FREDEK
La felicidad que siento en estos momentos es infinita. Estoy en la cama viendo dormir a mi Luna. Mía. No puedo parar de mirarla y sonreír como un idiota. Es perfecta y toda mía. Si algo la pasase... No lo quiero pensar. El lo más valioso que tengo en la vida. Pienso en lo que debió sentir Dan al perder a Andrew y me aterra. No sé cómo puede levantarse de la cama. Soy su amigo y siempre estaré a su lado pero en mi interior sé que jamás podrá ser completamente feliz como yo lo soy con Aeryn.
No sé ni qué hora es. Llevo toda la noche despierto observándola. Es tan preciosa. Mi corazón está completo. Ojalá mis padres estuviesen aquí para conocerla, sé que estarían felices de verme junto a ella. Temo perderla más que nada en esta vida. Rustam quiere venganza y Aeryn es el blanco perfecto: la hermana y la futura mujer de los asesinos de la persona que más, y quizás la única, por la que ese chupa sangre podría llegar a sentir algo de afecto. Pero lo le tengo miedo. Defenderé a Aeryn con mi vida, cueste lo que cueste. Debo adelantarme a los acontecimientos. Hemos llegado a un punto en el que la inteligencia supera a la fuerza y aunque me joda admitirlo, no hay nadie más inteligente que un vampiro, por ello ha llegado el momento de cobrarme unos cuantos favores. Sé que sólo no conseguiré nada y por Aeryn y mi manada soy capaz de darlo todo.
También tengo que dar a conocer a la Luna de la manada, es una tradición. Ahora que la he marcado ya es oficialmente mi pareja de por vida y quiero que a nadie le quede ninguna duda. Le diré a Abigail que lo organice todo. A ella le encantan este tipo de cosas, pero tendré que andarme con mil ojos cuando llegue ese día. Será la oportunidad perfecta para Rustam y yo le estaré esperando.
•••
- Tú estás loco- me dice Dan bebiendo de su copa.
Estamos en mi casa. Le he contado que voy a celebrar una fiesta para dar a conocer a la manada a Aeryn, si es que acaso hay alguien que aún no la conoce.
- Pausar nuestras vidas no es una opción, Dan,- le digo- eso es lo que él quiere.
- Lo que él quiere es matarnos.
- Eso también- asiento encogiéndome de hombros.
- No quiero que arriesgues la vida de mi hermana como hiciste con la de Andrew- me dice serio.
El silencio inunda la sala. Es algo que cada día que me levanto pienso. Sé que nunca lo podré olvidar, pero desde que sucedió no me lo había echado en cara nunca. Hasta ahora.
- Olvida lo que he dicho- dice Dan mirando hacia otro lado.
- No, no lo puedo olvidar porque tienes razón- el niega con la cabeza.- Sabes que es verdad, Dan, y te diría que lo siento pero ya no sirve de nada. No tenía que haberle expuesto a tanto riesgo.
- Mira, Fredek, al principio te culpaba a ti pero no me costó entender que hicimos lo que debíamos y que Andrew fue quien se quiso poner en riesgo. No te puedo culpar ni a ti ni a mí, sólo a Rustam.
Ojalá me culpase a mí. Ojalá me gritase y me insultase pero en cambio se está disculpando por algo que le ha salido del corazón. Quizás si me echase las culpas por todo yo no me sentiría tan mal. ¿Por qué Dan tiene que ser tan buena persona? Si yo estuviese en su lugar estoy seguro de que no querría saber nada de mí. En cambio aquí está. Él debería ser el Alfa de esta manada. Una persona fiel y leal que cuando ama, lo da todo y pone su corazón en todo lo que hace. Siento envidia de él.
- ¿Cuándo será la celebración?- pregunta y me saca de mis pensamientos.
- Lo he pensado mejor y tienes razón, es demasiado arriesgado.
- No me digas que tienes miedo- me dice sonriendo de lado.
- Nunca.
- ¡Pues decidido!- da una palmada dando por zanjado el tema.- Además, si tu hermana se entera de que por mi culpa no se ha celebrado una fiesta, asesinarme sería lo más suave que me haría- bromea y yo río.
Joder, Dan, ¿por qué eres tan genial?
•••
La tradición estipula que la presentación oficial de una Luna a su manada se hará en la Plaza Mayor, pero sería jugárnosla demasiado así que de nuevo han preparado mi casa para recibir a la gente. Todos saben a qué vienen y están deseando conocer a su nueva Luna. Sé que la respetarán y la aceptarán con facilidad. Aeryn tiene ese Don.
Subo a la habitación de Abigail donde ella y Aeryn se están preparando y llamo a la puerta.
- ¿Os queda mucho, pesadas?- grito.
- ¡No!- me grita de vuelta Abigail.
Dos minutos después, la puerta se abre y me quedo con la boca abierta al ver a Aeryn más preciosa que nunca, si es posible, claro. Lleva un vestido ibicenco y una corona de flores. Parece una ninfa. La más bella de todas, más bonita que ninguna.
- ¿No dirás nada?- me pregunta Aeryn nerviosa.
- Diga lo que diga me quedaré corto- la beso suavemente en los labios.- ¿Estás lista?
- No.
- Perfecto, vamos para abajo- hago que entrelace mi brazo con el mío y bajamos.
La gente al vernos bajar juntos las escaleras enmudece. Aeryn se tensa a mi lado y yo aguanto las ganas que tengo de reír. Sé que a ella no hay nada que le guste menos que llamar la atención pero tiene mala suerte porque a mí es algo que me encanta.
Subimos a una pequeña tarima improvisada y todos nos observan sin perder detalle.
- Muy buenas noches a todos- digo a través de un micrófono que logra que mi voz resuene por toda la sala.- Gracias por asistir. Ya sabéis que yo no soy un hombre de muchas palabras por lo que iré al grano. Os presento a vuestra nueva Luna- digo y todo el mundo aplaude eufórico.
Yo la doy pie a que se acerque al micrófono y hable y ella me mira como si quisiese asesinarme con la mirada. Yo río por lo bajo al ver sus nervios. No debería estarlo, la gente la adora y ni siquiera la han oído hablar.
Aeryn se acerca al micrófono y habla.
- Buenas noches...- pero no logra terminar la frase porque un grito agonizante desde fuera del gran salón se lo impide.
Las puertas se abren de golpe y decenas de vampiros irrumpen en la celebración.
Aquí estáis.
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•NOTA:
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MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODAS POR HACERLO POSIBLE
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DEAR WOLF [COMPLETA]
Werewolf[COMPLETA] Aeryn regresa a su manada tras la muerte de su madre después de haber convivido durante años con humanos. Allí encontrará a su mate, Fredek, algo que no estaba en sus planes. Dos personas que a primera vista no tienen nada en común, pero...