Cuando salí de terapia intensiva no vi a Laura en la sala de espera. Me dirigí a la sala de recién nacidos y Laura y la madre de Adele estaban viendo al bebé. Me acerqué sin llamar su atención.
—Es simplemente hermoso—dijo Penny—. Estoy tan orgullosa de mi hija... ¿Ya pudo verlo?
—Creo que el día que nació lo vio antes de estar inconsciente—dijo Laura.
—Ha de morir de ganas de verlo.
—Si, yo solo quiero que se recupere pronto.
Estaba a punto de saludarlas pero me detuve.
—Simon la ha ayudado mucho—dijo Penny—. Es un buen chico.
—Si... Creo que es, ya sabes... mejor.
—¿Qué Alex? Pero claro—ese comentario si me sorprendió—. Alex se la pasaba viajando. Amaba a Adele pero no estaba con ella. Cualquier oferta que le dieran para irse la tomaba sin siquiera pensar en Adele.
—Recuerdo cómo Adele se la pasaba en el celular esperando a que le respondiera los mensajes o le llamara. Alex era buen hombre, era mi amigo y Adele estaba perdida por él, pero él no cuidaba de ella tanto como Simon.
—Siempre está con ella cuando lo necesita y eso me hace muy feliz, porque mi hija es feliz.
—Exacto.
Decidí no acercarme. Di la vuelta y me fui a la sala de espera.
Solo unos cuantos minutos después llegaron ellas.
—Hola—les dije poniéndome de pie y sonriendo.
—Que cara tan diferente Simon—dijo Penny sonriendo y abrazándome.
—Esque después de poder ver a Adele despierta de nuevo como no voy a estar así de feliz.
—¿Ya podemos verla?
—Creo que solo puede entrar una. Se volvió a dormir porque sus energías aún son pocas pero le mostré las fotos del bebé y empezó a llorar de felicidad—dije mostrándoles la cámara.
—Owww mi pequeña—dijo Penny—. Pasaré a verla antes de irme. Con su permiso.
—Si pase—dije y Laura solo le sonrió.
—Rayos yo quería entrar primero—dijo Laura cruzando los brazos.
—Jajajaja no te preocupes, tenemos tiempo. Dijo el doctor que mañana, si sigue mejorando con el ritmo que lleva, la pasaran a una habitación normal.
—¡Excelente! Muero por verla, y por qué vea a peanut.
—Si yo igual, y ella también está ansiosa.
—¿Ya tienen el nombre?
—No aún no.
—Pónganle Rick.
—¿Por qué?
—Porque lo acabo de leer en la bata de un doctor que está guapísimo—dijo mordiéndose el labio inferior.
—Jajajajajajaja Laura.
Primera vez que reía en tres días.•Narra Adele•
Abrí los ojos y me sentí tan exhausta y desorientada. Las luces arriba de mi me indicaron donde estaba. Típicos focos enormes de hospital. Moví un poco mi cabeza y me di cuenta de que no sentía dolor, solo cansancio. Mis párpados se sienten pesados y sobre mi nariz y boca tengo una mascarilla de oxígeno. Entonces todo llegó a mi mente. El parto, el dolor, el rostro de Simon, mi bebé. Recordé que Simon había venido, me sostenía la mano y después me mostró las fotos de mi pequeño. Eso me hizo sonreír.
Respiré hondo para tomar fuerzas y acomodarme un poco porque estaba muy incómoda. Tengo tantas preguntas. ¿Cuánto llevo aquí? ¿Cuándo podré salir? ¿Por qué me siento y me sentí así durante el parto? ¿Acaso es normal que uno se desmaye o lo que sea que me sucedió? Para esa última yo tengo la respuesta ¡claro que no es normal!
Me quedé viendo el techo un rato, respirando con tranquilidad y recordando aquella vez, que estuve hospitalizada, sabiendo que Alex y mi hijo habían muerto. Me sentía destrozada, por dentro y por fuera. He vuelto al hospital pero ahora, además de cansada, me siento feliz. Mi hijo nació, está bien y tengo a Simon. Me ama y yo lo amo a él. ¿Por qué no estar feliz?
Cuando cerré los ojos escuché que abrían la cortina y mi madre entró.
Me vio y sonrió al instante.
—Mi bebé, mi osita—dijo acercándose y me abrazó. Yo con dificultad la abracé a ella.
—Mamá—dije sonriendo.
—Mi pequeña bebé ya es madre. No lo puedo creer. Hace cuanto que te decía osita por dormilona—dijo acariciando mi cabello—. Volviste a cortártelo ¿verdad?
—Si. Esta...soy yo, ahora—dije respirando y sintiendo el oxígeno circular por todo mi cuerpo.
—Y me alegro tanto de que por fin hayas despertado.
—¿Cuánto llevo aquí?—dije confundida.
—Tres días—dijo mi madre con aflicción.
—¿Qué?—dije sorprendida.
—Pero tranquila mi vida, ya estás mejorando.
—¿Pero... Por...por que?—no sentía que habían pasado tres días. Creí que sólo habría pasado unas cuantas horas o una noche máximo.
—Tus energías se esfumaron Adele. Tengo entendido que entraste en labor desde tu casa y eso te agotó a tal grado de que tuviste que recuperar esas fuerzas estos tres días.
No dije nada. Me puse a pensar en los dolores horribles en la casa antes de salir al hospital. El bebé iba a nacer ahí, pero yo no lo sabía.
—Lo bueno es que ya estás mejor—dijo sonriendo.
Se quedó conmigo para ayudarme a comer. Solo cuando probé el primer bocado me di cuenta de lo hambrienta y sedienta que estaba.
—Simon llamó a Laura y ella a mí—dijo dándome una cucharada de sopa. Me siento como niña pequeña y eso me hizo recordar a mi hijo. Ya tendría que haberlo alimentado yo, con mi propia leche, ¿qué le estarán dando?—. Ha estado al pendiente de ti y del bebé. Estos tres días durmió aquí.
—¿Aquí?—dije después de tragar la sopa.
—Bueno, aquí en el hospital. Le permiten estar con el bebé para darle de comer.
—¿Qué le..dan?—dije respirando por las pequeñas mangueras que pusieron en mi nariz, supliendo a la mascarilla de oxígeno, para poder comer.
—Supongo que leche en polvo. Pero necesita de tu leche. Si sigues mejorando el doctor dijo que te trasladarán a una habitación normal y ahí podrás estar con el bebé.
—Estoy ansiosa—dije sonriendo.
—Tu bebé es hermoso. No lo he visto de cerca, solo por el ventanal de la sala—me dio un pedazo pequeño de gelatina—. Pero se ve hermoso.
—Simon me mostró las fotos—dije tomando un poco de agua.
—Esperemos que pronto te mejores—dijo y siguió alimentándome. No puedo esperar para poder hacer eso con mi bebé.
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Then and now
FanfictionEsta es la historia de Adele. Una chica de veintisiete años que sufrió un terrible accidente que cambió su vida y su forma de ser para siempre, o al menos eso era lo que ella quería. Pensaba que cambiando podría olvidar y superar lo sucedido, pero...