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Días después...

-Ellen-Habló Carl mientras me meneaba lentamente.
Abrí mis ojos lentamente, para después mirarlo. Me levanté rápidamente

-¿Qué pasa? ¿Rick esta bien?-Pregunté asustada mirando hacia el sofá.

-Si, esta bien. Bueno, no ha despertado, pero literalmente esta bien-Me dijo y asentí.

Caminé hacia la cocina y tomé una lata para poder comer, cuando siento un dolor en mi pierna derecha. Solté un quejido, y la miré. La venda estaba llena de sangre, debí de haberme abierto la herida mientras trataba de matar a aquellos caminantes. Dejé la lata y me quité el vendaje. Dolía como la mierda. Tomé algo de algodón con agua oxigenada y comencé a pasarlo por la herida mientras mordía mi mano, aguantando el dolor. Una mano me quitó el algodón y comenzó a hacer lo que yo hacía segundos atrás. Carl.

-Necesitarás otra venda.-Dijo mirándome. Miré sus ojos azules, nunca lo había mirado detalladamente, no iba a negarlo, era lindo.

-Tengo una en mi mochila-Le dije y él asintió. Fue hacia ahí y sacó la venda para después regresar y vendar mi pierna.

-Listo.-Dijo dándome una sonrisa.

-Gracias-Respondí sonriendole.

(...)

Estaba limpiando las heridas de Rick cuando escucho sonidos provenientes del segundo piso. Subí las escaleras sigilosamente y entré a una habitación, la puerta se cerró a mis espaldas y giré mientras sacaba mi cuchillo.

-Tranquila, soy yo-Dijo Carl divertido.

-Me asustaste.-Dije suspirando mientras guardaba el cuchillo de nuevo en mi cintura.

-Ven-Dijo mientras salía por la ventana con el bote de 3 kg de chocolate. Yo solo lo seguí. Nos sentamos en el techo y yo solo miraba alrededor. Se podían ver pocos caminantes, así que a podría decir que estábamos seguros aquí.
Carl me alzó una cuchara y yo lo miré confundida, después vi como abría aquél bote y comía una cucharada. Yo reí y comí un poco.

-Hace tiempo que no comía algo dulce.-Hablé saboreando el chocolate.

-Es delicioso-Dijo Carl mientras tomaba otra cucharada, yo solo reí.
De un momento nos quedamos en silencio.
Lo miré unos segundos mientras él tenía su vista perdida al frente. Su cabello lo tenía algo largo, sus ojos se veían mas azules de lo normal, sus mejillas estaban levemente sonrojadas y a pesar de que su cara estuviera algo sucia, podía ver algunas pecas aunque éstas eran dificiles de ver a simple vista.
Después de unos minutos me di cuenta que parecía idiota mirándolo, así que miré hacia otra parte tratando de ocultar mi rostro sonrojado.
Escuché una risita a un lado mio, supuse que él me había descubierto mirándolo, mis mejillas se pusieron aún más rojas.

(...)

Tapé a Rick con una manta y luego hice una improvisada cama en el piso, del lado contrario de Carl.

-Buenas noches.-Habló Carl mientras se acostaba.

-Buenas noches -Repetí para después recostarse y quedar dormida.

Rato después escuché unos gruñidos y abrí mis ojos levemente, aún no amanecía. Miré a Carl, este también me miró frunciendo el ceño. Tomé mi cuchillo y él su pistola. Se acercó a mi y nos alejamos rápidamente de Rick, al notar que había movido una de sus manos. Rick gruñía. ¿Era un caminante?
Tomé la mano de Carl asustada. Este me miró de la misma manera, nos hicimos hacia atrás cuando Rick cayó del sofá. Carl cargó su arma y le apuntó con su arma mientras temblaba levemente. Miré alarmada a Carl, seguíamos en el piso cuando Rick, más bien el caminante, alzaba una mano tratando de tocarnos, yo me hice para atrás todo lo que podía ya que justo atrás mío había un mueble impidiéndole retroceder. Carl aún estaba apuntándole, pero luego bajó su arma.

-No puedo-Sollozó mientras las lágrimas bajaban de sus mejillas.-No puedo.

Carl ocultó su cara en mi cuello mientras lloraba. Tomé mi cuchillo, dispuesta a hacer lo que sea necesario si Rick nos hacia daño.

-C-carl.-Tartamudeó Rick.

Un momento
¡¿Qué?!
Los caminantes no hablan.
Carl se apartó de mi y miró a su papá. Ambos nos acercamos rápidamente.

-Rick...-Le hablé mientras lo tomaba de las mejillas. Él se había desmayado de nuevo. Con ayuda de Carl lo subí al sofá de nuevo, pasé un algodón con alcohol por su nariz y segundos después él despertó.

Strong | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora