Capítulo 21

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Ya había pasado una semana desde que Rubén se fue, y me llega un mensaje mientras estaba comiendo.

RUBÉN: Princesaaaaa, que mañana a las 11 ya vuelvo a caasaaa :DDD

YO: SIIII, guaaay :') Entonces mañana te quiero veer, eh?

RUBÉN: ME LO VAH A VER TÓ. Okno. dejo mis maletas y ya voy pa'ya :))))

YO: Okis. Tengo ganas de verte D:

RUBÉN: Y yo y yo :33

Acabé de comer y me fui a mi habitación a pensar un poco. Durante esta semana que me ha faltado Rubén en mi vida... Me he dado cuenta de que... lo quiero de verdad... pero esto me va a costar decírselo y mucho... pero él también me manda muchas indirectas así que si me hago ilusiones no es mi culpa joder. ¿Me gusta? Sí. ¿Estoy enamorada? No lo puedo decir del todo segura aún. Estar enamorada es un concepto muy distinto al que te guste una persona. En fin...

Navegué un rato por internet y a las diez me di un baño relajante y largo. Acabé y me fui a dormir. Estaba impaciente por ver mañana a Rubén...

***

Amaneció y a las nueve yo ya estaba en pie. Estaba MUY emocionada, lo había echado mucho de menos. Desayuné, vi un poco la tele y a las diez empecé a preparme. 

Me puse unos pantalones grises claritos, una camisa suelta roja y unas converse rojas, a juego con mi pelo. Y éste me lo dejé suelto. No me maquillé demasiado, solo me hice la raya del ojo y me puse un "pintalabios" transparente con sabor a cocacola... 

Las once y cuarto y alguien llama al timbre. Abro el portal y la puerta y veo que es Rubén. Me abalanzo sobre su pecho y le doy un fuerte abrazo.

- ¡Princesa! Te he echado de menos. - Dijo exagerando tristeza.

- Y yo. - Hice pucheros. - Pasa que tienes que contarme muchas cosas.

Pasamos y nos sentamos en el sofá. La tele aún estaba encendida, cogí el mando y la apagué para concentrarme mejor en nuestra conversación.

- ¿Qué le pasaba a tu padre? - Pregunté tímida.

- Nada grave. Tuvo una bajada de tensión, y mi madre estaba muy angustiada y me necesitaba con ella... - Pasó su brazo por en cima de mi hombro.

- Y... ¿Ya te has echado novia? - Interrogué mirando hacia mis pies y jugando con ellos...

- No... Estoy buscando a la persona adecuada... Que es un poco tonta y no pilla muy bien las indirectas. - Miraba fijamente hacia mí.

- ¡Oye, que yo no soy tonta! - En ese momento no me di cuenta de lo que había dicho.

Hubo un pequeño silencio de veinte segundos eternos. Miro hacia Rubén y éste miraba al frente con una enorme sonrisa, sin prestarme atención alguna. Entonces se me ocurrió algo para captar su atención.

- ¿Sabes? - Miró hacia mis labios con mirada perdida. - El otro día iba paseando por la calle y me violaron. - Seguía sin moverse. - ¡Rubén!

Se acerca lentamente a mi y me da un dulce y largo beso en los labios. Después de un ratito se separa y me sonríe una vez más.

- Tus labios están ricos... y no te han violado, no me mientas que me asustas. - Rió suavemente. - Aquí el único derecho que tiene a violarte soy yo.

- Oye, tampoco te pases chulín. - Contesté feliz. - Y mis labios saben a cocacola. - Sonreí.

- ¿En serio no te has dado cuenta de todas las puñeteras indirectas que te he mandado? - Pregunta Rubén.

- Sí... pero no quería entenderlas... - Añadí. Suspiré.

Observé cómo Rubén me miraba extrañado.

- ¿Cómo?

- Nada, olvídalo, es que se me va la cabeza. Me desconcentras. - Respondí con un tono infantil.

- Veo que tu pie se ha mejorado. - Pues ya no llevaba las muletas. Seguía con el pie mal, pero ahora podía prescindir de ellas.

- Sí... ¿Y qué vamos a hacer hoy? Quiero ir a algún sitio contigo...

- Hoy salimos.

- ¿Pero en serio tengo que esperar hasta lo noche para hacer algo contigo? - Me di cuenta de lo mal que sonaba eso.

- Si quieres vamos a tu habitación y hacemos algo ahorita. - Dijo levantando las cejas cual degenerado.

- No quería decir eso joder. - Le di una colleja suave. - Me refiero a que si vamos a comer por ahí o algo...

- Ah, sí. Te invito a un McDonalds. - Dijo rascándose la cabeza. Yo acepté. - Bueno princesa, a las tres te vengo a buscar, voy a cambiarme y a colocar algunas cositas. Adiós. - Se despidió dulcemente de mi dándome un beso en la mejilla, que se enrojecieron rápidamente.

Oh, venga ya. Muchas gracias Rubén. Gracias por aclararme lo que sientes por mí. Gracias por hacerme ilusiones para que me vuelvan a hacer daño... Aunque lo que dijo Noe de que Rubén no tenía pinta de ser un hijo puta es la pura verdad... Pero, estábamos muy bien siendo solo amigos. Aunque podemos ser amigos con... ¿derecho a roce? O simplemente amigos que se dan besicos. Hay muchos de esos... Pero yo tampoco me he preocupado por lo que quiere Rubén... Pero bueno, ahora mismo soy feliz por lo que acaba de ocurrir, osea que si estoy feliz en principio es porque me ha gustado... Que me quiten lo bailao'.

***

Llegó la hora y me quedé con la ropa que llevaba, me timbró Rubén y bajé.

Fuimos caminando y noté como él me cogía de la mano y entrelazábamos nuestros dedos...  Entramos en el local y estaba llenísimo. Pedimos y fuimos a buscar mesa. No encontramos nada dentro, así que nos sentamos fuera.

Comimos callados, pero de vez en cuando hablando de algún tema...

- Rubén. - Paro de comer seria. - ¿Qué es lo que quieres? - Pregunté lo más seria que pude, intentando contener mi nerviosismo.

- ¿Yo...? - Se atragantó un poco con un trozo de su hamburguesa. Hizo una pausa, y rió suavemente. - A tí. - Sonrió y me miró con dulzura. Me sonrojé y sonreí también...

Tú eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora