Capítulo 48

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—¿Qué rayos haces aquí?—le dijo enfadada—. Lárgate, lárgate ahora.
—Oye oye espera... No me vas a dejar ni siquiera...
—No. Lárgate no me importa lo que vayas a decir o hacer. Solo vete—dijo cerrándole la puerta.
—Vamos no vengo a hacer nada ¡joder!—dijo deteniendo la puerta con el pie—. Solo venía a platicar contigo.
—Como si fuera a creerte.
—No tienes porque si no quieres—dijo Maire aguantando su enojo. No podía echar a perder el plan—. Solo vengo a decirte que me siento muy sola...
—Jajajajajajajaja. Ahora sí me hiciste reír—dijo Adele sarcásticamente.
—Es en serio. Después de que me despediste mi vida se arruinó. Jacob rompió conmigo y tuve que conseguir trabajo de mesera. Quería venir y pedirte que aunque nos odiamos un tiempo, yo te extraño. Extraño nuestras salidas. Y lamento tanto haberte presentado al estupido de Josh. En serio lamento lo que pasó y mi actitud pero me gustaría poder repetir aquellas noches de diversión en un bar. Viendo a todos bailar y bebiendo...
—Adiós Maire—dijo Adele sin creer ni una palabra de lo que había dicho.
—Vamos Adele. No seas así. Recuerda como olvidabas tus penas conmigo...
Adele se quedó pensando en cómo se perdía en el alcohol para olvidarse aunque fuera solo por un momento del dolor que sentía por Alex, por su soledad y su desdicha.
—Exacto—dijo Maire al ver que Adele se había quedado pensativa—. Esos momentos en los que necesitabas a alguien yo estuve ahí. Ven, vamos a beber algo. Te juro que ya ni siquiera sé dónde está el psicópata ese. Si tienes algún problema puedes olvidarlo. Solo una noche.
Adele no dijo nada. Simon aún no había llegado pero seguía dolida por la pelea. Se dijo a sí misma que la mejor opción era esperarlo y hablar tranquilamente con él, pero su lado amargado le dijo que fuera a beber con Maire. Estaba a punto de decirle que si cuando Angelo empezó a llorar. Eso la hizo salir de su estupor.
—Adiós Maire. Tengo cosas más importantes que hacer.
—Si te decides... Estaré en Pub's bar.
Adele ya no dijo nada, solo cerró la puerta y fue a la habitación de peanut.
Lo arrulló un poco, le puso su chupete que había dejado caer y le dio su manta.
Con la vista en un punto fijo Adele pensaba en la posibilidad de ir a tomar algo. Vio el reloj de su celular; las nueve cincuenta, y Simon aún no llegaba.
—Señorita....—dijo Martha entrando sigilosamente.
—¿Si Martha?
—¿Gusta alguna otra cosa?
—De hecho si... ¿Podrías cuidar a peanut esta noche?—dijo Adele dejándose llevar por sus pensamientos, por el antojo de tomar una cerveza o una copa de vino que hace bastante no tomaba, por poderse alejar un minuto del estrés.
—Por supuesto.
Adele volteó a ver a peanut y estaba profundamente dormido.
—Volveré en unas horas, no tardaré mucho—le dijo susurrando y se puso de pie—. ¿Sabes qué hacer si se despierta?
—Si señorita, le doy su biberón o lo saco de la cuna y lo arrullo un rato.
—Gracias Martha.

Adele no se arreglo mucho, solo se peinó decentemente y tomó su bolso y sus llaves. Vio el reloj de la pared, las diez diez... ¿Dónde rayos estaba Simon?

•••

—No fue buena idea venir—dijo Frank haciéndose escuchar sobre la fuerte música. El bar estaba atiborrado de gente, la música a todo lo que da.
—Lo sé—dijo Simon terminando su tercera cerveza. Hace mucho que no bebía así que le estaba afectando un poco.
—Creo que deberías dejar de tomar.
—Solo llevo tres—dijo abriendo la cuarta.
—Pero no es buena idea llegar borracho y tarde después de una pelea con Adele.
—No creo ponerme borracho.
—Pues yo veo como que ya estás empezando.
—Ay mierda—dijo Simon cuando vio a Marcy caminando hacia la pista de baile.
—¿Qué?—dijo Frank siguiendo su mirada—. Rayos, es la peliroja.
—Si... Tienes razón, vámonos de aquí.
Pagaron las cervezas e intentaron salir entre las multitudes de gente.

Maire volteó a ver a Simon y vio que se estaba yendo. Corrió con Marcy.
—¡Oye!
—¿Qué?—dijo Marcy dejando de bailar.
—Se te está yendo...—Maire volteó a ver hacia la salida del bar y les quedaba muy lejos aún—. Corre detenlo.
En ese preciso momento entro Adele al bar.
—Joder corre es ahora o nunca. No tiene que verme contigo.
—¿Quién Maire?
—¡Adele! Ya llego así que ve y pégatele a Simon pero ya.
Amabas corrieron a diferentes direcciones. Maire fue con Adele y Marcy con Simon.
—Te decidiste—dijo Maire.
—Si, pero no quiero estar contigo Maire, solo tomaré una copa y me voy.
—Como quieras. ¿No quieres bailar?
—¿Qué te acabo de decir Maire?—dijo Adele fastidiada.
—Okay Okay. Voy a la barra por algo yo también.
El plan de Adele de estar sola se había ido al caño.

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