HEKATE [Bucky Barnes]

XXX

Lana y Wanda estaban sentadas con Nat en un sofá, mirando hacia Rhodey y Sam, que se peleaban bastante pasionalmente justo detrás de Steve, que llevaba veinte minutos leyendo los acuerdos de Sokovia. Iba por menos de la mitad, así de grande era.

Tony tenía una mano en la cara y se tumbaba en uno de los sofás, ignorando la conversación, mientras Visión estaba delante de Wanda, sentado elegantemente.

- El secretario de estado Ross tiene la medalla de honor del Congreso, que ya es más de lo que tienes tú.

- Digamos que accedemos a eso, ¿cuánto tardarán en ponernos un rastreador como criminales? – Lana rodó los ojos, imitando la posición de Tony.

- Ciento diecisiete naciones quieren firmarlo. Ciento diecisiete. Y tú a mí me da igu-

- ¿Hasta cuándo vas a jugar a dos bandas?

- Rhodey, que tantas naciones quieran firmarlo no significa que estén en lo cierto, ¿sabes? – Sam señaló a Lana, que levantó las manos hacia el cielo. – Y el tipo ese tenga una medalla del congreso no significa que tenga razón también.

- Yo lo que digo-

- Yo tengo una ecuación. – Visión interrumpió a Rhodey, y todos se giraron hacia él, que los miró como siempre; neutral.

- Ahora todo quedará más claro. – Sam ironizó, girándose con los brazos cruzados hacia Visión.

- Desde que hará ocho años el señor Stark se revelara a sí mismo como Iron Man, el número de personas mejoradas conocidas ha aumentado exponencialmente, en el mismo período, el número de sucesos potencialmente destructores del mundo ha aumentado en una proporción acorde. – Lana levantó una ceja, mirando hacia Visión.

- ¿Y somos los culpables? – Steve levantó los ojos del tratado de Sokovia, levantando también una ceja.

- Lo que digo es que puede haber una causalidad. – Visión hizo una pausa, mirándolos a todos. – Nuestra fuerza invita al desafío, el desafío incita al conflicto, y el conflicto...genera la catástrofe. – Todos se quedaron en silencio, como si no tuviesen nada que añadir. Eso ya lo sabían. – La supervisión... no es una idea que se deba desestimar así como así.

- Boom. – Rhodey exclamó, y Sam lo miró mal desde su posición, mientras Lana los miraba y rodaba los ojos.

- Tony. – Nat abrió la boca, hablando de manera afable, Tony simplemente se quitó la mano de la cara y la miró. – Curiosamente hoy no haces uso de tu consabida verborrea.

- Ya tendrá la decisión tomada.

- Qué bien me conoces. – Tony acabó, levantándose del sofá y moviéndose hasta la cocina. Lana tuvo que girarse para mirarlo, apoyando sus manos en el sillón donde estaba sentada. – Tengo un fuerte dolor de cabeza electromagnético, eso es lo que me pasa, Capitán, me duele. Es malestar. ¿Quién tira los posos del café en el desagüe? – Tony se giró tras llenar un vaso de agua, yendo a la pequeña isla de la cocina. - ¿Pretendéis convertir esto en una pocilga? – Hizo una pausa, dejando su teléfono en el vaso de la fruta y tocando un botón, creando un holograma. Una fotografía de un chico se mostró, y Lana lo miró fijamente mientras Tony se tomaba una pastilla. – Oh, por cierto, este es Charles Spencer, un gran chaval, licenciado en ingeniería informática, nota media: sobresaliente. – Tony se echó un poco más de agua, explicando casualmente la vida de ese chico. – En otoño iba a formar parte de la plantilla de Intel, pero primero quiso disfrutar de unos quilómetros antes de acabar apalancado en un escritorio, ver mundo y de paso, prestar un servicio. – Hizo una pausa, Lana bajó los ojos. – Charlie no quiso ir a Las Vegas o a Fort Lauderdale, es lo que habría hecho yo, ni tampoco a París o Ámsterdam a divertirse. – Tony miró hacia la pared, Lana por un momento pensó que se iba a echar a llorar. – No, decidió dedicar el verano a construir viviendas sostenibles para los pobres. ¿Y dónde? En Sokovia.