Capítulo 28

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FREDEK

Llegó el día de la cena en la manada Marea Alta. Aeryn ha estado algo nerviosa durante todo el día pero la he intentado calmar, no tiene nada por lo que preocuparse.

Llegamos a la casa de Thomas y un mayordomo nos recibe. Entramos y la mujer del Alfa nos saluda amablemente dándonos pie a que entremos hacia el comedor. Allí están Thomas y sus dos hijos pequeños. También está su beta, Orrel.

Thomas se acerca a mí y estrecha mi mano.

- Fredek, hace mucho que no nos veíamos las caras- dice sonriendo y yo asiento.

Él mira con curiosidad a mi lado.

- Ella es Aeryn,- digo mirándola con orgullo,- mi Luna.

- Mucho gusto- Aeryn estira su mano para estrechársela pero Thomas la alcanza y le da un beso seductor ganándose un gruñido por mi parte.

De todos es sabido lo que le gustan las mujeres a Thomas. No entiendo como habiendo encontrado a su mate no tiene suficiente con ella que tiene que pasar de cama en cama.

- Tomad asiento, por favor- nos indica.

La velada transcurre sin problemas. Thomas me pide que le ponga al día de los últimos acontecimientos pero no me dice nada sobre darnos su apoyo.

Cuando la cena termina Thomas y yo vamos a su despacho.

- ¿Quieres una copa?- me pregunta mientras él se sirve en un vaso para whisky.

- No, gracias- declino su oferta.

- Beber me hace tener las ideas más claras- dice dando un trago.- Dame una sola razón por la que debería arriesgar mi seguridad y la de mi manada por ti.

Directo al grano, como a mí me gusta.

- Porque no estáis seguros.

- ¿Ah, no?- pregunta alzando una ceja.- Que yo sepa ningún vampiro se ha acercado a nuestros dominios.

- Todavía. Si acaba con mi manada, ¿cuánto tiempo crees que Rustam tardará en venir aquí con sus hombres y arrasar con todo lo que se cruce en su camino?

- Estaremos preparados para ello- dice serio y yo suelto una carcajada.

- Eso decía yo, hasta que ví cómo hizo que mi mate se introdujese ella misma un puñal en su estómago matando así a mi hijo y estando apunto de acabar con la vida de la Luna de mi manada- él abre los ojos con sorpresa.- No hay que subestimar a los vampiros, ese fue mi gran error por el que pago cada día. No te pido hombres para luchar, te los pido para defendernos ante un ataque.

Thomas parece pensar en mis palabras.

- ¿Y qué gano yo con ello?- me pregunta.

- Seguridad. Ante un ataque nosotros tendremos el deber de venir y defenderos como vosotros deberéis hacer también.

- No sé, no quiero llamar la atención de Rustam.

- ¿Le tienes miedo?

- ¿Miedo? Un Alfa nunca tiene miedo, Fredek. Lo que tengo son dos hijos. A diferencia de ti, yo no quiero poner en peligro a mis seres queridos.

Un golpe bajo, me lo esperaba.

- Les pones en peligro si no aceptas. Cuando todo esto acabe, no tendréis el deber de seguir defendiéndonos, en cambio yo estaré en deuda contigo para el resto de mis días.

Mira a través de la ventana la oscura noche. Se lo piensa. Eso está bien, ya no es un "no" rotundo como lo era antes.

- Está bien,- dice al fin- accedo a prestarte mi ayuda- yo sonrío,- con una condición- mi sonrisa se borra.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora