara de mi, aunque eso no sucedió. Él siguió besándome hasta que el aire nos faltó. Carl se alejó de mi lentamente y me miró. Sus ojos azules era una de mis debilidades hacia él. Sus ojos eran hermosos. Lo miré por unos segundos y él me sonrió levemente y unió nuestras frentes. Volvió a unir nuestros labios dando cortos besos.

-Me gustas, Ellen.-Confesó y sonreí ampliamente.

Lo tomé de las mejillas besándolo nuevamente. Eso de alguna manera u otra me hacia sentir mucho mejor.

Strong | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora