XXXIII

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- Sam, azotea suroeste, lleva a Lana. – Steve avisó, y Lana se apartó mientras saltaba hacia la siguiente azotea, sin cuidado de caerse.

Lana también saltó, pero Sam la agarró antes de caer al vacío, que era lo que posiblemente hubiese hecho si no la hubiese cogido a tiempo. La soltó con cuidado en el suelo lleno de piedras mientras un helicóptero se acercaba a ellos, dispuesto a disparar.

De hecho, dispararon directamente contra el tío disfrazado de gato, que se giró con malas pulgas hacia el helicóptero, pero ninguna bala le dio. ¿De qué narices era ese traje?

- ¡Sam!

- ¡Voy! – Sam se acercó al helicóptero, usando su cuerpo como misil y desequilibrándolo, haciendo que Bucky usase unos segundos de confusión para escapar del gato gigante.

Y saltó por otra azotea. Oh, si ambos salían vivos de ese ataque, Lana iba a mantener a Bucky muy alejado de las alturas. Alturas que ella no podía saltar, al menos.

Steve siguió al gato gigante, que saltó sin problemas, pero él miró hacia abajo un segundo antes de mirar a Lana y asentir, saltando del edificio.

- Odio a los súper soldados. – Lana murmuró, mirando hacia arriba mientras Sam se acercaba a ella volando.

- Qué me vas a contar. – Lana saltó hacia abajo y Sam la agarró, dejándola justo al lado de Steve, que ya iba corriendo detrás de Bucky y el gato asesino.

Bucky saltó a un agujero y el gato lo siguió, ambos cayendo en plena autovía, una de las principales de Bucarest. Steve lo siguió, y Sam tuvo que bajar a Lana justo antes de volver a subir.

Lana juraba que jamás había tenido que correr tan rápido detrás de alguien, y Steve ya se le estaba escapando delante de sus ojos.

Un coche de policía la pasó con facilidad, y empezó a aminorar la marcha del coche cuando llegó junto a Steve, que le pegó con el escudo en el parabrisas, haciendo que el coche frenara. Lana llegó bufando al coche de policía justo cuando Steve tiró al tipo fuera del coche y lo robaba, dándole un golpe al parabrisas para sacarlo de ahí.

- Enserio, estoy empezando a plantarme si mis habilidades son del todo guays. – Lana comentó hacia Steve, que empezó a acelerar hacia el gato negro que perseguía a su novio.

- Sigo enfadado.

- Pues desenfádate, ¡no todo es mi culpa!

- ¡Deberías aprender a controlarlo!

- ¡Sí, claro, como si fuese su madre! – Lana gritó, mirando al tío vestido de gato que tenían al lado. - ¡¿Quién es ese!?

- ¡No lo sé! – Y con eso, el tipo vestido de gato se subió a su coche, cogiéndose con las uñas mientras Lana miraba hacia atrás, viéndolo colgando.

- ¡Me está empezando a cabrear!

- Sam, ¡no nos deshacemos de él! – Steve miró a Lana, que cargaba su arma como podía para después disparar una vez contra el parabrisas trasero, pero no le hizo nada al tipo, Lana recordó que su traje había aguantado balas de helicóptero, golpeándose mentalmente por no recordarlo. - ¿Qué pasa? ¿Ha tocado a tu novio y ya te pones celosa? – Lana miró hacia Steve, que tenía cara de hacer broma, hasta que no vio que Lana se riese. - ¡Oh, por favor!

- ¿Estáis saliendo?

- En seis días hacemos un año. – Lana se puso roja, mirando a Bucky, que todavía seguía corriendo.

Varios coches de policía aparecieron delante de ellos, y detrás, Steve aprovechó para intentar sacar al tío raro del disfraz de gato de la parte de atrás con varios golpes a otro coche de policía. Bucky, por otro lado, al verse rodeado, se fue hacia la parte en contra dirección de la autovía, esquivando coches como podía mientras Steve lo seguía, cargándose una pared llena de bidones de tierra que servían para separar el tráfico.

Lana se tapó la cara al igual que Steve para evitar que la arena les diese en plena cara, y ambos vieron, claramente, como Bucky robaba una moto. En marcha.

- Es idiota. – Los dos dijeron a la vez, Lana miró a Steve, que sonrío de lado un segundo antes de concentrarse en la carretera.

Lana escuchó cómo el gato subió al techo del todoterreno de policía que llevaban e intentó disparar, al menos para distraerlo, pero nada. Sam entró al túnel, siguiendo de cerca la moto con Bucky y al coche con los Vengadores.

El tío del disfraz se lanzó hacia Bucky, casi tirándolo de la moto de no ser por el brazo de metal, que lo aguantó mientras dejaba atrás un rastro de chispas, tirando al gato negro lejos con una patada, mientras Steve lo esquivaba con el coche y Bucky se enderezaba de nuevo en la moto.

Condujeron unos segundos pensando que todo iba a salir bien, hasta que Sam les pasó por delante, quejándose mientras volaba con el gato cogido a sus alas. Bucky miró atrás y negó con la cabeza, murmurando algo en ruso mientras disparaba una granada hacia la parte de arriba del techo de la autopista.

Steve cogió a Lana y giró el coche al completo mientras abría la puerta y saltaba, cayendo y estirando a la chica para que corriese mientras el coche que habían usado daba vueltas de campana justo detrás de ellos.

Esos veinte últimos segundos pasaron como a cámara lenta para la chica, que corría como si la vida le fuese en ello. Bueno, sí, se podría decir que le iba la vida en ello. Lana sacó la pistola mientras apuntaba al tío del disfraz, que había sido tirado al suelo por Steve, que lo placó literalmente.

- Ni un paso más, gatito. – Lana avisó, con las manos en una de sus pistolas, que seguramente estaba vacía.

Pero dudaba que fuese a hacer efecto el hecho de dispararle, y en pocos segundos, se vio rodeada de policía, con Steve entre ella y Bucky, que se miraron unos segundos. Rhodey cayó del cielo literalmente, apuntando con todas las armas que tenía a los cuatro responsables.

- Se acabó, ríndanse. – Lana soltó una bocanada de aire y bajó la pistola, Steve tenía un brazo estirado hacia su mejor amigo, que miraba hacia adelante.

Dos años escondiéndose con Lana para acabar ambos arrestados. En el fondo, sabía que iba a acabar así. Steve se guardó el escudo en la parte de atrás de su traje, levantando ambas manos, Lana simplemente lo imitó, mirando hacia Rhodey.

- Enhorabuena, Capitán, ahora usted y Hekate son delincuentes. – Lana rodó los ojos mientras notaba a un agente ponerle las esposas detrás de la espalda, rodando los ojos mientras se quejaba.

Al menos a ella no la tiraron al suelo, como hicieron con Bucky, que miró hacia adelante mientras varios policías lo cogían preso. El gato que tenían delante también levantó las manos, quitándose la máscara.

Lana casi grita al ver quién era. Esa cara la reconocía de la televisión. Era el nuevo rey de Wakanda, T'challa.

- Alteza. – Rhodey lo miró con su traje de máquina de guerra, y él pasó su mirada por los integrantes del equipo de protección de Bucky, fijándose especialmente en Lana, con los ojos entrecerrados.

Eso se estaba poniendo de lo más interesante. 

HEKATE [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora