XI

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·diecisiete·

Bucky se encontraba observando a Lana mirando uno de los libros, pero no le estaba prestando atención. Se lo notaba porque no arrugaba la nariz, y sus ojos no se movían por las letras. Quiso preguntarle si todo iba bien, pero se cortó, y miró su libro, con un boli entre las manos, dándole vueltas distraídamente.

Hacía dos meses desde que se había cargado la máquina de memoria, y poco a poco, iba recordando, sobre todo entre sueños. Sueños que a veces no provocaban buena impresión en los vecinos. Lana ya había recibido quejas de los gritos que los vecinos escuchaban.

Había puesto buena cara y los había mandado a freír espárragos con una sonrisa.

Bucky todavía no entendía qué narices hacía Lana con él. Protegiéndolo y ayudándolo a ponerse bien.

No tenía sentido alguno. Pero con la tontería, la chica había pasado casi tres meses en Washington, durmiendo en el hotel mientras él dormía en el pequeño estudio.

Había noches en las que estaba tentado de ir al hotel a despertarla y contarle su nuevo recuerdo, pero esperaba a la mañana, normalmente quedándose dormido en el sofá con una libreta entre las manos, por si acaso.

Lana suspiró y pasó de página sin pensar mucho, algo que molestó bastante a Bucky, que lo podía relacionar con algo de su pasado. Algo...no, alguien...Casi lo tenía.

- Steve. – La palabra salió de su boca sola, y miró hacia adelante, haciendo que Lana se alarmase bastante.

- ¿Cómo lo has sabido?

Los dos se miraron unos segundos, ninguno se había esperado la reacción del otro. Lana tragó saliva y Bucky levantó una ceja.

- He recordado algo sobre Steve. – Lana bajó los hombros, pero él ya había escuchado la primera frase. Podía ser amnésico, pero no era tonto. – Se ponía igual que tú cuando algo le molestaba.

- No me molesta nada. – Lana rodó los ojos, y Bucky levantó la comisura del labio, mirándola fijamente.

- Steve también decía eso.

- Me ha dicho que tiene una pista de tu paradero. – A Bucky se le cayó la pequeña sonrisa que se le había formado en la comisura del labio, mirando fijamente a Lana. – Se ve que te vieron en un parque en Washington, caminando mientras hablabas solo.

- No hablaba solo.

- Ellos no lo saben. – Lana se sentía bastante mal por no haberle dicho nada a Steve, pero la posibilidad de que se enterase hacía que Lana empezase a tener ansiedad. – Se ve que un tío te vio en Twitter, te hizo una foto sentado en un banco.

- ¿Twitter?

- Una red social, no te preocupes por eso. – Lana suspiró, apoyando su cabeza en sus rodillas, mirando a Bucky, que tenía la mandíbula tensa y cara de estar pensando. - ¿Qué hacemos? Podría avisar a Steve y-

- No, Steve no.

Lana no hizo más preguntas, y asintió, pero se quedó callada, pensando en qué hacer en ese momento. ¿Qué iban a hacer? Si Sam y Steve tenían ya una pista, no les quedaría mucho para encontrarlo.

Lo único que Lana podía hacer era entorpecer la búsqueda. Y entorpecer se le daba genial.

- Quiero... - Bucky empezó, y Lana abrió los ojos como platos. Normalmente, Bucky no demandaba cosas, esperaba a que Lana las hiciese para entonces tener una especie de permiso personal para imitarla. – Quiero recordar, y entonces ver a Steve.

HEKATE [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora