DOMINIC
- ¿Yo?- abro los ojos con sorpresa y ella suelta esa risita que a mí tanto me saca de mis casillas.
- Sí, nunca permito que un vampiro me dirija más de dos palabras. Será divertido.
Dios, dame paciencia porque como me des un hacha...
- ¡Vamos, habla! Me estoy aburriendo- dice tumbándose sobre un arbusto.
Parece una niña de siete años, cualquiera diría que tiene más de cien.
Yo resoplo.
- Necesitamos tu ayuda para defendernos de Rustam- le digo y ella suelta una carcajada.
Me estoy empezando a hartar de esta situación.
- ¿Traicionas a tu tío y luego quieres que te protejan de él?- sigue riendo.- Nunca entenderé a los de tu especie.
- ¿Lo harás o no?- digo apretando mis dientes por la rabia.
- ¿Así? ¿Tan fácil?- dice.- Convénceme- frunzo el ceño sin entender qué es lo que quiere este insecto.- Yo sólo ayudo a gente buena, ¿lo eres?- pregunta burlándose.
- Creo que no hay nada más que decir, adiós- le digo y me giro para marcharme.
- ¡Alto!- dice con voz autoritaria- Tú,- señala a Fredek- fuera- le ordena.
¿Qué estará planeando? Fredek me mira dudoso y yo asiento con la cabeza.
Cuando Fredek se marcha, Milenka me lanza una sonrisa maquinando un plan que no sé si quiero escuchar.
- Creo que ya sé qué es lo que quiero a cambio de mi ayuda.
•••
- ¿Me vas a decir de una vez qué has hecho para convencer a Milenka de que nos ayudase?- pregunta frustrado Fredek.
- Olvídalo.
Estamos llegando a su manada. He tenido que hacer un trato para que ese bicho nos ayudase. No salgo ganando, pero es el precio que tengo que pagar por proteger a Aeryn. Soy subnormal, lo sé.
- Tengo que saberlo.
- No tienes que saberlo- le contesto indiferente.- La curiosidad mató al gato o, en tu caso, al perro.
- No vuelvas a llamarme así.
- ¿Por qué no te callas de una vez? No entiendo por qué siempre te empeñas en sacar conversación- le digo cansado.
- Porque si no me aburro- dice encogiéndose de hombros y yo ruedo mis ojos.
Por fin llegamos a su casa. Ya ha anochecido. Aeryn está esperándonos tumbada en el sofá. Tiene sus ojos entrecerrados a causa del sueño. Parece tan frágil y delicada. Me encantaría acunarla en mis brazos, abrazarla y respirar de su aroma el cual me resulta increíblemente adictivo. Sacudo mi cabeza. Fuera esos pensamientos, Dominic.
Fredek se arrima a ella y la besa la frente.
- Mi Luna,- la dice con ternura,- deberías estar durmiendo ya.
- Quería esperaros- dice con voz ronca.- ¿Qué tal ha ido todo?
- Bien,- le dice- gracias a Dominic que no sé qué pacto haría con ella para convencerla- dice mirándome y Aeryn le imita.
Yo les miro serio. Debo dejar de torturarme con esta mierda. Me doy la vuelta y subo a mi habitación sin decir absolutamente nada.
Ojalá todo fuese diferente.
•••
Unos ruidos procedentes del piso de abajo me despiertan. Escucho gritos de enfado protagonizados por Fredek mezclados con los de su hermana.
- Maldita sea- murmuro enterrando mi cabeza en la almohada.
Ahora también escucho los de Aeryn y Dan. ¿Qué está ocurriendo?
A pesar del cansancio acumulado consigo levantarme de la cama. Bajo las escaleras con pasos torpes aún dormido y me doy de bruces con el follón que hay montado.
- ¡Ya soy mayorcita, Fredek! Deberías dejarme vivir mi propia vida sin estar entrometiéndote continuamente- le grita entre lágrimas Abigail.
- ¿Qué no me entrometa?- dice riendo sarcásticamente.- Abigail, me lo has ocultado y me he tenido que enterar por terceros de tu lío con ese demonio.
- "Ese demonio" tiene nombre- murmura furiosa.
- ¡Por supuesto que lo tiene! Te puedo asegurar que no se me olvida su nombre. ¡Joder! No había otra persona en el mundo, ¡tenía que ser mi mayor enemigo!- dice gritando.
- ¡Es mi mate, Fredek! Yo no he elegido de quién enamorarme- le dice desesperada.- Tú has encontrado a tu mate, ¿no merecemos los demás ser felices también?
Piensa en ti, Abi, no hagas lo que quiera tu hermano.
- ¡Nunca serás feliz con ese demonio! La misma palabra lo dice, está en su naturaleza- dice alzando sus brazos.
- Eso dices también de los vampiros y fíjate,- le dice burlona,- un vampiro ha tenido que venir a salvar a tu mate porque tú no fuiste capaz de hacerlo.
Un fuerte sonido deja la habitación en completo silencio, el sonido seco de la mano de Fredek al chocar contra la mejilla de Abi.
Fredek tiene sus ojos abiertos de par en par, como si no se pudiese creer lo que acaba de hacer. Aeryn se tapa su boca con la mano por la sorpresa. Incluso Dan parece no reconocer a su amigo. Yo ni siquiera me inmuto. Le he visto hacer cosas peores. Abigail está en shock. Sus ojos inundados en lágrimas sin poder apartar su mirada de la de su hermano.
- Abigail... yo...
- No, Fredek- susurra negando con la cabeza.- Se acabó- dice y sale corriendo por la puerta.
- ¡Abigail!- grita y la va a seguir pero Dan le detiene.
- No, déjala, necesita estar sola.
Fredek aprieta sus labios conteniéndose. Aeryn está bloqueada sin saber bien qué hacer.
Finalmente, Fredek baja su cabeza derrotado y Aeryn frota su espalda consolándole. No pierdas el tiempo con él, joder. La rabia en mí aumenta por momentos.
- Muy bien, perrito- digo riéndome aplaudiendo hacia Fredek,- por fin dejas ver tu verdadera cara- mentiría si dijese que no estoy disfrutando de este momento.
- Dominic, basta ya- me dice seria Aeryn.
- ¿Por qué?- digo sonriendo- ¿Hay que dejarle pasar por alto todos sus errores? No hace más que cagarla, no sabe cuidar de nada ni de nadie.
- Dominic...
- ¡No!- grito lleno de ira.- ¡Ya estoy harto de esto! Te estoy avisando, Aeryn, al igual que el día que te avisé de que tuvieses cuidado porque Rustam iría a por ti y no me hiciste caso.
- ¿Qué acabas de decir?- me dice Fredek incrédulo levantando su cabeza.- ¿Tú sabías que Rustam quería matarla?- dice sujetándome del cuello de mi camisa.
- No había que ser un genio para saberlo, imbécil. ¡Tú mataste a su hermana!- le grito deshaciéndome de su agarre.
- Se acabó, fuera de mi casa- dice señalando la puerta.
- Con mucho gusto- digo y me marcho.
Yo no tengo por qué aguantar todo esto. Tendré muchos pecados a mis espaldas pero creo que ya he pagado mi penitencia con creces.
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DEAR WOLF [COMPLETA]
Wilkołaki[COMPLETA] Aeryn regresa a su manada tras la muerte de su madre después de haber convivido durante años con humanos. Allí encontrará a su mate, Fredek, algo que no estaba en sus planes. Dos personas que a primera vista no tienen nada en común, pero...