Capítulo 29

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AERYN

He perdido tantas horas de clase que me ha costado muchísimo ponerme al día para los exámenes de diciembre. Además, como Dominic está completamente desaparecido, he tenido que buscarme la vida para hacer los trabajos yo sola. Menos mal que Inna me ha dejado los apuntes de todo y así me ha costado menos organizarme. Además, Fredek no me lo ha puesto fácil. Cada vez que intentaba ponerme a estudiar, aparecía él solicitando mi atención y le advertí de que si no me dejaba estudiar tendría que irme a hacerlo a la biblioteca.

Conclusión: la biblioteca ahora es mi casa.

Salgo del primer examen bastante contenta. La profesora se ha portado y no lo ha puesto difícil. Voy al aparcamiento y me subo en el coche de Fredek, el cual me ha prestado estos días para ir y venir de la Facultad. Arranco y me dirijo a la manada. Pongo la radio y voy cantando a pleno pulmón. Mi móvil vibra en el asiento de al lado y me distraigo sólo una decida de segundo desviando mi mirada hacia él sin siquiera tocarlo. Cuando levanto la cabeza freno en seco evitando atropellar al loco que hay frente a mí. Viene corriendo y monta en el asiento del copiloto. Le miro bien y me doy cuenta de quién es.

- ¡Corre! ¡Rápido!- me grita Dominic y aprieto a fondo el acelerador.

- ¿¡Estás loco o qué te pasa!?- grito histérica.- ¡Te podría haber atropellado!

- Soy inmortal, ¿lo recuerdas?- me dice burlándose.- A no ser que me hubieses arrancado la cabeza con el limpiaparabrisas, no hubiese muerto.

- ¡Muy gracioso!- hablo a gritos.- ¿A dónde vamos?

- A tu manada.

- ¿Dónde has estado?

- ¡Quieres dejar de gritar de una vez!

- ¡No puedo! ¡Estoy nerviosa!

- Cálmate- me dice poniendo su mano en mi rodilla y creo que me pone aún más nerviosa.- Me he estado escondiendo. Estoy seguro de que Rustam quiere mi cabeza en bandeja.

- ¿Y por qué has aparecido ahora?

- Porque no estaba en mis planes vivir escondido para el resto de mis días.

- ¿Y por qué has venido a mí?

- ¿A quién si no?- me dice como si fuera obvio.- ¿A un vampiro que por miedo acabe diciéndole a Rustam dónde estoy? O mejor, voy directamente a tu novio para darle la oportunidad de matarme sin dejar pruebas.

- Visto así...

•••

- ¿Qué hace él aquí?- espeta Fredek al llegar a casa y ver a Dominic.

- Fredek, tranquilo,- intento calmarlo,- recuerda que me salvó la vida.

- Me da igual, es un vampiro y los vampiros nunca traen nada bueno- dice serio.

- Cuidado con lo que dices, recuerda que Andrew también era un vampiro- le dice Dan enfadado.

- La excepción que confirma la regla.

- Estás a la defensiva- le digo.

- ¿Cómo quieres que esté si llego a mi casa y me encuentro un chupa sangre sentado en mi sofá?

- Pues muy bien, quédate tú sólo en tu sofá de tu maravillosa casa que nosotros nos vamos- le digo furiosa por la forma tan egoísta en la que habla.

- Fredek, necesito hablar contigo- dice Dominic en un tono neutro.

- No tengo nada que hablar contigo.

- ¡Fredek!- le reprendo.

- ¡Está bien!- dice marchándose y Dominic le sigue.

- Odio cuando Fredek se comporta como un niño pequeño- digo volviéndome a sentar suspirando.

- Míralo por el lado bueno- me dice mi hermano sentándose junto a mí y pasando su brazo por mis hombros.

- ¿Acaso hay un lado bueno en todo esto?- pregunto incrédula.

- En todo hay lado bueno. Fredek ha accedido a hablar con él. En otros tiempos le hubiese hecho apresar para después usarle como moneda de cambio ante Rustam. Seguro que ese cabrón pagaría su peso en oro por su sobrino en estos momentos.

- Puede que tengas razón- admito.

- La tengo, hermanita- me dice con su sonrisa de actor americano de los años cincuenta.

- ¿Tú qué tal estás?- me atrevo a preguntarle.

Él coge aire para armarse de valor antes de hablar.

- Estoy bien- dice de forma poco convincente.

- A mí no me puedes engañar, Dan- le digo.

Pone sus manos en su cara y la frota lanzando un gruñido.

- Como una puta mierda, ¿te vale eso?- me dice serio.

- No tienes por qué ocultar tus sentimientos, Dan. Todos entendemos que has pasado algo muy duro y...

- Mira, Aeryn, no te ofendas pero ninguno de vosotros podéis entender lo que estoy pasando.

- Lo sé, pero no tienes que ocultar tu dolor. Los que te queremos nos preocupamos por ti. Tienes que entenderlo.

- Y lo entiendo pero no tendríais por qué preocuparos, no voy a hacer ninguna estupidez- dice a la defensiva.- Y ahora vamos a dejar de hablar del tema. Ya estoy cansado.

- Vale, no te hablaré más de ello a no ser que tú lo quieras. Sólo quiero que sepas que nos tienes aquí para lo que necesites- digo poniéndole la mano en la rodilla.

El me mira y me da una sonrisa forzada.

Siempre ha sido así, nunca cambiará. Cuando le ha ocurrido algo nunca ha dejado que le ayudemos, no quiere que nos preocupemos por él pero él siempre está atento de todos los demás.

Sólo de pensar que pierdo a Fredek me entra un dolor por todo el cuerpo que no puedo apaciguar por mucho que lo intente. No quiero ni imaginar lo que siente Dan.

No le quiero agobiar, pero se que necesita desahogarse y hasta que no lo haga no podrá avanzar y continuar con su vida.

DEAR WOLF [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora