Capítulo 32

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FREDEK

- ¿A qué se debe el honor de su presencia, caballeros?- pregunta Iván.

Olenka aún sigue leyendo. Es una mujer con el pelo ondulado verde bastante encrespado, lleva unas pequeñas gafas redondas y sus ojos son completamente negros, ni siquiera hay color en sus iris, sólo oscuridad como los de Iván. Va vestida con una túnica que le llega a los pies.

Iván en cambio tiene el pelo amarillo pollo y lleva una americana blanca, un jersey verde y unos pantalones azules claros. Sólo mirándole me ciego por tanto color.

- Venimos a hacer un trato- dice Dominic serio.

- Lo siento, mi Lord, pero yo no hago tratos con bebedores de sangre- dice colocándose el pañuelo rojo que lleva al cuello.

- Venimos los dos y necesitamos su ayuda- le digo.

- Quizás a usted le escuche pero al vampiro me niego en rotundo- dice poniéndose de pie para servirse una copa de un mueble bar.

- ¿Por qué coño habla así?- le susurro a Dominic y él ni me mira.

- Entonces, dígame qué es lo que necesita- me dice Iván volviendo a su sitio.

- Iré al grano: Rustam me tiene amenazado y no parará hasta destruirme. Quiero vuestra ayuda para poder tener defensas cuando llegue su ataque.

- Y tú eres un desertor, ¿me equivoco?- le dice a Dominic con burla.

No contesta, se mantiene serio.

- ¿Pretende usted que me crea que el sobrino del vampiro más temido se ha vuelto en contra de toda su raza?- me dice como si Dominic no estuviese presente.

Dominic se pone en pie y se dirige a la puerta.

- ¡Qué gran momento! He logrado ofender a un niño vampiro- ríe Iván.

Veo como Dominic se contiene para no saltar sobre él y sigue su camino.

- ¡Detente!- habla por primera vez Olenka.

Aún no levanta la mirada de su libro. Dominic la hace caso y se queda quieto en su sitio.

- Vuelve a sentarte.

Lo hace y la mira aunque ella no le devuelve la mirada.

- Habla- Dominic frunce el ceño sin entender.

- No quiero aguantar una sarta de mentiras vampíricas- se queja Iván.

- Quiero que el chico hable- dice Olenka.- ¿Por qué estás tú aquí?

Yo miro a Dominic asintiendo con la cabeza.

- Traicioné a mi tío y ahora él quiere acabar con la manada Luna Azúl.

- ¿Y por qué vas a querer ayudar a los lobos?- pregunta Iván incrédulo.

- Dame tu mano- le dice Olenka.

Dominic duda pero finalmente la estira. Olenka coge su mano y por primera vez levanta su mirada del libro. Sus penetrantes ojos negros se clavan en los de Dominic. De repente el se tensa y no puede apartar su mirada de ellos, como si estuviese hipnotizado. Después de un minuto, Olenka quita su mano de la de él y Dominic se apoya en el respaldo de su butacón respirando con dificultad.

- ¿Qué le has hecho?- la pregunto.

- Te ayudaremos- le dice Olenka a Dominic sin más y vuelve su vista al libro que anteriormente estaba leyendo.

- ¿Qué? ¡Ni hablar! Yo no accedo a ello- grita Iván.

- Es mi última palabra- dice Olenka finalizando la conversación.

Por su gesto Iván no parece de acuerdo con la decisión de Olenka pero no dice nada más.

- Vamonos- me dice Dominic caminando hacia la puerta sin despedirse.

Yo le sigo sin decir nada. Salimos de esa casa tan desordenada y subimos al coche. Cuando estamos dentro Dominic cierra sus ojos y pega un tremendo suspiro.

- ¿Qué ha pasado ahí dentro?- le pregunto.

Él se toma un momento para luego arrancar el coche y salir de allí.

- Había oído hablar de ello, pero nunca lo había visto. Hay algunos brujos, muy pocos, que son capaces de meterse en lo más profundo de tus recuerdos, tus sentimientos, todo tu ser, hasta llegar a aquello que hace a cada persona ser como es. Es un poder muy fuerte y a la vez peligroso. Puede cambiar quien eres en apenas unos segundos.

- ¿Y sabes qué es lo que ha visto en ti?- le pregunto con curiosidad.

El asiente. Le noto un poco ido, como si no estuviese en este mundo.

- ¿El qué?- pregunto.

- Todo.

•••

- ¿Qué tal todo?- me pregunta Aeryn con sus brazos rodeando mi cuello nada más que entramos en casa.

- Bien, creo- le digo sin saber muy bien la respuesta de su pregunta.

- ¿Crees?- pregunta confusa y yo asiento.

Dominic pasa a nuestro lado mirando al suelo, sube las escaleras para ir directo a su habitación sin decir ni hola ni adiós.

- ¿Qué le pasa a ese?- pregunta Dan.

- Olenka se ha metido en su interior para... no sé muy bien para qué y ha estado así durante todo el viaje de vuelta- explico.

- Quizás deba ir a hablar con él- dice Aeryn.

- ¡No!- digo enfadado.- Quiero decir, mejor dejarle solo- digo dándola un beso en los labios.

- Nosotros nos vamos- dice Dan llamando mi atención.

- Vosotros, ¿quiénes?- pregunto.

- Abi y yo- dice como si fuese obvio.

Yo frunzo mi ceño.

- ¿Otra noche? Abigail, estás abusando de mi confianza- le digo enfadado.

- Tranquilo, no me separaré de ella- me dice Dan.

- Eso lo daba por sentado.

Ambos se marchan y yo subo al dormitorio junto a Aeryn. Nos tumbamos en la cama y Aeryn me empieza a dar besos por la cara.

- ¿Por qué tendrá Abigail tantas ganas de salir últimamente?- pregunto frunciendo mi ceño.

- Déjala, Fredek, sólo tiene dieciocho años, querrá divertirse- dice mientras me besa.

- Con tu hermano.

- Sabes que mi hermano no es un peligro- me dice desabrochando mi camisa.

- Sí, pero aquí está pasando algo raro. Hay algo que se me está escapando y no sé el qué- digo pensativo.

- Olvídalo, no tienes nada por lo que preocuparte- dice besando mi pecho desnudo.

- ¿Tú sabes algo?

- ¡Joder, Fredek!- dice poniéndose en pie.- Me voy a dormir a otra habitación y cuando dejes de ser tan pesado me avisas- dice y sale dando un portazo.

¿Se puede saber qué coño le pasa a todo el mundo?

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora