Elliot

Día 56

Ayer tuve una discusión con mi madre sobre Richard, al final llamé a Owen y a la quinta vez me cogió el móvil. Supongo que sonaba tremendamente preocupado, porque no tardó en preguntarme que qué era lo que me pasaba.

"Era un amigo de su familia..."

Sin poder soportarlo más me desperté a las seis y me fui a correr. Las pesadillas sobre Richard sonriendo de forma maliciosa mientras se desvanecía con Owen no me dejaron dormir.

"Esto cada vez tiene menos sentido."

Compré un periódico intrigado por el título de la portada "¿El tercer secuestro del Sepultador?"

Sin duda, ahora la policía había dicho abiertamente que los casos de Harper y Alice estaban relacionados, el cómo habían llegado a esa conclusión no tenía no idea. También ponía que este fin de semana había desaparecido otra chica que se había ido a una fiesta y no había vuelto a casa.

Observe la foto de la chica. Sin duda me sonaba de haberla visto por el instituto, según el periódico era dos años más pequeña que yo.

"Se llama Lilly."

Suspiré.

¿Quién coño estaba haciendo todo esto? ¿Por qué la policía era tan lenta?

Leí el periódico por encima, solo hablaban de cosas estúpidas.

"El Sepultador."

Joder. Ya le habían puesto hasta nombre.

Enfadado regresé a casa antes de lo que me esperaba.

—¿Elliot? —mi madre estaba con mala cara mientras me miraba desde el comedor. Estaba erguida y con una pose que imponía, era extraño verla así.

—¿Qué pasa? —me refresqué la cara en la cocina con el agua fría del fregadero.

—No sé, dímelo tú —cómo odiaba esa típica respuesta. Ember me la decía mucho cuando éramos niños y se enfadaba conmigo.

—Mamá... —bufó y se dio media vuelta—, mamá, va.

Fui detrás de ella mirando el reloj, iba bien de tiempo.

—Richard me lo ha dicho —mi cara cambio por completo—, me dijiste que dejarías todo ese tema de lado.

—Solo era para zanjar el asunto —dije rápidamente intentando solucionar el problema.

—No me mientas, sé que no lo sacaras de esa cabezota tuya, eres cómo tu padre en eso... —paso por mi lado suspirando y me dejo solo en el comedor.

—No me compares con papá —su comparación me había dolido. La seguí totalmente decaído.

—Entonces deja de meterte en asuntos que no te benefician en nada —cerró la puerta de su habitación dándome en las narices.

"¿Tenía razón...?"

Sin muchas ganas, fui al instituto. Esta vez sí que había quedado con Owen.

—¡Buenos días! —su sonrisa falsa era idéntica a la de su madre.

—Hey...

Actuaba como si nada. Con conversaciones simples y con comentarios sin sentido por su parte. No tenía muchas ganas de hablar así que simplemente escuchaba lo que decía.

—Ojala hubiera hecho fotos, ¡la casa de mi primo es genial y enoooorme! —insistía mucho en lo bien que se lo había pasado, tanto que resultaba hasta pesado.

"¿Se está intentando engañar a él mismo?"

Era obvio que no iba a decirle que sabía de su bipolaridad, y que no hacia falta que me mintiera porque sabia que en verdad había estado en el hospital. Prefería esperar a que todo se estabilizase un poco antes de hablar, Owen ahora estaba frágil, lo notaba con solo mirarlo.

—Entonces ¿qué? —había desconectado y no sabía de qué estaba hablándome.

—¿Eh?

—Otra vez en tu mundo ¿no? —asentí esperando que no me preguntara en que estaba pensando—, preguntaba que sí había algo nuevo sobre lo de Alice y Harper, he leído que ha desaparecido otra chica.

—No, nada, pensé que las pruebas de la policía me iban a ayudar, pero es aún más confuso...

—Podríamos ir a ver a Alice mañana por la tarde, he preguntado a mi madre y dice que ha escuchado que ya le han dado el alta.

—No sé dónde vive —sonrió de nuevo y me paso el brazo por el hombro.

—Qué harías sin mí... preguntaré a sus amigas de clase, son simpáticas conmigo —volvió a sonreír y yo lo miré sin saber qué cara poner. Me daba pena verlo fingir.