Capítulo 31

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Rubén llamó a Noe y a Alex y les avisó de la quedada. Nosotros nos pusimos en marcha de nuevo.

Estaba triste, por todo esto, porque... Bueno, me esperaba... Algo distinto y tal, pero también estoy feliz, porque al fin y al cabo Rubén y yo ya lo hemos solucionado todo, y por lo menos ya volvemos a ser amigos... Eso es, amigos, nada más. Eso es lo que me jode un poco, pero es que no entiendo o más bien, no quiero entender, que me joda. Es que me estoy armando un lío que me va a explotar la puñetera cabeza.

Salimos de su casa y fuimos caminando hacia el cine. Estábamos contentos, y ya no había tanta tensión entre nosotros -tensión de la bonita ...-, por lo que estábamos más sueltos.

- Y... ¿Qué vamos a hacer cuando estemos con mi madre, y tal...? - Pregunto refugiando mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

- Pues seguir fingiendo, pero más... Suavecitamente, por decirlo de alguna forma. - Me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa. - A ver, a ver, esto simplemente son sonrisitas de amigüitos, ¿eh? 

- Si, si. Donchuworrychail. - Reimos ligeramente. Echaba de menos estos momentitos.

Seguimos nuestro camino. Llegamos a las puertas del cine, y allí estaban Noe y Alex esperándonos cogiditos de la mano. Yo y Rubén simplemente nos sonreíamos de vez en cuando, y ya está.

- Hola, Taco. ¿Ya está todo bien? - Me saluda.

- Sí, pero después tenemos que hablar... Pero a solas. - Contesté.

Nos saludamos todos entre nosotros y ya entramos a la sala correspondiente de la película. Optamos por ir a ver una de terror, yo me opuse, pero al final vimos la de Insidious, capítulo 2...

- Sois malos, más bien hijos de fruta... Eso es lo que sois... - Expresé enfurruñada como una niña pequeña.

Rubén rió de una forma maléfica y Noe y Alex se reían de nosotros. Entramos a la sala, no sin antes comprar unas palomitas, ni unas cocacolas. Al final yo y Rubén compartiríamos y Noe y Alex compartirían.

Resulta que en la sala solo había dos personas más, que era una pareja de unos dieciséis años. Estos estaban en la quinta fila empezando a contar desde abajo. Nosotros nos sentamos arriba del todo, como casi siempre. Comenzó la película, y se notaba la tensión en la sala. Se notaba mi miedo, y el de los demás, pero sobretodo el mío.

Esta vez,  para que Alex y Noe no nos fastidiaran la película, Rubén y yo nos pusimos en medio, quedando Noe y Alex en puntas opuestas de los asientos en los que estábamos.

Hubo un pequeño susto y me sobre salté, tirándole las palomitas a Rubén -esto me parece que ya lo he vivido...- encima. Pude observar como Noe se descojonaba de mi, y Rubén me miraba un poco enfadado.

- Muchas gracias por tirarme las palomitas encima. Esta vez lo has echo a posta, ¿eh, so cabrita? - Dijo entre pequeños gruñidos.

- Te Jodes. - Contraataco yo y seguimos viendo la película, por desgracia...

Pasaron unos cuantos minutos, y ya me estaba hartando de la película y de sus sustitos.

- Hey Taco, acompáñame al baño. - Noe se dirige a mi, estaba a mi lado.

- Si, claro, vamos. - Contesto ya levantándome.

- Vamos al baño,  dentro de un ratito volvemos, ya nos avisareis si esta parte da mucho miedo. - Expresa Noe de una forma un poco pija.

- ¡Eh, eso no se vale! Todos tenemos que pasar miedo. - Añade Rubén con un tono infantil.

- Si te parece me meo en el asiento, tolai. - Contesto yo.

Tú eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora