Capítulo 21

1.2K 83 10
                                    

—En serio... Lamento... Mi actitud, tú sabes...—dije con la mirada baja.
—Adele, deja de disculparte, te comprendo.
Levanté la mirada de mi café y lo vi a los ojos, tenía dibujada esa sonrisa sincera y compresiva.
—Gracias por entenderme.
Simon fue a mi casa a la hora acordada y ahora estamos en un café frente al Big Ben. Me trajo aquí porque en todo el año que he vivido en Londres no había venido. Dijo que no era posible y... Aquí estamos.
—No hay de que jaja. Bueno... Cambiemos de tema. ¿Cómo va Sam?
—La verdad estoy un poco perdida. La última información que tuve sobre él fue la sesión de fotos para el álbum, que saldrá el veinte de enero.
—Casi tres meses.
—Es una fecha óptima para las ventas.
—Esta muy emocionado.
—Le irá muy bien.
—Recuerdo cuando tenía cuatro años y golpeaba el piano de mi tía Elizabeth con sus pequeñas manitas. Siempre ha tenido la música en su sangre. Lo heredó de mi madre.
—¿Y tú? ¿No tocas ningún instrumento? O algo relacionado con la música.
—El talento se saltó mi generación lamentablemente. Canto como un animal agonizando y agarro la guitarra al revés.
Solté una pequeña risa, Simón es muy gracioso.
—Es en serio. Mi mejor amigo Frank intentó enseñarme guitarra, intento fallido. Creo que me inclino más a ayudar a la gente. Por eso trabajo en una compañía que lleva agua a donde más lo necesitan.
—Eso es estupendo—dije bastante interesada.
—Lo sé. Se llama Drop4Drop. Ayudamos a aquellos que necesitan agua potable. Yo soy el ayudante de uno de los jefes. Pienso que todos necesitan una mano aunque no sea muy significativo pero por lo menos contar con un apoyo, sobre todo esas personas que viven cada día pensando en cómo será el mañana o si llegara a haber mañana. Sé que puede escucharse muy drástico pero una vez mi jefe me llevó a la entrega en una comunidad. Si hubieras visto sus condiciones de vida...
Estaba impresionada con el trabajo de Simon y su forma de hablar, me hizo darme cuenta del tipo de persona que es. A pesar de no tener un gran puesto, o de no tener una gran fortuna se preocupa por los demás, le gusta ayudar, está en su sangre. Es una muy buena persona.

*Día siguiente*

Llegué al trabajo con la típica actitud que ahora acostumbro. Lentes oscuros y seriedad cubren mi rostro. Todos me volteaban a ver esperando algún acontecimiento para chismorrear entre ellos. Subí al elevador, llegué a mi piso y me puse frente al escritorio de Mary. Ella levantó la vista de los papeles que estaba revisando, me vio con temor y me saludó.
—Buenos días se...
—Junta ahora, todos en el auditorio—dije sin rodeos.
—Ensegui...
—¿Dónde está Emma?
—Esta en el baño.
—En cuanto salga la espero en el auditorio con todos los pormenores.
—Si...
—¿Y Maire?
—En su oficina.
Sin decir gracias me dirigí a la oficina de Maire. Entre sin previo aviso. Estaba limándose las uñas, con el celular entre el hombro y su oído izquierdo, y los pies (con unos tacones rojos altísimos) sobre el escritorio.
—...Yo en la noche voy a...—me vio y dejó caer el teléfono, se acomodó bien en su silla y puso la lima en el escritorio, todo eso "rápidamente" aunque más bien debería decir torpemente.
—¿Y así quieres que no te despida?—dije seria.
—Oye oye oye—dijo nerviosa—. Ayer no sé dónde estabas pero yo hice ¡todo! Todos venían a buscarte y como no estabas y no contestabas me preguntaban a mi. Si no hubiera estado aquí no se...
—Silencio—la interrumpí—. No te voy a despedir, pero no vuelvas a hablarme. Si necesitas algo díselo a Emma...
—¿A la cuatro ojos?
—Vuelvo a escuchar que te burlas de ella o de cualquier otro empleado y te vas.
Se quedó viéndome en silencio. Se lo que pasaba por su mente, me odia, y yo a ella así que el sentimiento es mutuo. En cuanto encuentre un remplazo la corro de inmediato.

Cuando bajé al auditorio Emma ya estaba ahí.
—Señorita Adkins ¿para qué es la junta?
—Ya lo verás—dije con tono serio pero sutil. Esa chica me agrada.
Después de que todos se sentaran pasé
Al podium y todos guardaron silencio.
—El día lunes la empresa se volvió un completo caos solo por una estupida noticia en el periódico relacionada a mi vida fuera de estas paredes. Sé que muchos de ustedes tenían la curiosidad de saber lo que me pasó y por eso estoy aquí hoy y los cité a todos ustedes. No pienso decirles absolutamente nada fuera de este tema, ni volver a hablar de esto jamás.
A grandes rasgos—estaba tan decidida en la mañana de cortar el problema desde la raíz y nunca más hablar de eso, pero ahí, frente a todos empecé a temblar. Cada que recuerdo lo sucedido me da asco—, un depravado quiso abusar de mi—volteé a ver a Maire en ese momento. Tenía los brazos cruzados y escuchaba atentamente, al igual que todos—, pero no lo hizo. Estoy bien, él está lejos. Lo demandé pero no procedió la demanda. Eso es todo lo importante.
Ahora quiero dejar algo muy claro—mi voz era fuerte y estricta—. Escucho a cualquiera de ustedes hablar de este tema una vez más y habrá serias consecuencias. Respeten mi privacidad por favor—hice una pausa para que a todos les quedará bien claro que estaba hablando en serio—. Pueden regresar a sus deberes.
Todos simultáneamente se pusieron de pie y salieron del auditorio. Emma se quedó en su lugar esperándome.
—Eso fue magnífico señorita Adkins—dijo con su tono nervioso de siempre, pero con una media sonrisa en el rostro.
—Gracias Emma.

Then and now Donde viven las historias. Descúbrelo ahora