Capítulo 35

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AERYN

- ¿Qué? ¡Imposible!- digo a la defensiva.- Mi madre era una simple humana, no podía ser una bruja.

- ¿Cómo puedes estar tan segura?- pregunta Olenka.

- Porque viví con ella durante veinte años, de haber sido bruja, ¿no crees que hubiese tenido algún indicio de ello?

- Si no me crees, ¿por qué no le preguntas a tu padre?- me dice Olenka alzando una ceja.

- ¿Mi padre? No, él me lo hubiese dicho, nunca me ha ocultado nada.

- Claro, porque si confías en alguien no tienes por qué ocultarle nada... ¿o me equivoco?- me dice con una sonrisa malisiciosa.

No puedo creerlo, sabe que le oculto a Fredek el lío de su hermana con el demonio. Ahora me siento fatal.

- Tranquila,- me susurra al oído,- sé guardar secretos- me dice y mira de reojo a Dominic.

No entiendo a qué viene ese gesto con él pero ahora mismo es lo que menos me preocupa.

- ¿Cómo sé que esto no es un truco para que dude de mí padre?

- Porque yo no gano nada con ello- dice Olenka.

- ¿Y qué cambiaría si lo que me estás contando es real?

- Aún tengo mis dudas. ¿Nunca has hecho algo fuera de lo normal? Quizás te has enfadado con alguien y has hecho que se caiga o has saboteado a alguien sin mover un dedo?

- No... Creo estar segura de que no.

- Curioso- dice pensativa.

- Espera,- interrumpe Fredek,- ¿estás insinuando que Aeryn podría ser una bruja?

- Así es.

- ¡Eso es una estupidez! Ella es un lobo, no hay posibilidad de serlo. Que tenga padres de distintas razas la hace ser una cosa u otra, pero no las dos al mismo tiempo- dice Fredek frustrado.

- No siempre, se han dado casos en los que...

- ¡Ni hablar! ¡Es imposible!- dice Fredek a la defensiva.

¿Por qué se pone así? ¿Esto quiere decir que si fuese medio bruja ya no me querría?

Bajo mi mirada entristecida.

- Bueno, creo que es el momento de irnos- dice Olenka y me pone su mano en mi hombro izquierdo haciendo que levante la cabeza para mirarla.- Investigaré sobre tu caso y te mantendré informada.

- No tienes que perder el tiempo, ella no es una bruja- alza la voz Fredek.

Olenka ni siquiera le mira.

- Buenas tardes- dice y se marchan.

Miro a Fredek y él me mira distinto, de una forma que no me gusta nada. Después desvía su mirada y se marcha de la casa sin decir nada. Yo tengo ganas de llorar pero retengo mis lágrimas. Dominic parece notarlo y me abraza por los hombros.

- Tranquila, Aeryn, todo saldrá bien- me susurra.

•••

- Hola, cariño, ¿cómo estás?- me pregunta mi padre con la sonrisa que le caracteriza.

- Papá, tengo que hablar contigo- le digo seria.

- Sí, claro, pasa- me dice y entro en la que era mi casa.- ¿Ha ocurrido algo?

- Sí. Te voy a preguntar algo y quiero que seas totalmente sincero conmigo.

- Siempre lo he sido- me dice confuso.

- Papá, ¿mamá era... era una bruja?- le pregunto y él empalidece en el acto.

Ya está, no hace falta que me diga más, su cara siempre ha sido como un libro abierto.

- ¿A qué viene eso, hija?

- No te hagas el loco, papá, no conmigo, por favor- le digo triste.

- Antes o después lo teníais que saber tu hermano y tú- dice cansado y se sienta en una silla.- Sí, tu madre era una bruja y antes de que saques conclusiones precipitadas, déjame explicarte todo- me dice y yo asiento.- Cuando nos conocimos, el amor entre distintas razas estaba penado con la muerte- me dice y abro los ojos con sorpresa.- Ahora no está bien visto, pero no nadie te matará por ello ya que se entiende que no se puede elegir de quién te enamoras. Tu madre lo dejó todo por mí. Fingió su desaparición y gracias a un hechizo consiguió que el resto de brujos pensase que realmente había sido así. Se apartó de toda su familia. Me dolía ver cómo los echaba de menos por lo que yo intentaba conseguir información sobre cómo iban sus vidas para que estuviese más tranquila. Finalmente la situación nos superó a ambos pero no podía volver con dos hijos lobos por lo que decidió marcharse y empezar una nueva vida como humana, algo que no la costó mucho ya que llevaba años fingiendo serlo- mis ojos se llenan de lágrimas al pensar en lo duro que debió de ser para mi madre dejar toda su vida atrás.

Me pregunto si yo haría lo mismo por Fredek. No me hace falta pensarlo mucho: seguro que lo haría.

- ¿Por qué no nos has contado a Dan y a mí esto antes?- le pregunto.

- Porque nunca veía el momento. Llegó un día en el que ni siquiera lo ví necesario- dice suspirando pesadamente.- ¿Cómo te has enterado?

- Me lo dijo Olenka- le digo y me mira con pánico en sus ojos.

- ¿Qué? No puede ser... ¡Olenka te ha encontrado!- dice nervioso.- ¿Qué te ha dicho? ¿Te ha hecho algo?

- No, no, tranquilo, papá, todo lo contrario. Ella se metió en mi mente y me mandó venir a hablar contigo. Me dijo que tú sabrías toda la verdad y luego se marchó.

- ¿No te dijo nada más?- pregunta.

- No, nada- niego con mi cabeza.

- Tu madre y yo alguna que otra vez pesamos en lo que ocurriría si Olenka e Iván se enterasen de lo nuestro.

- ¿Olenka e Iván ya eran los líderes de los brujos en esa época?- pregunto sorprendida.

- Esos dos tienen más años de los que te puedas imaginar.

- ¿Más que Rustam?- pregunto.

- No creo que tantos- responde.

•••

- ¿¡Qué mamá era qué!?- grita mi hermano.

- Una bruja- le digo dando otro mordisco a mi sándwich.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquila?

- ¿Por qué no debería estarlo?- le pregunto y Abigail ríe.- No es nada malo.

- Lo sé pero es... chocante- dice alzando sus cejas pero ya más calmado.

- Olenka me dijo que si averiguaba más información sobre ella me avisaría.

- Un detalle por su parte- dice sarcástico y yo ruedo mis ojos.- Por cierto, ¿dónde se ha metido Fredek?- pregunta y el hambre se me quita de golpe.

- No lo sé. Se marchó cuando se enteró de lo de mamá y aún no ha vuelto.

- Qué raro...- murmura Dan.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora