Capítulo 5

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AERYN

No puedo dormir. Estoy inquieta pensando en Dan. Sólo espero que no haga ninguna locura.

Tampoco puedo evitar pensar en Fredek, en sus ojos, pero sobre todo en su forma de mirarme. Aún recuerdo lo enamorada que estaba cuando era pequeña de él. La primera vez que le ví vino a casa junto con Dan. Ellos se metían conmigo y al principio le odiaba pero un día todo cambió. Unas chicas se estaban metiendo conmigo porque el oftalmólogo me había puesto un parche en el ojo. Me habían tirado al suelo y yo empecé a llorar. Mi hermano estaba malo y se había quedado en casa por lo que no podría defenderme.

- ¿Qué le estáis haciendo a mi novia?- gritó furioso Fredek y todas se fueron corriendo.

Yo paré de llorar y agarré la mano que me tendía para ayudarme a levantar.

- ¿Por qué me has ayudado?- pregunté limpiando mis lágrimas.

- Porque eres la hermana de mi mejor amigo- se encogió de hombros y yo miré tímida al suelo.- Vamos, pecas, sonríe- me dijo y cuando le miré en su cara estaba la sonrisa más bonita que nunca antes había visto.

Desde entonces les decía a todas mis amigas que Fredek era mi novio y que nos íbamos a casar.

Sonrío como una tonta recordando lo inocente que era. Pero todos crecemos, desgraciadamente, y todos cambiamos.

Un golpe en el piso de abajo llama mi atención. Bajo corriendo las escaleras y me encuentro a mi padre sujetando a mi hermano cubierto de sangre junto a otro hombre.

- ¡Dan!- corro hacia él- Dios mío, ¿qué ha ocurrido?- pregunto histérica.

- Marcus, ayúdame a subirle al paso de arriba- el tal Marcus sujeta a mi hermano de los pies y mi padre le carga por los hombros.

Yo lloro impotente mirando la escena. Ambos le dejan sobre la cama y Dan da quejidos de dolor.

- Lo siento, Viktor, pero debo marcharme- le dice Marcus a mi padre.

- Tranquilo, muchas gracias por traerle.

Marcus se marcha y ambos nos quedamos con Dan.

- Papá, debemos llevarle al hospital- le digo llorando.

- No...- dice Dan a duras penas.

- Pero, ¿tú te has visto? ¿Quién te ha hecho esto?

- Tu mate- me dice con palabras cargadas de odio y mi mundo se viene abajo.

¿Cómo ha podido hacer esto? No pensaría que su crueldad llegaría a estos extremos.

Mi padre le dió unas pastillas para el dolor y durmió. Yo estaba de rodillas en el suelo sujetando su mano.

- Aeryn, ve a dormir- me dice mi padre y yo niego con la cabeza sin dejar de mirar la cara magullada de Dan.

Mi padre entiende que no me voy a mover de su lado así que decide marcharse.

Acaricio la cabeza de Dan. Él está así por mí. Debí haberle detenido. Debí haberle obligado a volver conmigo a casa.

•••

Algo me despierta. Alzo mi cabeza y veo a Dan mirándome.

- Pequeña, no tendrías que haber pasado aquí la noche- me dice Dan adolorido.

- ¿Qué hora es?- pregunto somnolienta.

- Son las siete de la mañana.

Me sorprendo al darme cuenta de que he pasado toda la noche aquí con la misma postura, de rodillas en el suelo apoyando mi cabeza sobre la cama.

- Sube.

- No quiero hacerte daño.

- No lo harás.

Me tumbo junto a él en la cama y le abrazo.

- Lo siento, Dan.

- Tú no tienes la culpa de lo que ha pasado.

No le contesto pero sé que no tiene razón. Tendré que ajustar cuentas con Fredek y que pase lo que tenga que pasar.

•••

Después de dormir junto a Dan hasta las dos de la tarde, vino un médico a casa y dijo que estaba bien. A parte de los golpes a visibles, tenía un par de costillas magulladas pero ninguna rota. Siendo lobo se recuperará con rapidez pero será doloroso.

No comí. No tenía apetito. Mi padre me había prohibido ir en busca de Fredek, al menos hasta que se calmasen un poco las cosas, pero no puedo hacerlo. A las cinco y media de la tarde decido ir hasta su casa, o mejor dicho hasta su mansión.

Cuando me encuentro frente a su puerta dudo un poco. No me da vergüenza admitir que tengo un poco de miedo. Finalmente me armo de valor y llamo. Espero unos segundos hasta que abre la puerta una chica morena muy guapa con los mismos ojos que Fredek.

- Hola,- me dice con una gran sonrisa,- ¿te puedo ayudar en algo?

- Sí, yo... bueno, quería hablar con el Alfa- le digo algo nerviosa.

- Ha salido hace una hora pero estará por llegar. Si quieres puedes esperar dentro- me dice.

- Muy amable pero no quiero ser molestia.

- ¿Molestia? ¡Pero si me harías un favor!- dice riendo.- Estoy muy aburrida y nunca vienen visitas a esta casa. Entra, por favor.

- Está bien- la acompaño hasta el interior y me lleva hasta la cocina donde nos sentamos en unos taburetes colocados alrededor de una isla de cerámica.

- ¿Cómo te llamas?- me pregunta la chica.

- Aeryn.

- ¡Es un nombre precioso! Yo soy Abigail, la hermana de Fredek.

- ¿Eres Abi?- ella suelta una carcajada.

- Hacía años que nadie me llamaba así.

- Qué raro, de pequeña todo el mundo lo hacía- ella asiente.

- Perdona, pero yo a ti no te recuerdo. Ni siquiera me suenas de vista- dice algo apurada.

- Tranquila, no pasa nada- sonrío.- He estado fuera muchos años. Soy hermana de Dan Vólkov.

- ¿Me lo dices en serio?- asiento- ¡Dan me ha hablado muchísimo de ti! Llegué a pensar que no tenía ninguna hermana y que todas esas historias se las inventaba.

- Pues ya ves que no- río.

- Dan es genial. Es una pena que mi hermano y él ya no se traten- dice apenada y yo me pongo tensa recordando el porqué de mi visita.- Y dime, ¿por qué has venido? No creo que a Dan le haga mucha gracia que estés aquí.

- No lo sabe. He venido porque tengo que hablar con tu hermano de un asunto muy serio.

- Vaya, suena malo.

- Lo es y, entre tú y yo, no quiero saber cómo acabará la conversación.

- Bueno, a lo mejor tienes suerte. Ayer me dejo ir a dormir a casa de una amiga y él nunca lo hace- se encoge de hombros.

- Oye, Abi- sonríe al escuchar cómo la llamo.- ¿Tú sabes por qué Dan y Fredek dejaron de ser amigos?

- No sé la historia muy bien, sólo sé que...

Pero no termina la frase porque escuchamos la puerta de la casa cerrarse.

- ¿Abigail?- me pongo tensa al escuchar esa voz.

- ¡Estamos en la cocina, Fredek!

- ¿Estáis? ¿Quienes est...- se detiene al verme.- Aeryn.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora