Capítulo 2

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FREDEK

- Alfa, todo en orden- me dice mi Beta Marcus.- El vampiro que andaba merodeando por la zona ha sido degollado como usted mandó.

- Perfecto,- digo indiferente,- ahora márchate.

- Sí, Alfa- dice Marcus y desaparece de mi vista.

Un aburrido día más. Todo me aburre tanto. Ni siquiera esas zorras que pasan cada noche por mi cama consiguen animarme. Encima esta noche es el estúpido baile anual de la manada. Si por mí fuera no se hubiese celebrado pero mi Abigail insistió y mi hermana es la única persona en este mundo que puede llevarme a su terreno. La única que ha sufrido tanto como yo por lo que también se convierte en la única persona merecedora de mi respeto y compasión. El resto no tiene ni idea de lo que es el verdadero dolor y cuando alguien me pide piedad, siempre contesto lo mismo: "¿Alguien fue piadoso con mis padres?". Mi padre, mi ejemplo a seguir. Él fue un gran Alfa. Sé que si estuviese aquí no estaría orgulloso de mi tiranía pero yo no puedo hacer nada por remediarlo. Algo se rompió dentro de mí con su muerte y ahora soy incapaz de sentir la más mínima emoción. Y mi madre. La mujer más fuerte y hermosa del mundo. Yo ví como la destrozaban y violaban entre tres lobos. Ellos me ataron y me obligaron a mirar. Aún siento la misma impotencia que sentí ese día; aún escucho los gritos de mi madre cada noche.

- Fredek- me habla mi hermana.

- ¿Cuántas veces te he dicho que llames a la puta puerta de mi despacho?- alzo la voz hacia Abigail.

- Lo siento...- dice agachando la cabeza intimidada.

Yo suspiro.

- ¿Qué es lo que querías?- la pregunto con el tono indiferente que siempre utilizo.

- Bueno, yo... te quería preguntar si... si...

- Abigail, no tengo todo el día.

- ¿Podría quedarme esta noche a dormir en casa de Giulia después del baile?- pregunta de carrerilla atascándose con las palabras.

- No- me limito a contestar.

- Por favor, Fredek, Giulia ha organizado una fiesta de pijamas y todas las chicas de la clase han sido invitadas- me suplica.

- Abigail, ¿qué parte de "no" no entiendes?- digo abriendo el periódico para comenzar a leerlo.

- Pero, Fredek...

- ¡Basta!- espeto poniéndome en pie y caminando hacia ella.

Abigail retrocede por instinto.

- Te he dicho mil veces que no puedes salir de casa sin vigilancia, ¿tan difícil de entender es para ti?

- Pero iré con alguno de tus hombres...- susurra mirando al suelo.

- Como que mis hombres no tienen nada más importante que hacer que ocuparse de una niña caprichosa como tú- grito y ella se encoge de terror.

- De acuerdo, lo he entendido- dice con su voz rota y se marcha.

Yo vuelvo a sentarme tras mi escritorio para intentar, de una vez por todas, leer el periódico de hoy.

Si a mi hermana es a la que mejor trato, esperen a ver cómo trato al resto.

•••

Los miembros de la manada comienzan a entrar al gran salón de mi casa, ataviados con sus mejores galas.

Yo visto un traje negro con una camisa blanca y sin corbata. Mi pelo marrón oscuro, peinado hacia un lado.

Estoy sentado en la barra, bebiendo de mi copa, observando a cada uno de los asistentes a la fiesta. Veo como Mel entra con un vestido largo rojo, con una abertura que llega tan abajo en la espalda como en su pecho que no deja nada a la imaginación. La perra más perra de la manada. Quien no se haya acostado con Mel, es digno de mi admiración. Ella me ve y me guiña un ojo; yo sólo siento un profundo asco y no cambio mi gesto serio.

Desvío mi mirada y veo como Dan Vólkov se acerca a la barra a pedir.

- Alfa- asiente serio hacia mí mientras ordena lo que quiere al camarero.

Yo río sin ganas negando con la cabeza.

- Cuánto tiempo, Vólkov- digo y él no se molesta ni siquiera en mirarme.- He oído que tu madre ha muerto- él aprieta sus puños y veo como sus nudillos se vuelven blancos de la fuerza.

- Sí, señor- se limita a responder.

- Supongo que no la viste antes de morir, ¿me equivoco?

- No, señor.

- Vamos, Dan, sé que puedes hacer algo mejor que eso- le digo burlón.

- ¿Qué se supone que quiere que le diga, mi señor?- se pone frente a mí lleno de ira.- ¿Que mi madre murió sin que me pudiese despedir de ella? ¿Disfrutaría usted si le digo eso? ¿Tan sádico es?- me pongo en pie calmadamente y él retrocede un par de pasos.

- Vólkov, ¿necesitas que te recuerde con quién estás hablando?- siseo pegando mi cara a la suya.- Si te apetece podemos cambiar de tema a otro más... interesante- sonrío maliciosamente.- Sabes, hoy hemos encontrado a un vampiro a las afueras, tranquilo, ya le cortaron la cabeza- veo como su rostro muestra un pánico absoluto.- Supongo que te alegras, ¿me equivoco?

Su rostro queda pálido y veo como el miedo se apodera de él.

- Antes de subestimarme recuerda que soy tu Alfa y, por ende, no hay ningún secreto que no sepa- digo riendo y él se marcha hacia otra parte.

La unión de un lobo y un vampiro va contra natura. Si no fuese porque Dan era mi mejor amigo antes de la muerte de mis padres, no hubiese dudado en condenarlo a muerte. Pero esto es lo último que le pasaré por alto.

Me dispongo a beber de mi copa pero algo me detiene. Un olor. El mejor olor que he olido en toda mi vida, parecido al chocolate con fresas pero con algo más.

Me levanto y camino nervioso mirando hacia todas partes. Debo encontrarla, es mi único pensamiento. La gente se da cuenta de mi comportamiento fuera de lo común y me mira. Ando apartando a gente puesta en mi camino y la veo. De espaldas a mí, con su melena rubia recogida, un vestido negro de manga larga con la espalda descubierta. Muero por pasar mis manos a través de su columna y lamerla como un perro hambriento lo haría.

Mi lobo está eufórico, como nunca. 

- Mate- murmuro.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora