Capítulo 47

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Celeste

Estaba a punto de cometer la locura del siglo. Pero recapacité a tiempo y poder parar todo eso. No iba a darle esa satisfacción a Jake tan fácilmente. No soy una zorrita de carretera.

— No voy a hacerlo. No puedo. — Paré de besarlo y me separé. Me levanté de la cama dejándolo a él tumbado para vestirme.

— ¿Por qué? Ya no estás por la labor, ¿eh, vieja? — Contestó.

— No. Simplemente no voy a hacerlo; porque no quiero, porque no me apetece y porque no puedo. — Enumeré. — A parte, ¡no soy tan vieja! ¡Sólo de saco un puto año! 

— Pues dame una razón lógica y con sentido. — Permanecí en silencio mientras seguía vistiéndome. — Es por Rubén.

— No sigas por ese camino. — Amenacé.

— Es la verdad.

Antes de seguir escuchando me fui de la habitación y me fui a dormir. Tenía unas ganas tremendas de irme otra vez a España...

******

Quedaba una semana para que yo y mi hermano nos fuéramos de vuelta a Madrid. Los demás días habían sido un poco monótonos... Era salir de casa por la mañana, pasar el día con mi hermano, volver, a veces tarde, otras pronto, aguantar a Jake e irme a dormir.

En ese momento estaba cenando con mi hermano.

— Entonces... ¿Vienes conmigo? Es que ya lo tengo todo ideado en la mente y estoy muy ilusionada y feliz por esto... 

— Pues, sinceramente... He estado pensándolo y... — Entré en tensión. — ¡Claro que me voy contigo! — Me abrazó y yo correspondí su abrazo.

— ¡Siiii! — Exclamé llena de felicidad. — Ya tengo ganas de organizar todo e irnos de una vez de aquí. — Él me sonrió tiernamente y me dio una palmadita en la cabeza. <<Como una pareja de hermanos de un anime>> Pensé para mí misma y sonreí.

Acabé de cenar con él y me llevó de nuevo a casa.

Cuando llegué allí me encontré con los padres de Jake preparándose para salir a no se dónde, pero, por cómo iban vestidos, irían a un lugar muy elegante. 

— Oh, hi Honey. — Saludó sonriente su madre. 

— Vamos a una cena de trabajo, del mío, volveremos un poco tarde, hemos dejado a Jake al mando, le hemos dicho que cuide a Ellie y que cuide de ti, aunque si ves que no vale para ese puesto, puedes ponerle los pies en la tierra y darle unos azotes. — Rió Jack. — Bueno, nos vamos. Adiós. — Se fueron.

Suspiré con los ojos cerrados y subí al piso de arriba. Fui a mi habitación -y a la de Ellie- y me puse mi pijama. Ellie estaba enganchada al ordenador, estaba jugando, curiosamente, al LoL, y estaba realmente viciada. Me quedé boquiabierta ante eso, tenía los cascos puestos y estaba hablando con sus amigos, como una verdadera gamer. Ni se inmutó de que estaba allí, así que no quise molestarla. 

Me fui y por el camino choqué con Jake. Éste me agarró del brazo y me llevó hasta su habitación. Era día tras día lo mismo. A veces resulta un poco cansino y molesto, pero al fin y al cabo te acostumbras y sabes vivir con ello. De todas formas sólo queda una maldita semana para irme, que espero que pase rápido.

Nos sentamos en su cama. Encendió la tele y se puso a jugar al GTA V. Sin más.

— Si sólo me has traído a tu habitación para ver cómo de horrible juegas al GTA V, ¿me puedo ir? — Solté de brazos cruzados.

— ¿Perdona?

— De perdona nada. No tienes swag, no tienes estilo para jugar. Trae aquí y deja a la maestra.

Tú eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora