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Desperté. Abrí mis ojos y los talle levemente. Me había quedado dormida en el sofá frente a Carl. Tomé su mano y suspiré. Ayer me había dormido algo tarde y ahora moría de sueño, eran alrededor de las 7 de la mañana. Aún tenía tiempo para dormir. Recargué mi cabeza en el colchón donde Carl dormía y cerré mis ojos nuevamente aún sin soltar su mano.
Minutos más tarde noté que su mano apretaba la mía ligeramente, rápidamente abrí mis ojos y miré nuestras manos. Giré mi vista hacia Carl quien seguía con sus ojos cerrados.

-¿Carl? -Lo llame mientras tomaba su mano nuevamente. Sin embargo, él no despertaba. -¡Maggie!

Segundos después ella entró a la habitación seguida de Carol.
-¿Qué pasa? ¿Estas bien? -Preguntó.

-C-Carl... Él... Tomó mi mano. -Le dije feliz con las lágrimas en mis ojos -¿Va a despertar?

-No lo sé, Ellen...-Maggie apretó sus labios y me miró.

-P-pero... Él..

-Suelen ser reacciones del cuerpo, Ellen. Pueden mover alguna parte del cuerpo pero sin que la persona este consiente.

-¿Quieres decir que Carl no lo hizo? -Hablé desanimada.

-Hay probabilidades de que sí lo haya hecho él, pero suelen ser muy bajas. Lo lamento, Ellen.

Asentí levemente y ellas salieron de la habitación. Me eché en el sofá y comencé a llorar nuevamente. Tomé su mano, acariciando cada uno de sus dedos.
-Carl... Por favor. -Susurré mientras el nudo en mi garganta seguía presente. -Te extraño demasiado.

Lloré hasta quedarme dormida.

(...)

-Ellen..-Escuché a alguien llamarme pero le ignoré y seguí durmiendo. -Ellen.

Noté como me sacudían.
Abrí mis ojos y miré a Glenn quien me miraba divertido.
-La cena está lista. -Asentí.

-Iré en un segundo. -Susurré. Él asintió y salió de la habitación. Cerré mis ojos nuevamente y suspiré.
De nuevo, sentí la mano de Carl sobre la mía, pero esta vez su agarre era más fuerte. Me senté en el colchón y acaricie su mejilla.
-Te extraño...-Le susurré mientras peinaba su largo cabello. Dejé un beso en su mejilla y me puse pié para poder salir de la habitación. Tomé el pomo de la puerta pero me detuve.

-Ellen...-Murmuró a mis espaldas.

Giré y regresé a donde estaba minutos atrás rápidamente.
-¿Carl? -Le susurré entusiasmada mientras acariciaba su mejilla. Mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
Su mirada azul me observó y una pequeña sonrisa escapó de sus labios.
-Hola -murmuró roncamente y sonreí aún más.

Lo abracé y lloré en su cuello.
-Oh por dios, Carl. Te extrañe demasiado. -Sollocé -Creí que te perdería.

-Te prometí estar contigo siempre. No romperé una promesa -Respondió mientras acariciaba mi mejilla, quitando el rastro de lágrimas. Él comenzó a mirar la habitación y pareció reconocerla. -¿Estamos en la cabaña?

Asentí
-Judith... ¿Ella está bien?- Preguntó.

-Ella está perfectamente. -Le respondí y él asintió. -Le avisaré a los demás que despertaste. Tu papá estará muy feliz.

Él asintió con una pequeña sonrisa en su rostro.
Salí de la habitación y corrí a la cocina.
-¡Maggie! ¡Rick! -Los llamé captando la atención de los demás -¡Carl!

-Ya me contó Maggie...-Habló desanimado -Dice que es normal en personas que están en coma.

-¡No! ¡Carl despertó! -Ellos me miraron sin creerlo y corrieron a la habitación.
Maggie y Carol comenzaron a revisar a Carl y a cambiar el vendaje que cubría su ojo.

No podía describir la felicidad que sentía ahora mismo. Carl había despertado y no podía estar más contenta.

(...)

-Entonces, viajaremos mañana en al mediodía. Podremos ir por el bosque o tomar la carretera. -Habló Rick. -Podemos buscar autos y así sería más fácil avanzar, al menos hasta encontrar un lugar seguro.

Asentimos. Carl besó mi mejilla y le sonreí, para después besar sus labios.
-Te amo -Me susurró.

-Te amo -Le respondí besando su mejilla.

-Me dan diabetes -Habló Daryl desde el otro sofá y reímos.

-Bien. Vayan a dormir. Mañana tenemos muchas cosas que hacer. -Habló Glenn mientras se ponía de pié y se adentraba a su habitación que compartía con Maggie.

Caminé hasta la habitación con Carl ya que compartía habitación con él. Le ayudé a cambiar su vendaje y después nos acostamos en la cama.
-No sabes cuánto te extrañe -Le susurré mientras acariciaba su mejilla, apenas podía ver su rostro gracias a la luz de la luna que entraba por la ventana.
-Ya estoy aquí, Ellen. -Besó mi frente -Te prometo que nunca me iré de tu lado.

-Te amo, Carl

-Y yo a ti, Ellen -Susurró besando mis labios. Se posicionó arriba de mi, con cuidado de no aplastarme y comenzó a besar mi cuello. Quité su camisa y lo besé nuevamente. Llevé mis labios a su cuello succionando algunas zonas, posiblemente dejando marcas. Él se deshizo de mi blusa y me beso nuevamente. Nuestras lenguas hacían una guerra en la cual nadie perdía o ganaba. Llevé mis manos desde su pecho hasta su abdomen algo marcado, tocándolo suavemente, hasta llegar a el botón de su pantalón. Cuando me deshice de ellos, quedaron en alguna parte de la habitación. Él siguió besando mi cuello mientras yo peinaba su cabello.
-Carl...-Le susurré.

-¿mmh? -Murmuró desde mi cuello.

-Alguien puede entrar.

-He puesto pestillo -Susurró besando mis labios.

-¿Y si nos escuchan? -Besó mi mejilla y sonrió

-Seremos silenciosos. -Respondió.

Siguió besándome y noté como sus manos buscaban desabrochar mi sostén. Cuando lo logró siguió despojándose de toda la ropa que llevaba, al igual yo con la de él.
-Te amo. -Susurró al mismo tiempo que entró en mi. Haciendo que los dos viajemos a otro mundo, donde sólo existiamos él y yo. Olvidándonos de todos los problemas, al menos por esta noche.

(...)

Escuché unos toques en la puerta y abrí los ojos.
-Carl. Ellen. Hora de levantarse. -Escuché la voz de Daryl tras la puerta. Él intentó entrar pero la puerta estaba cerrada. -¿Por qué mierda ponen pestillo? -Bufó -Como sea, sino se despiertan, yo los levantaré a patadas.

-Iremos en un segundo. -Respondí y Daryl se alejó.

Me vestí y me acerqué a Carl quien seguía dormido.
-Carl...-Lo llamé mientras besaba su mejilla. Él despertó y me miró somnoliento. -Hora de levantarse. Tenemos que seguir.

Él asintió y se sentó en la cama mientras bostezaba.
Salí de la habitación para dejarlo vestirse y caminé a la cocina, tomé una lata de sopa y empecé a comer.

Strong | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora