FREDEK
- Habla- le digo ordeno.
- Mira, seré directo. Rustam va a venir a por ti.
- No hace falta que vengas para decirme algo que ya sé.
- No lo entiendes- ríe sarcástico.- No parará hasta destrozar tu vida y no podrás vencerle tú solo, eso tenlo claro.
- ¿Crees que soy imbécil? Te llevo unos pasos de ventaja. Ya he buscado el apoyo del resto de manadas de los alrededores.
- ¿Crees que una panda de lobos va a poder con él? Estás muy equivocado si crees eso.
- No deberías subestimarnos- le digo ofendido.
- Tú no deberías subestimar a Rustam. No te puedes imaginar el poder que tiene.
- Entonces, ya que eres tan listo, dime, ¿qué se supone que debo hacer?
- Buscar ayuda.
- ¿Acaso no has oído lo que te acabo de decir? Ya lo he hecho.
- No ayuda de lobos- me dice.
- ¿Entonces?
- Necesitarás pedir ayuda a otros seres- dice rotundo y yo frunzo el ceño.
- Las razas no se mezclan entre ellas y lo sabes.
- "El enemigo de mi enemigo es mi amigo". Por mucho odio y racismo que exista en este mundo, no hay raza más odiada y que haya hecho más daño que la vampírica. Además en la actualidad la cosa no es que haya cambiado mucho...
- Costará convencerlos, en el caso de que exista la más ínfima posibilidad de lograrlo.
- Lo conseguirás, créeme.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?- pregunto.
- Recuerda que he vivido desde que nací en la casa de Rustam, he visto como funciona todo de primera mano.
- ¿Y tus padres?
- ¿Qué pasa con ellos?- pregunta sin entender.
- Si has vivido con Rustam toda tu vida, ¿dónde están ellos?
- No somos amigos, Fredek, no lo olvides- me dice serio.
- Vale, vale, lo he entendido- digo poniendo mis manos al frente a la defensiva.- Me jode admitirlo pero me has convencido. Aunque aún no confío en ti.
- No tienes por qué hacerlo.
- Sólo una pregunta más- él asiente.- ¿Por qué me ayudas?- mira hacia otro lado.
- No te estoy ayudando a ti.
- ¿Entonces por quién lo haces?
- Eso no es de tu incumbencia.
- Pues yo creo que si lo es- le digo frunciendo el ceño.
- Mañana iremos a ver a Olenka e Iván a su aquelarre,- me dice cambiando de tema.
- Espero que esto salga bien- pienso en voz alta.
- Otra cosa, necesito un lugar donde quedarme.
- ¿Y a mí qué me cuentas? ¡Búscate la vida!
- Llevo más de un mes huyendo, sin quedarme un solo día en un mismo sitio sólo porque tú no pudiste proteger a tu mate- aprieto los puños furioso.- Creo que lo mínimo que merezco es asilo.
- No te atrevas a hablarme así si no quieres que te entregue a Rustam.
- No lo harás.
- ¿Por qué estás tan seguro?
- Porque Aeryn nunca te lo perdonaría- dice sonriendo con malicia.
•••
- Entonces, ¿va a vivir en nuestra casa?- me susurra Abigail.
- Te recuerdo que los vampiros tenemos un oído muy fino- dice Dominic desde la otra punta del salón.
- Será temporal, hasta que hayamos solucionado algunos asuntos- la explico.
- Pues a mí me parece perfecto- dice Aeryn sentándose a su lado y regalándole una sonrisa.
Me pongo furioso. Sus sonrisas son sólo mías.
- Amigo, como no tengas cuidado ese vaso te estallará en la mano- dice Dan riendo pasando por detrás de mí.
Miro mi mano derecha y me doy cuenta de que estoy haciendo demasiada fuerza en el agarre de la taza que sujeto. La suelto de inmediato.
- ¿Dónde vas?- pregunto a Dan al verle ponerse su abrigo.
- A un bar a tomar algo, ¿te vienes?- miro hacia donde están sentados Aeryn y Dominic riendo.
- No, esta noche prefiero quedarme en casa- murmuro.
- ¡Yo voy contigo!- dice Abigail poniéndose en pie.
- Ni lo sueñes- gruño.
- Tranquilo, hermano, cuidaré de ella- me dice Dan.
Estoy tan cansado que asiento. Si hay una persona a la que le confiaría a mi hermana, ese es Dan.
- No volváis muy tarde- les digo y salen por la puerta.
- Creo que yo me iré a descansar- dice Dominic.- ¿Cuál es mi habitación?
- Ven, te acompaño- dice Aeryn caminando hacia las escaleras y yo ardo de celos.
Dejo mi taza en el fregadero y subo a mi habitación antes de entrar, no puedo evitar escuchar la conversación de Dominic y Aeryn a través de la puerta.
- Si necesitas cualquier cosa, avísame- le dice Aeryn gentilmente.
- Gracias- la contesta y ella se va a marchar pero la detiene.- Espera, necesito decirte algo.
- ¿El qué?- pregunta.
Él parece pensar bastante lo que va a decir.
- Da igual,- dice finalmente,- no corre prisa.
Entro a mi habitación y me tumbo en la cama. ¿Qué sería lo que ese chupa sangre le tendría que decir a mi Luna? Que ése viva bajo mi techo me traerá más quebraderos de cabeza de los que había pensado en un principio. No me gusta que él y Aeryn tengan tan buena relación.
Aeryn entra y se tumba junto a mí pasando su brazo por mi estómago. Besa mi mejilla pero yo no me muevo.
- ¿Te pasa algo?- me pregunta al ver mi pasividad.
- No.
Ninguno de los dos dice nada.
- No entiendo por qué Dominic y tú tenéis que estar tan juntos- le digo.
Ella sonríe y achina sus ojos.
- ¿Estás celoso?- me pregunta dando golpecitos en mi pecho con su dedo índice.
- ¿Yo? Para nada- le digo cabreado.
- No me lo puedo creer. Fredek, el Alfa de la manada más importante del continente, celoso.
- ¿Cómo voy a estar celoso yo de un vampiro?- bufo.
- Hombre, no es sólo un vampiro- dice pensativa.- Es fuerte y bastante atractivo. Divertido y heredero de todo un reino. Es un buen partido, la verdad.
- ¿¡Qué!?- me siento en la cama mirándola furioso.- ¿Te gusta Dominic?- pregunto lleno de celos.
Ella ríe a carcajadas.
- Ven aquí, lobito. No tienes nada por lo que preocuparte.
- No juegues conmigo, Aeryn.
- Vale, lo siento, pero vuelve aquí- me tumbo a su lado y me vuelve a abrazar.
- No vuelvas a decir algo así- la digo enfadado.
- Sólo tengo ojos para ti- dice besando mis labios.
Habrá sido sólo una broma, pero no tengo una buena sensación. Mi instinto me dice que los mantenga alejados.
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DEAR WOLF [COMPLETA]
Werewolf[COMPLETA] Aeryn regresa a su manada tras la muerte de su madre después de haber convivido durante años con humanos. Allí encontrará a su mate, Fredek, algo que no estaba en sus planes. Dos personas que a primera vista no tienen nada en común, pero...