Día 32

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Estiré los brazos en la cama, había dormido tan bien... Me incorporé rápidamente y salté de la cama para lavarme la cara.

"Muy bien, hoy me pasaré por la comisaría y hablaré con el agente Smith, le diré lo que he descubierto."

Puede que sea poco, pero al menos pienso que mis teorías deberían ser escuchadas.

Me dispuse a salir por la puerta cuando mamá me sujetó del brazo.

—No salgas todavía —la mire sin comprender—,he visto a tu padre cerca de la calle —mierda.

—¿Pero cuando lo has visto?¿hace mucho?

—No, no, ahora mismo, acabó de llegar de comprar el pan y unos bollos de crema —me pasé una mano por la cara nervioso y enfadado— tranquilo, se cansará pronto... —me acarició la cara y pasó como si nada por mi lado— ¡ahora a desayunar!

¿En que había pensado? ¿iba ir directo a una comisaría? por dios, ¿había pensado en que situación estoy?

"No puedo ir, puede que les dé por saber un poco más de mí y eso sería un problema como estamos ahora."

Seguí pensando una solución. Puede que Owen pudiera pasarse sin problemas, aunque claro, no podría ir a hablar directamente con el agente Smith, a no ser que lleve él el caso... crucé los dedos para que así fuera y busqué mi móvil.

"Por dios, mi agenda de contactos es muy triste."

Busqué a Owen. Suerte que ayer me dio su número de móvil, si no ahora estaría agobiado y comiéndome la cabeza hasta que llegara el lunes.

—¿Hola? —escuché su voz, sonaba dormido.

—Soy yo, Elliot —bostezó.

—Ah, hola, ¿qué quieres? —eran las nueve y media, ¿le había despertado?

—¿Podrías pasarte por la comisaría y explicarles lo que sabemos? —...tardó su tiempo en procesar la información.

—Sí, claro, ¿quieres que vayamos juntos? tú te explicas mejor —me encantaría, y sé que tiene razón.

—Sería algo raro, no tengo nada que ver con Harper, y con Alice éramos... conocidos muy cercanos, pero nada más —solté esa excusa para no decirle que no podía salir de casa porque quizás mi padre me mataba.

Picaron a la puerta con fuerza.

—Margaret, abre —hablando del rey de roma. Lo ignoramos.

—¿Y ese ruido? —preguntó Owen. Mi padre no paraba de dar golpes cada vez más fuertes mientras gritaba como si estuviera poseído.

—Nada, un vecino que esta algo loco, ya me dirás luego, adiós —le colgué con un resoplido. Esto es complicado, y por alguna razón me gustaba, estaba más vivo que nunca.

*¡Aviso!: mañana me tomaré el día libre!  ~(-.-~) *

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora