Me desperté temprano, esta vez solo había quedado con Ember para buscar a su padre, Owen ayer me dijo: este fin de semana estaré muy ocupado, ¿así que puedes encargarte tú?
Mi cara de estúpido tendría que haber sido épica.
"¿A donde se fue el entusiasmo de hace unos días?"
—Elliot, ¿sales otra vez? —mi madre me volvió a preguntar como ayer.
—Sí, mamá... —me estaba cansando su actitud.
"Entiende que esto es difícil para ella..."
Me repetí esa frase intentando por una vez en la vida ser más paciente.
—Buenos días —Ember estaba delante de mi casa con su camioneta color verde pistacho, de verdad que no sabía cómo podía funcionar ese trasto con lo demacrado que estaba.
—Hola —me acerqué a ella. Hoy iba con una trenza, una camiseta de tirantes con el símbolo de Batman y unos pantalones demasiado cortos para mi gusto.
—¿Puedo entrar a saludar a tu madre? —negué con la cabeza.
—Esta algo rara, es mejor que este un tiempo sola para pensar —Ember chasqueó la lengua y se subió a la camioneta, yo hice lo mismo.
—Dios, hace un montón que no vamos juntos por ahí —me dijo clavándome el codo en el brazo.
—Sí, supongo que hace mucho que estoy encerrado en casa ¿no? —lo solté medio en broma, pero Ember se puso seria y se colocó las gafas bien.
—Has estado años, Elliot, y hacía meses que no hablabas conmigo —arrancó en coche con un suspiro.
—Lo siento, supongo que será por las hormonas, ese de ser un adolescente no me va —sonrío y yo le devolví la sonrisa.
—Claro, tu desde bebé ya eras todo un hombre, con mujer y tres hijos —me reí— ¡la adolescencia está sobrevalorada!
—Te echaba de menos —en realidad quería decirle que me había olvidado por completo de ella, y que me sentía la peor persona del mundo.
—Oooh... que mono mi enano —me abrazó y tocó el claxon sin querer— Uy, bueno, vámonos ya.
Recorrimos los sitios más concurridos para los borrachos, drogadictos y etc. Al final cuando ya eran las seis de la tarde me llamó mi madre.
—¿Mamá?
—¿Elliot? ¿Dónde estás? —mierda.
—Con una amiga, dando vueltas ¿por qué? ¿pasa algo?
—No, no pasa nada... tan solo, ¿cuándo vas a volver? —una presión me hundió el pecho. La voz temblorosa de mamá me hacía sentir mal.
"Últimamente la he estado ignorando."
—En media hora ya estoy en casa, tranquila —dije poniendo la voz más dulce que pude.
—De acuerdo, ten cuidado —justo cuando iba colgar escuche a mi madre gritar mi nombre.
—¿Qué pasa? —pregunté rápido.
—Cuando llegues me tienes que contar quien es tu amiga —sonreí y colgué.
—¿Qué pasa? —me preguntó Ember mientras aparcaba.
—Mi madre, cómo he estado todo el día fuera estaba preocupada —terminó de aparcar y me miró sonriente, sus ojos marrones eran los más bonitos que había visto hasta ahora, no me acordaba de ellos, quizá nunca me había fijado.
—No tardaremos mucho, este es el último sitio que se me ocurre que puede estar —nos bajamos y miré el lugar donde estábamos. Una calle alumbrada por unas cuantas farolas que desprendían muy poca luz.
—¿Es ese pub de allí dónde vamos?
—Sí, trabajé en ese sitio el verano pasado, así que será fácil sacar información —entramos en el sitio. Era el típico pub lleno de olor a cerveza y otras olores fuertes que no sabría que son. El local estaba lleno de hombres borrachos y unas cuantas mujeres que estaban allí acompañadas de una cerveza o un cigarro.
—Ey, Dan —se acercó Ember al hombre de detrás de la barra— ¿está aquí mi padre?
—Claro, preciosa, ya sabes que su sitio favorito es este —el tal Dan desvió su mirada al escote de Ember. Lo miré mal antes de seguir a Ember hacia otro lado.
—Allí esta, ese es su sitio —me señaló una mesa más llena de suciedad que las demás, lo único bueno de esa mesa sería que tiene al lado la televisión.
"Mi padre era un fanático de los deportes, supongo que aquí los vería."
—Hola, papá —la voz de Ember se puso tan seca y reacia que era irreconocible. El hombre gordo y lleno de pelo que me recordaba a un oso la miro con dificultad.
"Perfecto, el primer testigo es un borracho... aunque ya me lo esperaba."
—Hola... —dijo entre hipos.
—Este es Elliot, el hijo de Tom Turner, quería hacerte unas preguntas —Ember estaba ansiosa por saber porque quería hablar con su padre, yo le dije que se esperara a oír la charla con él.
—Hola —dije sentándome en frente suyo, eso no le hizo mucha gracia— quizás ya lo sabe, pero mi padre ha ido a la cárcel acusado de asesino —el hombre soltó un eructó y bebió más cerveza.
"Supongo que ya lo sabía."
—Cómo es su amigo y siempre vais juntos por lo que tengo entendido, me preguntaba si sabrías que pasó realmente la noche que mi padre enterró el cadáver de la chica —de repente tiró la cerveza al suelo y todo el mundo nos miró en silencio.
—Yo se lo dije, que no lo hiciera —apenas entendía lo que decía.
—Elliot, ¿que estáis diciendo? —me susurró Ember al oído.
—Espera, luego te lo explico .
—Esa noche íbamos muy mal —se rió recordándolo—, estábamos en la calle, no sé dónde muy bien, pero... —paró de hablar y gruñó.
—¿No se acuerda?
—Sí, sí... espera, es que... —este hombre al menos era más manejable que mi padre— vale, ya lo recuerdo, un tío se nos acercó y nos ofreció mucho dinero si le acompañábamos para un trabajo. Yo le pregunté de que iba, y dijo que se le había muerto su no sé qué y había sido un accidente y blah blah...
—Joder, papá, ¿por qué no llamaste a la poli? —no me imaginaba que Ember pudiera regañar a su padre, pero lo estaba haciendo, y su padre se encogía en la silla.
—Tom me dijo que teníamos que hacerlo, yo me asusté y me fui a casa —se frotó los ojos rojos— Tom siempre ha sido un loco, no sabe lo que hace con su vida...
—¿Se acuerda de la cara del hombre? —bufó.
—Más o menos... iba bien vestido, no como vosotros —se rió y yo me miré un poco ofendido la ropa. Ember solamente negó con la cabeza mientras se colocaba bien el pelo— era un tío ya con sus años, aunque parecía algo más joven que yo, no tenía barba y era alto... —apoyó la cabeza en la mesa y dejó de hablar.
—Ya se ha acabado el show, Elliot —me dijo Ember.
—Es poca información... —me cogió del brazo y me obligó a levantarme y a salir de ese lugar.
—Y ahora, explícame todo bien, con detalles —arrancó la camioneta y yo la miré suplicante.
"¿Cuantas veces tendré que contar lo que ha pasado?"

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Elliot
Ficção AdolescenteSupongo que debo presentarme, seré lo mas breve posible: lo que explico es solo para entreteneros, fin. ¿No tenéis nada mejor que hacer? ¿en serio? *Este es el día a día de un extraño chico llamado Elliot. Leyendo este libro iréis conociéndolo má...