Bendito fuese el día en el que Lana había aprendido a utilizar un Quinjet. Steve miraba el pequeño avión pilotado por su amiga mientras se alejaba rápidamente, distrayendo a varios pilotos más de Hydra que habían amenazado a am Wilson, que ahora se unía al Capitán para llevarlo al siguiente Helitransporte.
- Muy bien, como vuestra bella y súper útil salvadora, necesitaré un favor. – Lana empezó, tenía puesto su comunicador en la oreja y sonreía de lado a lado mientras le daba a otro Quinjet que amenazaba a Falcon.
- Lo que sea. – La voz de Sam era entrecortada, como si hubiese estado corriendo muchísimo durante mucho tiempo.
- Tío, quiero probar esas alas tu- - Un golpe en la parte de atrás del Quinjet hizo que Lana se fuese hacia adelante, dándose contra el mando de control y girando la nave.
- ¡Ten cuidado! – La voz de Steve sonó por detrás, y Lana se quedó mirando al conductor del Quinjet contrario mientras volaba.
- No puedo creer que sea tan pesado. – Lana toqueteó los canales de comunicación del Quinjet, intentando hacer conexión con el Soldado de Invierno, que en esos momentos le disparaba.
Iba a ser la mejor distracción del planeta en ese momento. Pero eso el Soldado ni lo intuía, mientras seguía de cerca a otra de sus misiones.
- Oye, Metallica – La voz de una chica empezó por el comunicador, distrayéndolo un segundo, ya que miró hacia su lado, sin saber qué narices era un Metallica. – Podemos mantener esto civilizado, o ponernos en plan Star Wars.
El Soldado cortó la comunicación con un puñetazo a la guantera de la nave, haciendo que Lana mirase hacia adelante, evitando el fuego que caía sobre ella con cuidado de no cargarse la nave.
Steve, por otro lado, estaba esperando a Sam para que lo llevase a la siguiente nave cuando vio cómo a la nave de Lana le explotaba un ala y la compuerta se abría de par en par.
Posiblemente se había vuelto loca.
El Soldado observó fijamente cómo de ahí no salía nada de nada, solo unos cuantos paracaídas, pero entonces cayó en cuenta. No estaba siguiendo a la Viuda Negra, estaba persiguiendo a la que llamaban Hekate. Le dio un golpe al mando de control mientras miraba hacia los helitransportes, pero antes de ir hacia ahí, mandó una ráfaga de balazos hacia todos los paracaídas, justo antes de ver cómo el Quinjet que Lana había pilotado se estrellaba contra el río Potomac.
- ¡Lana! ¿Estás bien?
- No tenemos señal. – La voz de Maria Hill sonaba seria, había escuchado a Lana soltar un gritito antes de que gritase 'Kowabunga'.
Pero nadie contestó por la línea de Lana, así que Steve y Sam se miraron y se marcharon hacia el siguiente helitransporte.
Abajo, en el río, Lana estaba teniendo problemas para respirar bien. El agua le había entrado por los pulmones, y el agujero de bala que tenía en pleno estómago no ayudaba para nada la situación.
Dudaba que jamás hubiese sentido un dolor tan agudo como el que estaba notando en ese momento. Y dudaba haber visto jamás tanta sangre.
Pero por sus padres, sus amigos y cualquier persona que se le ocurriese, tuvo que salir del agua. Tardó sus dos minutos mientras nadaba y gritaba de dolor, pero acabó arrastrándose por la orilla hasta llegar a un pequeño claro donde tenía una primera fila de cómo los tres helitransportes se destruían. Y acababa de comenzar.
Lana se quedó quieta en el sitio, tumbada mientras se llevaba la mano a la oreja. Había perdido su pinganillo, no escuchaba nada y no sabía qué narices estaba pasando con Steve ni con Sam, ni con Maria ni con Nat.
Intentaba mantenerse despierta lo suficiente como para que no le diese un algo, pero por mucho que lo intentase, le estaba costando mares mantener aunque fuese un ojo abierto. Se miró el estómago y se tocó la herida, notando el agujero de salida de la bala.
Menos mal que el jodido Soldado no la podía ver, o estaría muerta y enterrada en el maldito río. Ni siquiera le había dado a algo importante, o ya estaría muerta. Pero eso dolía tanto que Lana estaba segura de que se iba a desmayar en pocos minutos a ese paso.
En otro lugar de la batalla, un helicóptero se marchaba tras recuperar a Sam Wilson, que se había cargado la puerta derecha de la pequeña nave tras un salto de fe.
- Hill, ¿dónde está Lana? ¿La tienes localizada? – Natasha preguntó a los cascos gritando, mirando hacia abajo.
- Su conexión está perdida, Nat. – Maria estaba mirando la pantalla de su ordenador mientras intentaba encontrar a Steve. – Steve estaba en el helitransporte Charlie cuando disparé.
El helicóptero se quedó en silencio unos segundos mientras veían cómo el último helitransporte se iba abajo, en pleno río, cargándose un puente que llevaba al Triskelion en cuestión de segundos.
Lo que ellos no habían visto, pero Lana sí, era que una figura había caído de la nave, y otra detrás. Eso fue motivación suficiente para hacer que se volviese a meter en el agua con pesadez. Maldita fuese la promesa que le hizo a Terry Golden.
Lana nadó con la poca fuerza que le quedaba hasta ver que las dos figuras se acercaban a ella, y entonces, decidió hacerse invisible de nuevo, observando con cautela. Aunque si te fijabas mucho, podías ver hilos de sangre por el agua.
Decidió seguir al Soldado de Invierno, que tenía todo el pelo largo pegado a la cara, heridas en las mejillas y llevaba a su espalda a Steve Rogers. En estado comatoso.
Lana salió del agua al mismo tiempo que el Soldado, solo que no la podía ver. Bueno, si se fijaba bien y dejaba de mirar a Steve, podía ver pisadas en el suelo. Y si ya faltaba algo, era que se resbalase y se cayese de boca al suelo, haciendo que Bucky se extrañase y mirara hacia el suelo.
- Parece ser que recuerdas. – Lana apareció al lado de Steve, con un agujero en el traje y barro por toda la cara, pero aun así, con una expresión muy extraña para el tío del brazo de metal. Estaba sonriendo. No le dijo nada mientras miraba a Steve, que soltó agua de la boca, indicando que estaba vivo. – Podemos ayudarte.
No le respondió nada mientras la miraba, se iba a desmayar en breves debido a la pérdida de sangre, seguramente estaba delirando. ¿Cómo podía ofrecerle ayuda? ¿A él?
- Mi nombre es Lana Corton. – La chica fue a ofrecerle la mano, pero no se movió un centímetro, y la dejó caer. – Ayudo a gente, es mi trabajo. – Hizo una pausa. – Posiblemente estaré en el hospital por unas semanas, si me necesitas, ahí estaré.
Bucky no lograba comprender qué narices pretendía esa chica, pero asintió igualmente y se marchó, justamente viendo cómo Lana cogía el comunicador de Steve y hablaba con alguien, sonriendo antes de tirarse en el barro y desmayarse.
Lo que Lana no sabía, era que en menos de seis meses, Bucky Barnes se convertiría en uno de sus puntos débiles.
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HEKATE [Bucky Barnes]
FanfictionLana Corton tiene que dejar el cumpleaños de su madre cuando recibe la llamada de su jefe. La necesita en Washington D.C. Condiciones de Sombra Profunda. Y ella pensaba que ser Vengadora solamente significaba dinero. [cover por @roggxrs] Bucky Bar...