El año nuevo lo pasamos comiendo las sobras del día anterior. Todos juntos en la comida, y en la cena sólo con Alex, Noe y Rubén.
Lo mismo hicimos el día de reyes, y nos atiborramos a Roscón, lo pasamos bastante normalito, y es que yo no había salido de fiesta ninguno de esos días, ni otro más desde el fin de año, porque desfasé demasiado para mi gusto, y estas últimas semanas me ha dolido mucho la cabeza... Y no entiendo por qué.
Pero es que se pasaba ya de castaño oscuro... Lo peor de todo es que sólo faltaban dos malditos días para volver a la universidad, y si voy a volver con dolor de cabeza, pues como que no hay ganas... Un momento... ¡Ahora caigo! Tengo tanto dolor de cabeza y tan amenudo, porque la idea de volver a la uni me lo da... O quizás no, ¿sabes?... En fin...
Era sábado por la mañana, y estaba tumbada en la cama, sola, porque Rubén estaba en su casa, y con mucho dolor de cabeza, sin ganas de hacer algo. Tenía pensado quedarme ahí todo el día, es que ya ni ganas de comer había, y tampoco había dormido nada... Espero que este dolor me de una tregua para la primera semana, aunque sea, de la uni...
Eran las siete de la mañana, sí, habéis leído bien, las siete. Y es que, como no pude dormir, me desperté a esa hora, y como no quería levantarme de la cama, intenté dormir otra vez.
Conseguí dormir, pero a cada hora que pasaba, me despertaba. Me estaba cansando mucho esta situación, no paraba de dar vueltas de un lado a otro de la cama, así que pasé de todo, y me desperté y me levanté finalmente. Que en realidad llevaba despierta todo el tiempo, porque no dormí una mierda, pero en fin... Al fin y al cabo el dolor de cabeza se redució un poco, pero mínimamente.
Me erguí en la cama muy lentamente, y aún así la cabeza volvió a matarme. Es malo estar mucho rato tumbado porque así te duele más la cabeza, según lo que me decía siempre mi abuela, era muy pero que muy pesada con todo el tema de cuidarme, en fin, supongo que como todas las abuelas, o al menos las típicas abuelitas españolas... Pero, ojo, que yo la quiero mucho.
Fui al baño a mirarme al espejo, y, literalmente, parecía una muerta, por la lentitud y forma de caminar, y por la cara. No tenía ni ganas de peinarme, ni de ducharme, ni nada, si eso ya más tarde... Así que lo que hice fue echarme agua fría a la cara para recapacitar un poco, y atarme en una coleta alta realmente despeinada mi pelo, mi salvaje pelo, no sin antes cepillarlo un poco para que no se me enredara demasiado.
Después fui a la cocina, a paso de tortuga. Joder, este dolor de cabeza parece que se ha extendido por todo mi cuerpo, la típica sensación de resaca que tienes un día después de salir de fiesta, vamos, pero es que llevo casi una semana sin salir, la última vez fue a finales/principio de año -JAJÁA, vale, no, me duele demasiado la cabeza para hacer chistes malos...-.
Me preparé un chocolate caliente, y me dirigí al salón.
Tenía pensado, pasar la mañana, que aún era oscura, acurrucada con la manta en el sofá viendo... Series, películas, lo que sea... Y quizás me quedaría así todo el día. Pero si este puñetero fastidio se va por lo menos un rato, tengo ganas de hacer algo por la tarde, no me gusta quedarme todo el día en casa, y menos un sábado... Bueno, en realidad sí, pero sólo si es por una buena razón, y el dolor de cabeza... No sé si considerarlo o no... Venga, va, lo damos por válido, pero eso no quita de que no quiera hacer algo.
Al final decidí ver la película de "Her", en la que participaba Scarlett Johansson como Samantha. La verdad es que las películas "románticas" no es que me llamasen demasiado, pero esta estaba muy bien. Me la ví hace tiempo, y me entraron ganas de volver a verla. La tenía perdida por ahí, así que la puse, muy a mi pesar de tener que dar un paso, y me volví a acurrucar en el sofá.
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Tú eres mi destino
RomanceCeleste Martínez es una chica de 21 años, de pelo anaranjado, ojos verdes claros, no demasiado alta, pero tampoco muy bajita y cuerpo esbelto. Estudia audio visuales para poder ser algo en esta vida. Aunque a ella ya le vale con tener un título, no...