Capítulo 13

67.5K 4.7K 393
                                    

AERYN

Segundo día de clase y ya voy tarde. Definitivamente necesito un coche. He perdido el autobús y he tenido que esperar diez minutos a que pasase el siguiente.

Corro por los pasillos de la facultad hasta llegar a mi clase y entro sin hacer mucho ruido para no molestar al profesor. Cuando busco un sitio libre, sólo veo uno.

No, por favor.

Subo por las escaleras y me siento al lado del vampiro de ayer sin mirarle a la cara. Él también me ignora, pero veo a algunas personas girarse para mirarnos.

- Atención,- dice el profesor,- miren al compañero de su lado- obviamente no lo hago.- Esa persona será vuestra compañera durante todos los trabajos que hagamos en este curso.

Ambos nos miramos de repente con cara de horror. No puede ser, cualquier persona menos él.

- El primero lo quiero en mi mesa la semana que viene. Os mandaré un correo con todos los detalles del trabajo.

Cuando acaba la clase, el vampiro se levanta rápidamente y yo corro tras él persiguiéndole.

- ¡Para!- sigue su camino.- ¡Oye, detente!- me ignora por completo.- ¡Jodido chupa sangre, estate quieto!- se detiene de golpe junto a otras personas de mi alrededor.

- ¿Cómo me has llamado?— sisea.

- Lo siento, no sé tu nombre- me encojo de hombros con indiferencia.

- Dominic, para ti Señor Steklov- dice alzando la barbilla.

- Lo que tú digas. Mira, si vamos a ser compañeros durante todo el curso, tendremos que hablarnos- él me escucha.- Quizás como tú eres un ser supremo todo poderoso, las notas te den igual pero a mí no.

- Ya... Sí, a mí también me importan- dice suspirando.

- De acuerdo, entonces si te viene bien quedamos mañana después de comer en la biblioteca de la Facultad para hacer el trabajo.

- Vale- me dice y se va sin siquiera despedirse.

- Un placer, majo- murmuro sarcástica.

•••

Estoy yendo a casa de Fredek para darle una sorpresa. Ayer no le ví en todo el día y hablar con él por teléfono no me sacia y sé que él siente lo mismo.

Llamo al timbre y me abre un hombre del servicio que ya me conoce por lo que me deja pasar sin problemas. Subo por las escaleras sigilosamente hasta llegar a su despacho. En ese momento cuelga cabreado el teléfono, lanza un gran suspiro y se echa para atrás en su silla poniéndose las manos en la cara y lanzando un gruñido.

- Lobito, relájate- se sobresalta incorporándose en su asiento.

Me mira con la boca abierta unos segundos hasta que reacciona y viene corriendo hacia mí con la sonrisa más grande que jamás haya visto en él. Me coge por los aires y me da vueltas. Cuando para me da un beso que me deja sin respiración.

- Qué gran sorpresa, mi Luna- murmura en mi boca y yo río.

Me lleva en volandas a su habitación sin parar ni un segundo de besarme. Me tira sobre la cama y me hace el amor sin descanso.

Cuando terminamos me recuesto sobre su pecho mientras él me acaricia.

- Me encanta que me des estas sorpresas- me dice con su voz ronca.

- Se te veía estresado.

- Ni te lo imaginas.

- ¿Te he quitado algo de estrés?- digo mirándole.

- Bastante- dice y su risa retumba en su pecho.

- Oye, hay algo que te tengo que preguntar- me mira expectante.- ¿Cediste tan rápido en lo de ir a clase porque sabías que tu Beta es profesor allí?

- ¿Tan predecible soy?

- Un poco.

- No quiero que te pase nada, Aeryn. Yendo allí no podré estar cuidándote y no tienes ni idea de la de pensamientos horribles que tengo cuando estás lejos de mí.

- No seas tan paranoico, Fredek, no tienes por qué preocuparte- le digo y él se queda pensativo sin decirme nada.- Ey,- le sujeto las mejillas para que me mire,- Fredek, no pienses en cosas que ni siquiera han pasado.

- Si supieses lo que siento cada vez que te alejas de mi lado, como se me acelera el corazón cuando te marchas...

- ¿Dónde está ese Alfa tan despiadado del que todo el mundo me hablaba?- ríe.

- Cuando estás conmigo olvido el porqué soy así.

Sonrío como una idiota por sus palabras.

- ¿Quieres que mañana pasemos la tarde juntos?- me pregunta.

- Clar... espera, no puedo. Tengo que ir a la biblioteca de la Facultad a hacer un trabajo- digo suspirando y Fredek refunfuña como un niño pequeño.

- Sabía que cuando empezases las clases me apartarías a un lado.

- No te hagas la víctima que soy yo la que se va a pasar la tarde entre libros de texto y planos.

- De acuerdo, pero cuando llegues a casa llámame. Si me cuesta pasar un día entero sin poder verte, sin poder oírte me sería completamente imposible. Por cierto, ¿cuándo te vendrás a vivir conmigo?

- ¿Sabes qué? Que cuando tú quieras- él se sorprende ante mi respuesta.

- ¿Me lo estás diciendo en serio?- asiento feliz y me aprieta contra él abrazándome y casi dejándome sin aire.- Y, ¿marcarte?- pregunta ilusionado.

- Tranquilo, lobito, vayamos poco a poco- digo riendo.

- No sabes lo feliz que me haces.

•••

Al día siguiente, Fredek me lleva a mi casa para poder cambiarme de ropa.

Justo al entrar me cruzo con mi padre.

- Oye, papá, tengo que contarte algo- le digo entusiasmada.

-¿El qué, mi niña?- me dice sonriendo.

- ¡Me mudo a la casa de Fredek!

- Me alegro mucho, cariño- me dice abrazándome.- Pero, ¿ahora mismo?

- No, sólo vengo para cambiarme de ropa. Fredek me está esperando con el coche para llevarme a clase. Había pensado en mudarme el fin de semana.

- Lo veo bien.

- ¿El qué ves bien?- pregunta mi hermano con un café de la mano.

- Tu hermana se muda a vivir con su mate- le responde mi padre y yo me tenso esperando los gritos de mi hermano mayor.

- Ah, está bien. Yo me voy, tengo cosas que hacer- nos da un beso a ambos y se va.

- ¿Qué ha sido eso?- pregunto en estado de shock.

- Ya ves, tu hermano ha madurado. No creí que viviría para ver esto- dice y ríe.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora