AERYN
Segundo día de clase y ya voy tarde. Definitivamente necesito un coche. He perdido el autobús y he tenido que esperar diez minutos a que pasase el siguiente.
Corro por los pasillos de la facultad hasta llegar a mi clase y entro sin hacer mucho ruido para no molestar al profesor. Cuando busco un sitio libre, sólo veo uno.
No, por favor.
Subo por las escaleras y me siento al lado del vampiro de ayer sin mirarle a la cara. Él también me ignora, pero veo a algunas personas girarse para mirarnos.
- Atención,- dice el profesor,- miren al compañero de su lado- obviamente no lo hago.- Esa persona será vuestra compañera durante todos los trabajos que hagamos en este curso.
Ambos nos miramos de repente con cara de horror. No puede ser, cualquier persona menos él.
- El primero lo quiero en mi mesa la semana que viene. Os mandaré un correo con todos los detalles del trabajo.
Cuando acaba la clase, el vampiro se levanta rápidamente y yo corro tras él persiguiéndole.
- ¡Para!- sigue su camino.- ¡Oye, detente!- me ignora por completo.- ¡Jodido chupa sangre, estate quieto!- se detiene de golpe junto a otras personas de mi alrededor.
- ¿Cómo me has llamado?— sisea.
- Lo siento, no sé tu nombre- me encojo de hombros con indiferencia.
- Dominic, para ti Señor Steklov- dice alzando la barbilla.
- Lo que tú digas. Mira, si vamos a ser compañeros durante todo el curso, tendremos que hablarnos- él me escucha.- Quizás como tú eres un ser supremo todo poderoso, las notas te den igual pero a mí no.
- Ya... Sí, a mí también me importan- dice suspirando.
- De acuerdo, entonces si te viene bien quedamos mañana después de comer en la biblioteca de la Facultad para hacer el trabajo.
- Vale- me dice y se va sin siquiera despedirse.
- Un placer, majo- murmuro sarcástica.
•••
Estoy yendo a casa de Fredek para darle una sorpresa. Ayer no le ví en todo el día y hablar con él por teléfono no me sacia y sé que él siente lo mismo.
Llamo al timbre y me abre un hombre del servicio que ya me conoce por lo que me deja pasar sin problemas. Subo por las escaleras sigilosamente hasta llegar a su despacho. En ese momento cuelga cabreado el teléfono, lanza un gran suspiro y se echa para atrás en su silla poniéndose las manos en la cara y lanzando un gruñido.
- Lobito, relájate- se sobresalta incorporándose en su asiento.
Me mira con la boca abierta unos segundos hasta que reacciona y viene corriendo hacia mí con la sonrisa más grande que jamás haya visto en él. Me coge por los aires y me da vueltas. Cuando para me da un beso que me deja sin respiración.
- Qué gran sorpresa, mi Luna- murmura en mi boca y yo río.
Me lleva en volandas a su habitación sin parar ni un segundo de besarme. Me tira sobre la cama y me hace el amor sin descanso.
Cuando terminamos me recuesto sobre su pecho mientras él me acaricia.
- Me encanta que me des estas sorpresas- me dice con su voz ronca.
- Se te veía estresado.
- Ni te lo imaginas.
- ¿Te he quitado algo de estrés?- digo mirándole.
- Bastante- dice y su risa retumba en su pecho.
- Oye, hay algo que te tengo que preguntar- me mira expectante.- ¿Cediste tan rápido en lo de ir a clase porque sabías que tu Beta es profesor allí?
- ¿Tan predecible soy?
- Un poco.
- No quiero que te pase nada, Aeryn. Yendo allí no podré estar cuidándote y no tienes ni idea de la de pensamientos horribles que tengo cuando estás lejos de mí.
- No seas tan paranoico, Fredek, no tienes por qué preocuparte- le digo y él se queda pensativo sin decirme nada.- Ey,- le sujeto las mejillas para que me mire,- Fredek, no pienses en cosas que ni siquiera han pasado.
- Si supieses lo que siento cada vez que te alejas de mi lado, como se me acelera el corazón cuando te marchas...
- ¿Dónde está ese Alfa tan despiadado del que todo el mundo me hablaba?- ríe.
- Cuando estás conmigo olvido el porqué soy así.
Sonrío como una idiota por sus palabras.
- ¿Quieres que mañana pasemos la tarde juntos?- me pregunta.
- Clar... espera, no puedo. Tengo que ir a la biblioteca de la Facultad a hacer un trabajo- digo suspirando y Fredek refunfuña como un niño pequeño.
- Sabía que cuando empezases las clases me apartarías a un lado.
- No te hagas la víctima que soy yo la que se va a pasar la tarde entre libros de texto y planos.
- De acuerdo, pero cuando llegues a casa llámame. Si me cuesta pasar un día entero sin poder verte, sin poder oírte me sería completamente imposible. Por cierto, ¿cuándo te vendrás a vivir conmigo?
- ¿Sabes qué? Que cuando tú quieras- él se sorprende ante mi respuesta.
- ¿Me lo estás diciendo en serio?- asiento feliz y me aprieta contra él abrazándome y casi dejándome sin aire.- Y, ¿marcarte?- pregunta ilusionado.
- Tranquilo, lobito, vayamos poco a poco- digo riendo.
- No sabes lo feliz que me haces.
•••
Al día siguiente, Fredek me lleva a mi casa para poder cambiarme de ropa.
Justo al entrar me cruzo con mi padre.
- Oye, papá, tengo que contarte algo- le digo entusiasmada.
-¿El qué, mi niña?- me dice sonriendo.
- ¡Me mudo a la casa de Fredek!
- Me alegro mucho, cariño- me dice abrazándome.- Pero, ¿ahora mismo?
- No, sólo vengo para cambiarme de ropa. Fredek me está esperando con el coche para llevarme a clase. Había pensado en mudarme el fin de semana.
- Lo veo bien.
- ¿El qué ves bien?- pregunta mi hermano con un café de la mano.
- Tu hermana se muda a vivir con su mate- le responde mi padre y yo me tenso esperando los gritos de mi hermano mayor.
- Ah, está bien. Yo me voy, tengo cosas que hacer- nos da un beso a ambos y se va.
- ¿Qué ha sido eso?- pregunto en estado de shock.
- Ya ves, tu hermano ha madurado. No creí que viviría para ver esto- dice y ríe.
ESTÁS LEYENDO
DEAR WOLF [COMPLETA]
Người sói[COMPLETA] Aeryn regresa a su manada tras la muerte de su madre después de haber convivido durante años con humanos. Allí encontrará a su mate, Fredek, algo que no estaba en sus planes. Dos personas que a primera vista no tienen nada en común, pero...