FREDEK
Corro. Corro como si fuese lo único que tuviese que hacer en esta mierda de vida que me ha tocado vivir.
¿Por qué? Mi cachorro. Un alma inocente que no había tenido tiempo de hacer mal a nadie. Sé que aún no estaba gestado, que no habíamos tenido tiempo ni siquiera de hacernos ilusiones pero no puedo evitar pensarlo. ¿Hubiese sido niño o niña? ¿Sería tan terco como su padre o tan precioso como su madre? Me martirizo yo solo pensándolo.
Atravieso el bosque hasta llegar a una zona más frondosa y me dejo caer en el suelo. No quiero que le pase nada más a nadie. Antes me daba igual, no tenía a nadie pero ahora tengo mucho que perder y Rustam sabe darme donde más me duele. Ni siquiera la traición de su sobrino me reconforta. Estoy tan dolido que el mal ajeno no me provoca el mismo regocijo que me provocaba antes.
No quiero dejar a Aeryn sola en estos momentos, sé que estoy haciendo mal pero necesitaba salir de esa habitación. He estado ahí encerrado durante más de una semana y me estaba empezando a ahogar. Además, está con su hermano.
Decido volver. Camino despacio y no sé lo que tardo en llegar hasta el hospital. Subo y entro en la habitación de Aeryn. Me ve y en su rostro se puede ver reflejada preocupación. No decimos nada. Ella abre sus brazos hacia mí y yo no rechazo su invitación.
- Te quiero- murmuro.- Nunca te alejes de mi lado.
- No lo haré- dice acariciando mi pelo.
- ¿Cómo te encuentras?- la pregunto.
- Mejor. Al menos más despierta- ríe y su risa provoca mi sonrisa.- El doctor me ha dicho que si sigo así en dos días podré volver a casa pero que no podré salir de la cama hasta tres o cuatro días después, según como yo vea que me encuentre- asiento.
- Te quedarás en mi casa. Ya lo hablamos pero con todo lo que ha ocurrido últimamente lo aplazamos demasiado. Yo cuidaré de ti- ella sonríe y me da un dulce beso en los labios.
Mi corazón se estruja cada vez que me da la más mínima muestra de afecto. Me tiene a sus pies.
Ahora la fuerte es ella. Quizás siempre lo haya sido. En temas referentes a ella, yo soy muy débil.
•••
Un par de días después Aeryn ya está en mi casa. En nuestra casa. Me llena de felicidad poder decirlo. La instalo en mi cama y no la dejo moverse sola. A veces la pillo levantándose de la cama y cuando la miro serio ella siempre alega que quiere ir al baño haciéndome reír.
He estado hablando con Dan y ambos coincidimos en no volver a atacar a Rustam, pero de todas formas deberemos prepararnos para un nuevo ataque por su parte, eso será lo más sensato.
Marcus es el que lleva el tema de los entrenamientos en la manada. Dan se va a encargar de hablar con el resto de las manadas de los alrededores. Con algunas tenemos mejor relación que con otras pero hay algo que tenemos en común: nuestro odio a los vampiros. Yo he estado ocupado cuidando de Aeryn pero debo admitir que Abigail me ha ayudado mucho. Ha estado muy preocupada por ella y es normal porque desde que llegó a nuestras vidas, yo cambié mucho y eso es algo que Abigail siempre la ha agradecido.
Por su parte, Aeryn quiere mostrarse bien ante nosotros pero a mi no me engaña, sé que está muy débil. Siempre tiene sueño y puedo evitar preocuparme por ella. Sólo espero que todo esto pase rápido y quede en un simple susto.
Recibo una llamada de Dan.
- ¿Todo bien?- pregunto.
- Sí, todo bien. He visitado tres manadas y dos de ellas me han dado su apoyo sin problemas.
- ¿Y la otra?
- La otra es la manada Marea Alta- lo suponía.- Su Alfa quiere invitarnos a una cena para confraternizar. No creo que sea muy difícil convencerlos pero quieren verte y sobre todo conocer a la Luna de nuestra manada.
- Aeryn no puede salir de casa, Dan- le recuerdo.
- Lo sé, se lo he explicado a Thomas y lo ha entendido. Me ha dicho que podría ser el sábado dentro de dos semanas para que Aeryn tenga tiempo de recuperarse por completo.
- ¿Quiénes se supone que deberíamos asistir a esa cena?- pregunto.
- Marcus, Abigail, Aeryn, tú y yo.
- ¿Abigail también?
- Sí, quiere a toda tu familia.
- Si no conociese a Thomas pensaría que es una encerrona.
- Yo también lo pensé pero no hay peligro.
- Si me lo dices tú no tendré que preocuparme por nada. Siempre has tenido un sexto sentido para estas cosas- río.
- Lo sé. Entonces, ¿le llamo para confirmarlo todo?
- Está bien- suspiro.- ¿Algo más?
- No, eso es todo.
- De acuerdo.
Colgamos y pienso en la cena. Estoy cansado de "celebraciones". Estás cosas sólo nos ponen más en peligro de lo que ya estamos, pero si no hay más remedio, hablaré con Aeryn. Además, si algo me ha hecho aceptar la oferta ha sido que Dan me dijese que el Thomas, el Alfa de Marea Alta, quisiese que fuésemos a su casa y no al revés. Demasiados ataques en la manada como para tener que afrontar uno más.
Voy a la habitación en la que está Aeryn. Abro intentando no hacer mucho ruido ya que está dormida. Me tumbo junto a ella en la cama y la abrazo.
- No dejaré que nada te pase, mi Luna- la beso la frente y cierro los ojos.
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DEAR WOLF [COMPLETA]
Werewolf[COMPLETA] Aeryn regresa a su manada tras la muerte de su madre después de haber convivido durante años con humanos. Allí encontrará a su mate, Fredek, algo que no estaba en sus planes. Dos personas que a primera vista no tienen nada en común, pero...