El domingo entero estuve pensando en cómo podríamos encontrar a alguien que nos diera alguna pista más.
"Esto es imposible..."
Suspiré y continué mirando por la ventana.
"Quiero irme ya a casa..."
Miré el reloj colgado encima de la pizarra. Faltaban quince minutos.
"Mierda."
Aburrido por el silencio de clase (estábamos haciendo un examen), desvié la vista a Owen. Estaba sentado en la fila de mesas de al lado, unos tres asientos más adelante que yo. Como pensaba, no estaba haciendo el examen, estaba jugando con el lápiz haciéndolo girar encima de una goma.
"Así lo tiene difícil para aprobar."
Volví a mirar por la ventana. Suspiré.
Por fin el timbre sonó. Rápidamente recogí los libros y me fui a la salida. Solo una cosa no me hizo salir del edificio, una tormenta. Una tormenta acompañada de un viento muy agresivo.
"Joder, se me van a mojar los libros."
Digamos que mi mochila parece estar hecha de papel, además de que odio mojarme.
"Asco de lluvia.El cielo estaba azul hace un rato, ¿por qué este cambio tan repentino?"
—¡Elliot! —me giré y vi una estampida de adolescentes empujándome sin importarles el tiempo de fuera, aun así eso no me hizo salir. Busqué la voz que me había llamado— ¡Elliot!
"Ah, solo es Owen."
Vino hacia mí con una sonrisa. Raro.
—Dios, que rápido, por poco me haces seguirte hasta tu casa —se rió y yo no sabía muy bien cómo reaccionar—, quería hablar contigo, ¿sabes algo nuevo?
No entendía su comportamiento, y eso me ponía de los nervios.
"¿¡Por qué ahora esta tan entusiasmado!?"
—Creía que ya habías dejado todo esto —le reproché mirando la lluvia.
—Nah, tan solo estaba un poco... —se puso a jugar con el paraguas verde que tenía entre las manos— un poco triste, y agobiado...
Tiene sentido. Aunque si va a estar todo el rato en ese plan voy a acabar cansándome de él.
—Bueno pues... —estaba a punto de explicarle todo, pero entonces vi una silueta conocida acercándose. Un paraguas rojo— ¿Mamá?
Mi madre me miró sorprendida y cerró el paraguas.
—Ah, hola cariño, por fin te encuentro —me dijo con el maquillaje corrido por las gotas que le habían dado en la cara.
—¿Qué haces aquí?
—Tenía que hablar contigo, he salido del trabajo corriendo, he ido a casa y no estabas así que...
—Sí, sí, ¿qué pasa? —le corté su innecesaria explicación.
—Me han llamado, esta mañana han encontrado a Alice.
No me lo podía creer. Una sensación de alivio inundo mi cuerpo.
—¿Esta bien? —preguntó Owen al ver que no podía reaccionar.
—Sí, está bien, aunque no me han dicho mucho más —mi madre me acarició la cara y me puso bien el pelo— te dije que no le pasaría nada, tienes que confiar más en mi —me sonrió y yo le abracé. En ese momento la confianza que tenía con mi madre se desbordó, por una vez que me decía algo positivo se cumplía. El mundo estaba mejorando, no, mejor dicho, mi mundo estaba mejorando.
—Gracias mamá.
—Iros a verla, está en el hospital, yo me quedaré a decirles a los profesores que ya han encontrado a la chica —asentí alegrado.
Cogí el brazo de Owen que sujetaba el paraguas y lo arrastré conmigo.
—¿Yo también tengo que ir? —dijo riéndose por mi extraño comportamiento eufórico.
—¡No me quiero mojar!

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Elliot
Teen FictionSupongo que debo presentarme, seré lo mas breve posible: lo que explico es solo para entreteneros, fin. ¿No tenéis nada mejor que hacer? ¿en serio? *Este es el día a día de un extraño chico llamado Elliot. Leyendo este libro iréis conociéndolo má...