Capítulo 30

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FREDEK

- Habla- le digo ordeno.

- Mira, seré directo. Rustam va a venir a por ti.

- No hace falta que vengas para decirme algo que ya sé.

- No lo entiendes- ríe sarcástico.- No parará hasta destrozar tu vida y no podrás vencerle tú solo, eso tenlo claro.

- ¿Crees que soy imbécil? Te llevo unos pasos de ventaja. Ya he buscado el apoyo del resto de manadas de los alrededores.

- ¿Crees que una panda de lobos va a poder con él? Estás muy equivocado si crees eso.

- No deberías subestimarnos- le digo ofendido.

- Tú no deberías subestimar a Rustam. No te puedes imaginar el poder que tiene.

- Entonces, ya que eres tan listo, dime, ¿qué se supone que debo hacer?

- Buscar ayuda.

- ¿Acaso no has oído lo que te acabo de decir? Ya lo he hecho.

- No ayuda de lobos- me dice.

- ¿Entonces?

- Necesitarás pedir ayuda a otros seres- dice rotundo y yo frunzo el ceño.

- Las razas no se mezclan entre ellas y lo sabes.

- "El enemigo de mi enemigo es mi amigo". Por mucho odio y racismo que exista en este mundo, no hay raza más odiada y que haya hecho más daño que la vampírica. Además en la actualidad la cosa no es que haya cambiado mucho...

- Costará convencerlos, en el caso de que exista la más ínfima posibilidad de lograrlo.

- Lo conseguirás, créeme.

- ¿Cómo puedes estar tan seguro?- pregunto.

- Recuerda que he vivido desde que nací en la casa de Rustam, he visto como funciona todo de primera mano.

- ¿Y tus padres?

- ¿Qué pasa con ellos?- pregunta sin entender.

- Si has vivido con Rustam toda tu vida, ¿dónde están ellos?

- No somos amigos, Fredek, no lo olvides- me dice serio.

- Vale, vale, lo he entendido- digo poniendo mis manos al frente a la defensiva.- Me jode admitirlo pero me has convencido. Aunque aún no confío en ti.

- No tienes por qué hacerlo.

- Sólo una pregunta más- él asiente.- ¿Por qué me ayudas?- mira hacia otro lado.

- No te estoy ayudando a ti.

- ¿Entonces por quién lo haces?

- Eso no es de tu incumbencia.

- Pues yo creo que si lo es- le digo frunciendo el ceño.

- Mañana iremos a ver a Olenka e Iván a su aquelarre,- me dice cambiando de tema.

- Espero que esto salga bien- pienso en voz alta.

- Otra cosa, necesito un lugar donde quedarme.

- ¿Y a mí qué me cuentas? ¡Búscate la vida!

- Llevo más de un mes huyendo, sin quedarme un solo día en un mismo sitio sólo porque tú no pudiste proteger a tu mate- aprieto los puños furioso.- Creo que lo mínimo que merezco es asilo.

- No te atrevas a hablarme así si no quieres que te entregue a Rustam.

- No lo harás.

- ¿Por qué estás tan seguro?

- Porque Aeryn nunca te lo perdonaría- dice sonriendo con malicia.

•••

- Entonces, ¿va a vivir en nuestra casa?- me susurra Abigail.

- Te recuerdo que los vampiros tenemos un oído muy fino- dice Dominic desde la otra punta del salón.

- Será temporal, hasta que hayamos solucionado algunos asuntos- la explico.

- Pues a mí me parece perfecto- dice Aeryn sentándose a su lado y regalándole una sonrisa.

Me pongo furioso. Sus sonrisas son sólo mías.

- Amigo, como no tengas cuidado ese vaso te estallará en la mano- dice Dan riendo pasando por detrás de mí.

Miro mi mano derecha y me doy cuenta de que estoy haciendo demasiada fuerza en el agarre de la taza que sujeto. La suelto de inmediato.

- ¿Dónde vas?- pregunto a Dan al verle ponerse su abrigo.

- A un bar a tomar algo, ¿te vienes?- miro hacia donde están sentados Aeryn y Dominic riendo.

- No, esta noche prefiero quedarme en casa- murmuro.

- ¡Yo voy contigo!- dice Abigail poniéndose en pie.

- Ni lo sueñes- gruño.

- Tranquilo, hermano, cuidaré de ella- me dice Dan.

Estoy tan cansado que asiento. Si hay una persona a la que le confiaría a mi hermana, ese es Dan.

- No volváis muy tarde- les digo y salen por la puerta.

- Creo que yo me iré a descansar- dice Dominic.- ¿Cuál es mi habitación?

- Ven, te acompaño- dice Aeryn caminando hacia las escaleras y yo ardo de celos.

Dejo mi taza en el fregadero y subo a mi habitación antes de entrar, no puedo evitar escuchar la conversación de Dominic y Aeryn a través de la puerta.

- Si necesitas cualquier cosa, avísame- le dice Aeryn gentilmente.

- Gracias- la contesta y ella se va a marchar pero la detiene.- Espera, necesito decirte algo.

- ¿El qué?- pregunta.

Él parece pensar bastante lo que va a decir.

- Da igual,- dice finalmente,- no corre prisa.

Entro a mi habitación y me tumbo en la cama. ¿Qué sería lo que ese chupa sangre le tendría que decir a mi Luna? Que ése viva bajo mi techo me traerá más quebraderos de cabeza de los que había pensado en un principio. No me gusta que él y Aeryn tengan tan buena relación.

Aeryn entra y se tumba junto a mí pasando su brazo por mi estómago. Besa mi mejilla pero yo no me muevo.

- ¿Te pasa algo?- me pregunta al ver mi pasividad.

- No.

Ninguno de los dos dice nada.

- No entiendo por qué Dominic y tú tenéis que estar tan juntos- le digo.

Ella sonríe y achina sus ojos.

- ¿Estás celoso?- me pregunta dando golpecitos en mi pecho con su dedo índice.

- ¿Yo? Para nada- le digo cabreado.

- No me lo puedo creer. Fredek, el Alfa de la manada más importante del continente, celoso.

- ¿Cómo voy a estar celoso yo de un vampiro?- bufo.

- Hombre, no es sólo un vampiro- dice pensativa.- Es fuerte y bastante atractivo. Divertido y heredero de todo un reino. Es un buen partido, la verdad.

- ¿¡Qué!?- me siento en la cama mirándola furioso.- ¿Te gusta Dominic?- pregunto lleno de celos.

Ella ríe a carcajadas.

- Ven aquí, lobito. No tienes nada por lo que preocuparte.

- No juegues conmigo, Aeryn.

- Vale, lo siento, pero vuelve aquí- me tumbo a su lado y me vuelve a abrazar.

- No vuelvas a decir algo así- la digo enfadado.

- Sólo tengo ojos para ti- dice besando mis labios.

Habrá sido sólo una broma, pero no tengo una buena sensación. Mi instinto me dice que los mantenga alejados.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora