Capítulo 13

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Domingo... yupi... me levanto destrozada por la noche anterior....

Miré mi móvil y tengo un mensaje de Rubén.

RUBÉN: Buenos días princesa :) Qué tal llevas el labio?

YO: Bien bien. Vamos, que me duele un huevo pero bien. Y tú?

RUBÉN: Tirando... oye, te apetece pasarte por mi casa? Ahora.

YO: Em... vale, pero tengo que ducharme y vestirme.

RUBÉN: Te espero ;3

YO: Vale, voy dentro de un rato.

Comencé a prepararme. Me duché, me sequé el pelo y me puse algo sencillo. Una sudadera morada y rosa con unos leggins negros y unas vans rosas y negras. El pelo me lo dejé suelto. Metí en el bolsillo de la sudadera mi móvil y mis llaves y hale, tirando.

Bajé caminando tranquilamente hacia el portal de Rubén. Timbré y me abrió. Cuando subí, ví que tenía una venda muy sucia alrededor de su muñeca y me preocupé.

- ¿Y eso? - Dije mientras sujetaba su mano mirando fijamente la herida, que estaba manchada y sangrienta.

- Que maleducada. Que no saludas ni nada, tú pasando de todo. - Expresó mirándome a los ojos.

- Joder hijo... perdón. Buenos días. ¿Y eso? - Seguía en la misma posición de antes.

- Pasa anda.

Rubén me llevó hasta el sofá y yo me senté a su lado.

- Ayer en la pelea, había cristales de copas rotas en el suelo y me clavé un trozo de cristal muy cerca de la vena. Y tenía pensado decírselo a Alex, pero después vi cómo de pegaba ese gilipollas y me acerqué a ti. Después cuando subiste a tu casa, Noe se fue, y Alex y yo subimos a mi casa, y él me hizo la cura como pudo. - Narró la historia agarrándose la zona afectada. - Y necesito que me hagas la cura. - Dijo poniendo una cara muy infantil.

- Vale. ¿Pero en ningún momento se os ocurrió ir a urgencias? - Añadí observando a Rubén coger de un armario del salón utensilios para curarle la muñeca.

- Em... pues la verdad es que no. Estábamos muy pedo, no teníamos por qué pensar.

- De verdad, eres muy retrasado.

Rubén me dio todo lo que necesitaba y empecé a cambiarle la venda, desinfectarle la herida, etc...

Él no paraba de mirarme fijamente a los ojos con una enorme sonrisa. Me ruboricé, y no entiendo por qué.

- Pues esto ya está... creo... - Dije soltando suavemente su mano.

- Gracias. - Añadió amable. - ¿Quieres que desayunemos juntos?

- Es verdad, aún no he desayunado. Vale. - Respondí entusiasmada.

Fuimos hacia su cocina y le ayudé a preparar el desayuno. Unas simples tostadas con mantequilla, eso tampoco necesita demasiado trabajo.

No sé si debo contárle a Rubén lo de Carla... Es una psicópata, sí, pero él eso ya lo sabe mejor que nadie. Pero me preocupa su manera de reaccionar si le digo que me ha amenazado... por ahora vamos a dejarlo como está todo.

***

Acabamos de desayunar y el divisó en mi labio inferior una miga de pan que se me había quedado ahí. Se acercó a mi y puso su pulgar en mi labio quitándome la miga, y dejando al descubierto la herida de anoche.

- Oh dios, eso no tiene muy buena pinta. Con lo bonitos que eran tus labios. - Miró fijamente mis labios sin apartar la mirada de ellos. Me sonrojé, otra vez. Él se fue aproximando lentamente hacia mí. Su destino eran mis labios... Espera un momento... ¡QUE ME VA A BESAR! Justo antes de que eso sucediera, reaccioné y lo aparté suavemente de mi.

- ¿Por qué no? - Preguntó triste.

- Ru...Rubén... aún eres un desconocido para mi... y... - Rubén me interrumpió.

- No hace falta que me expliques nada más. Simplemente son excusas. Lárgate ahora mismo de mi casa. - Tenía odio en su mirada cuando me dijo eso. Corrí hacia la puerta triste pero a la vez un poco enfadada y sin quererlo ni saberlo di un portazo.

¿Por qué narices se tiene que enfadar? ¿Porque no lo he querido besar? ¿Es por eso? Pues vaya chusta. Rubén es mi amigo... Pero creo que también he sido un poco gilipollas al decirle eso... Exactamente Rubén no es un desconocido para mi. Aún hay muchas cosas que no conozco sobre él, pero ya ha echo mucho por mí... y yo me porto así con Rubén... Bueno, pero se lo merece, por intentar besarme y enfadarse con algo que no viene a cuento. Así que no tengo por qué disculparme por una cosa que no es mi falta.

Me fui a casa, pero antes de entrar al portal me llega un mensaje de Noe.

NOE: Hey, ¿quieres quedar ahora en Plaza España?

YO: Claro. Y después vamos a comer por ahí.

NOE: Me parece FANTASTIKO :DDDDD

Subí a coger un poco de dinero, no demasiado para la comida de después y me fui de inmediato para allí.

Por el camino me sorprendí al ver a Carla y a Sergio paseando juntos... cogidos de la mano.

Sergio me para y Carla se me queda mirando con cara de asco hacia mi persona.

- La paliza que le di ayer a tu novio, estubo bien, ¿eh? - Cuando dijo eso me quedé boquiabierta.

- ¿¡Fuiste tú el cabronazo que se estaba peleando con Rubén, y que a parte me pegó un puñetazo!? - Exclamé realmente enfadada.

- Pues sí, y sienta muy bien desahogarse. Mira, te presento a mi nueva novia. Es fantástica. - Señaló a Carla.

- Ya nos conocemos... Tuve una grata experiencia con ella en el baño. - Dijo riéndose como una gilipollas... oh, espera, que lo era. - Adiós, y que lo pases bien con tu novio. - Añadió burlándose de mi.

En esos momentos mi ira era extrema... no podía aguantar más... iba a extallar, y me acordé de todo lo sucedido aquella noche. La amenaza del baño... la pelea de Sergio y Rubén... El puñetazo...  Ya está. He explotado. Y la bomba expansiva va hacia Carla. Me dirigo a ella que estaba agarrada del brazo de su novio. La cojo de los pelos, la tiro al suelo y me pongo encima suya iniciando una pelea más, comienzo a darle puñetazos a lo diestro y siniestro. Sin dejarle la opción de hablar en ningún momento. Sergio estaba ahí parado, sin hacer nada, como si disfrutara viendo esa disputa.

De repente aparece Alex y me coge separándome de Carla.

Sergio se lleva a Carla del brazo y se van rápidamente, yo me quedo mirándoles con mucho rencor en mis ojos. Hacían la pareja perfecta. La pareja de hijos de puta perfecta...

Tú eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora