Capítulo 27

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AERYN

Ha pasado más de una semana desde que salí del hospital y ya estoy perfectamente recuperada. Llevo toda la tarde de compras con Abigail. Hacía tiempo que no estaba así, tan despreocupada y feliz aunque aún estoy preocupada por Dominic. Sólo espero que Rustam no lo haya encontrado.

Mientras caminamos, mucha gente me hace reverencias y a mí me incomodan. Sé que temen a Fredek pero no tienen por qué temerme a mí.
Unos niños van corriendo y jugando mientras comen un helado cuando uno de ellos se tropieza y cae sobre mí tirándome al suelo. Tengo la camiseta llena de helado de chocolate. El niño retrocede de espaldas atemorizado y yo abro los ojos sorprendida.

- Lo-lo siento mucho, Luna- dice tartamudeando con pánico en sus ojos.

El chico no tendrá más de once años.

Miro a mi alrededor y la gente se ha parado a ver la escena. Algunos tienen miradas de tristeza y otros de miedo. Una mujer viene corriendo y se coloca detrás del niño.

- Luna, por favor, tenga piedad, es sólo un niño, ha sido un accidente, por favor- suplica abrazándolo con lágrimas en sus ojos.

¿Qué narices le hacía a esta gente Fredek para tenerlos tan atemorizados?

Miro la rodilla del chico y veo que tiene algo de sangre. Al parecer se ha raspado con el suelo en la caída. Me agacho y me pongo a su altura, ya que aún está tendido en el suelo. Estiro mi mano y él se encoge esperando seguramente un golpe pero en cambio le acaricio el pelo.

- ¿Te has hecho daño?- el niño me mira sorprendido.

Estoy segura de que no se esperaba esa reacción. Yo saco de mi bolso un pañuelo y se lo doy.

- Toma, estás sangrando- le señalo la rodilla y el coge el pañuelo dudoso.

- G-gracias, Luna.

- No pasa nada- le sonrío.- Un accidente lo puede tener cualquiera- me levanto y le tiendo la mano para que él se levante. Él no está seguro si debe dármela.

- Vamos, dame la mano, no muerdo- río y él me la da.

Le ayudo a ponerse en pie.

- Lo siento, Luna. Su camiseta se ha estropeado- me dice la mujer que supongo es su madre con apuro.- Se la pagaré- dice haciendo ademán de sacar dinero de su bolso y yo la detengo.

- ¡No, no, tranquila! No se preocupe, no es necesario- la sonrío para tranquilizarla.

- Muchas gracias por su misericordia, Luna- me dice inclinándose la mujer apunto de llorar.

Yo miro de reojo alucinando a Abigail y ella se encoge de hombros. Vuelvo mi mirada al chico.

- La próxima vez que vayas corriendo ten más cuidado- le reprendo.- Si hubieses chocado con un anciano en vez de conmigo podrías haberle hecho daño- él asiente.

- Sí, lo haré, Luna- yo sonrío.

- Bueno, nosotras nos vamos, que tengáis buena tarde- me despido dejando atónita a toda la gente que había alrededor mientras ellos no tratan de disimular sus caras de sorpresa.

Aquí tienen que empezar a cambiar las cosas.

•••

- Tendríais que haberlo visto- dice Abigail riendo.- Ojalá hubiese sacado la cámara para grabar las caras de la gente.

Estamos cenando Dan, Abi, Fredek y yo juntos. Abigail les está contando lo sucedido por la tarde.

- A mí no me hace gracia- dice Fredek serio.- Aeryn ha estado muy grave y ese niño podría haberla hecho daño.

- ¡Por favor, Fredek!- rueda Dan los ojos.- No seas tan dramático, era sólo un chaval- y yo asiento en su dirección.

- Tendríais que haber visto la mirada de aquel pobre chico- les digo.- Me miraba como si estuviese apunto de matarle.

- Normal,- dice Abi comiendo de su plato- en el Reino del Terror de Fredek, eso hubiese sido lo mínimo que le hubiese pasado.

Fredek no se molesta ni en mirarla.

- Pues las cosas aquí van a cambiar- digo decidida y Fredek me mira alzando una ceja incrédulo.

- Aeryn, si la gente de la manada no me tiene respeto no seré un buen Alfa.

- ¿Respeto? Eso no era respeto, Fredek, ¡era miedo!- le digo y se encoge de hombros con indiferencia.- Te valorarían más si te relacionases más con ellos.

- Lo dudo. Además, no puedo perder mi valioso tiempo con esas tonterías.

- Pues mañana saldremos y tendrás que hacer al menos una buena acción- le digo y mi hermano ríe a carcajadas.

- ¿Una buena acción? ¿Fredek? Eso no me lo pierdo- dice Dan secándose una lágrima imaginaria.

Me da igual que se rían, va a hacerlo.

•••

Caminamos Fredek y yo de la mano por el pueblo y como era de esperar atraemos las miradas de todo el mundo.

- Mira a la gente, ¿ves respeto en sus miradas o ves temor cuando te miran?- le pregunto.

- Llámalo como quieras, a mí me da igual- dice y yo bufo.

Miro a mi alrededor y veo al chico que chocó contra mí junto a su madre. Ella me señala para que su hijo repare en mí. Yo hago que nos desviemos de nuestro camino para ir hacia ellos. El niño me sonríe pero cuando ve a Fredek agacha su cabeza. Le miro de reojo y tiene su ceño fruncido.

¡Joder, Fredek! Tú también podrías poner algo de tu parte.

- Hola, guapo. ¿Cómo estás?- no se atreve a mirarme a los ojos por la presencia de su Alfa pero veo como sus mejillas se tieñen de rojo.

- Te he comprado algo con mis ahorros, Luna. Espero que te guste- me tiende una bolsa.

- ¿Es para mí?- pregunto sorprendida y me agacho un poco para ponerme a su altura.

El asiente y cojo la bolsa. De ella saco una camiseta blanca con Jake, un personaje de la serie Hora de Aventuras. Mis ojos se empañan en lágrimas sólo de pensar que ha gastado poco dinero que un niño de esa edad podría tener ahorrado en un regalo para mí.

- Si no te gusta, la puedo descambiar por otra- dice nervioso y yo niego con la cabeza.- La camiseta que tú llevabas era más bonita pero pensé que ésta...

- Me encanta- le interrumpo poniéndole la mano en la barbilla para que me mire a los ojos.- Me la voy a poner ahora mismo- le digo sonriendo y él sonríe a su vez.

Me pongo la camiseta por encima de la que ya traía y me queda un poco grande pero me encanta.

- ¡Es perfecta! ¿Cómo me queda?- poso como una modelo para Fredek y él ríe.

- Un poco grande- dice.

- ¿Grande? ¡Tú qué sabrás!- le hago burla y ríe aún más.- Muchas gracias...- me doy cuenta de que no sé su nombre.

- Jack, me llamo Jack, Luna.

- Un nombre precioso. Muchas gracias, Jack- le doy un abrazo y al principio él está tenso pero no tarda en devolvérmelo.

Nos marchamos de allí y Fredek me mira enternecido.

- ¿Qué?- le pregunto.

- Nada, sólo pensaba en lo buena madre que serás- me dice estrechándome en sus brazos.

- Alguien tendrá que defender a nuestros hijos del mal humor de su padre- bromeo.

- Tendrán mucha suerte de tenerte como madre- me da un beso y yo le miro completamente enamorada.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora