Día 5

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Algo dormido, puse la almohada en mi cabeza para no escuchar los berridos de mi madre. Habrá traído a algún hombre a casa.

Dejé pasar las horas, y cuando sonó la alarma de las nueve me levanté. Acabé los deberes rápido, y me puse los cascos. Música de radio. Lo mejor para despejarse.

Salí sin mirar en la habitación de mi madre que estaba en frente, cosa difícil, y aunque no quería mirar pude distinguir una barriga enorme tapada por la sábana.

"Deja de pensar, vas a correr."

Con el móvil en la mano y las llaves en la otra, corrí durante toda la mañana. Fue una alegría volver a casa y no encontrarme a un desconocido en calzoncillos.

—Buenos días —me dijo mi madre tapándose con el albornoz rosa con estampado de cebra.

—Buenos días —dejé el móvil y me senté con ella a desayunar.

—He conocido a alguien —me dijo de golpe con una sonrisa. Tragué el zumo de mi boca, e inspiré hondo dejando el vaso en la pequeña mesa de madera.

—¿Quién? —mi madre había tenido tres relaciones este año, todas acabaron en unas semanas, pero la dejaban hecha polvo meses. Ni siquiera iba a trabajar, y eso hacía que tuviera que ir yo a hacer el turno sustituyéndola, cosa que no me gustaba, por eso por poco repito un curso, y no hay cosa que me dé más rabia que perder el tiempo.

—Se llama Walter, es muy guapo y muy buena persona —como todos los anteriores.

Mi madre no es que fuera la mujer más bella del mundo, pero tampoco era fea; ojos marrones, piel morena con algunas manchas de la edad, pelo rizado y enmarañado... Tampoco era mala, era amable y bastante tonta, demasiado incluso.

—Me ha dicho que tú y yo nos parecemos mucho —parecía que ese fuera el mejor cumplido del mundo. Si yo fuera otra persona y me dijeran que me parezco a mí, sin duda me ofendería. Lo único que tenía que ver con mi madre era en los ojos redondos y las pecas salpicadas por todo el cuerpo.

—Bueno, ¿y de donde lo conoces? —sonrió y me sujeto del brazo de lo entusiasmada que estaba. Ese tal Walter lo conoció ayer, tan solo ayer, y ya se había acostado con él. Resoplé intentando no enfadarme. Era un compañero del trabajo nuevo, que simplemente había sido agradable con ella. Solo por eso ya era etiquetado como buena persona.

—Mamá, no lo conoces —chasqueó la lengua y me dejó el brazo.

—Bueno, por ahora vamos a seguir juntos, puede que lleguemos a ser algo más que amantes —me guiñó el ojo y se levantó con su taza todavía medio vacía—, tienes que ser más positivo, hijo.

Ojala fuera tan solo eso mi problema... 

*Hoy publicó dos capítulos ya que mañana no miraré Wattpad ^^"  También quiero avisar que la semana que viene no habrá capítulos ya que no tendré ordenador... pero en cuanto llegué el viernes subiré un capítulo o dos. Gracias por leer! \(^o^)/ <3*

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora