Capítulo 43

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Llegó el día de marcharnos. Estábamos todas en el aeropuerto con ellos acompañándonos.

Se había ido ya Noe, me despedí de ella como si no la fuera a ver en muchísimo tiempo. También se despidió de los demás, se dio un fuerte abrazo con Alex, y estuvieron un buen rato así.

Después se fue Ra, a ella también la voy a echar de menos...

Y por último yo... No me gustan las despedidas.

— Alex, no te vuelvas un guarrillo por favor. — Bromeé y le di un fuerte abrazo.

— Víctor, a ti también te voy a echar de menos, cuida de Rubén y vigila que no haga demasiadas tonterías. — Sonreí y también le di un fuerte abrazo.

Llegué a Rubén y di un largo suspiro...

— Rubén, te voy a echar muchísimo de menos... — Le abracé durante varios minutos, mientras él me acariciaba el pelo. — Llámame... Ah, se me olvidaba. — Saqué la gorra del lugar en el que la tenía guardada y se la di. — Te la olvidaste en mi habitación el otro día.

— No importa, quédatela y así cuando estés en Londres no te olvidarás de mí. — Sonrió tiernamente.

Me agarró el rostro con una mano y la otra seguía rodeando mi cintura.

— Tengo unas ganas terribles de lanzarme a tus labios y quitarte la camisa... — Susurró encima de ellos. Sonreímos.

— Ya, pero es que estamos en un aeropuerto... Aunque lo de los labios es posible. — No esperó un segundo más y se abalanzó sobre ellos. Estuvimos bastante tiempo así, pero el altavoz de mi vuelo sonó y nos interrumpió. — Me tengo que ir... Adiós Rubén.

Me despedí por última vez de ellos a lo lejos, y me adentré en el avión...

***

Llegué a Londres, al aeropuerto, y caminé y caminé hasta que al fin encontré la familia con el cartel de mi apellido.

Estaban todos, Jack, Yeimy, Ellie y Jake.

Saludé al padre en mi idioma, parecía muy majo, era más o menos de mi estatura, tenía el pelo castaño, y llevaba una suave barba que también le favorecía. Después pasé a Yeimy, ella también parecía muy agradable, era un poco más alta que yo y su pelo era de un color precioso, un rubio clarísimo que parecía oro, ella tenía el pelo corto, le llegaba por encima de los hombros. La siguió Ellie, parece increíble que ella controlarse mejor el español que su madre, ella también era muy agradable, era alta para su edad, muy espabilada, y su pelo tenía un color muy característico, un rojo cobrizo muy claro caía por sus hombros, por un momento me recordó a Samsa de Juego de Tronos. Y por último Jake. Él no tenía nada que ver con el resto de los miembros, era un chulo prepotente, y esos son los peores. Su color de pelo era un castaño muy claro, casi rubio, sus ojos eran azules clarísimos, sacados, al parecer, de su madre, esbelto y alto, bastante alto. Vestía informalmente y tenía una expresión como de aburrimiento que me tenía inquieta.

— Vaya, no he mojado las bragas. — Le susurré para que sólo lo oyera él.

— Espérate unos días, que aún no he empezado...

Me llevaron a su casa, muy acogedora, y me dijeron dónde dormiría, con Ellie, en unas literas muy majas que había en su habitación.

Dejé ahí todas mis maletas y mis cosas un poco ordenadas, y me fui a dormir la siesta porque estaba agotada.

Me desperté y me dirigí al baño para lavarme la cara, y por el camino del pasillo me entretuve leyendo mensajes con mi móvil. Y claro, tenía que chocarme con alguien.

Tú eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora