Por culpa de cierta persona no llegamos a las once, si no a las doce y media.
—Es que tenía que cagarla, ¿tan difícil es acordarse de una dirección?
—Tampoco es que yo disfrute dando vueltas —Owen y Ember llevaban toda una hora peleando. Al principio Ember simplemente dejaba notar su enfado sutilmente con cosas como; "al final no llegamos" o "¿este ha ido a alguna fiesta en su vida?".
Owen aguantó bien eso, pero todo tiene su fin. Y ahora yo me encontraba con dolor de cabeza y con ganas de irme a casa.
—Bueno, ya da igual, ¿falta menos para llegar? —pregunté frotándome la sien.
—Sí, sí, ¿te hace efecto la aspirina? —negué con la cabeza y cerré los ojos exhausto.
—Lo siento, creía que el lugar estaba más cerca —se disculpó Owen girando la cabeza ya que iba de copiloto.
—No, si eso ya lo sabíamos, el problema es ese, que "creías" —bufó Owen cansado de sus réplicas. A mi hacía rato que me habían dejado de hacer gracia.
Ya eran la una, pensaba que abría menos gente, pero estaba equivocado.
—Menuda casa... —dijimos a la vez Ember y yo.
Era una casa en mitad del bosque, con dos plantas y una reluciente piscina que te dejaba apreciarla en la oscura noche por su impresionante iluminación.
Lo que más me gusto fue que parecía hecha de cristal, podías ver desde el exterior la gente descabellada y borracha que estaba dentro gracias a las enormes ventanas del primer piso.
—Tampoco es para tanto, entremos ya, ¡va! —Owen me dio unos golpecitos en el hombro y empujo a Ember para sacarnos de nuestro asombro.
—¿Cómo que no es para tanto? —susurró Ember con cara de incomprendida.
—No te comas la cabeza —dije caminando por el camino de piedra que llevaba a la casa.
En la fiesta había como poco 50 personas fuera, luego había otras más dentro enrollándose o bailando.
"¿Son conscientes que luego se encontraran mal?"
Los miraba como si fueran de otra especie, y la verdad lo mas sorprendente es que ni se inmutaban, me ignoraban totalmente a pesar de que estaba a su lado observándolos sin hablar.
"Interesante, así que eso es estar pedo."
—Hey... —me di la vuelta al notar una mano en mi espalda. Era una chica bajita con el pelo revuelto y lleno de purpurina. Llevaba un llamativo vestido rojo que hacia juego con su pintalabios.
—Hola —se me acercó más riéndose por lo bajo.
—Eres muy mono... —me cogió del cuello de la camisa y me obligo a agacharme, su aliento apestaba a alcohol.
—Gracias, y tu estas muy borracha —se rió y me apretó los mofletes de la cara. La verdad es que era bastante graciosa la situación a pesar de mi incomodidad.
—Chsss —alguien la aparto de mi lentamente, y en frente mío me encontré con Ember, que iba con un vaso en cada mano—, este ya está cogido, vete.
La chica me mando un beso y se dio media vuelta como si nada hubiera pasado.
—Tienes que resistirte un poco más ¿no? —ladeé la cabeza sin entender.
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Elliot
Teen FictionSupongo que debo presentarme, seré lo mas breve posible: lo que explico es solo para entreteneros, fin. ¿No tenéis nada mejor que hacer? ¿en serio? *Este es el día a día de un extraño chico llamado Elliot. Leyendo este libro iréis conociéndolo má...