El murmullo de mi madre hablando por teléfono con la televisión de fondo, y los cálidos rayos de sol que esquivaban la cortina me despertó. La semana había pasado rápido, el viernes tampoco apareció Alice, y ayer no hice nada importante, solo el vago como de costumbre.
La preocupación y el enfado con Alice se me habían pasado, ahora tan solo pensaba en que tendría que hacer el trabajo de lengua y no me apetecía nada.
Me quité el pijama y me vestí con una camiseta que tenía desde hace al menos dos años y unos pantalones cortos que me iban algo grandes, ropa perfecta y cómoda.
"Ahora podría ver un rato la televisión, y después ya por la tarde ir a dar una vuelta."
Me asomé por la ventana, hacía un día algo nublado.
"Bueno, mejor así, odio el calor."
—¡Elliooooot! —la voz de mamá desde el recibidor hizo que dejara de ver Los Simpsons, ¿no era el cartero o algún tío pesado de publicidad?
Fui al recibidor, y tragué saliva ante la persona que tenía delante, era policía.
—Hola, chico —me dijo serio.
—Hola —no podía ser. No. No. No.
—Bueno, agente, puede preguntarle a mi hijo lo que quiera, él es un santo —mi madre se puso en modo agradable, aunque yo en el fondo sabía que en cuanto el policía se fuera, ella me haría un interrogatorio—, aunque ya le digo que no sale mucho de casa y es algo solitario.
—No se preocupe, solo será un momento, por cierto, no me he presentado, soy el agente Smith —le invitó a pasar y mi madre se fue a la cocina a preparar café mientras yo me quede a solas con el policía. Era un hombre que rondaba ya sus cuarenta años, alto y fuerte. Su cara con rasgos marcados y una cicatriz debajo de la ceja me dejaba claro que no era el policía que hacia el papel de poli bueno.
—¿A que ha venido, agente Smith? —le pregunté manteniendo la calma.
—Las preguntas las hago yo, chico —asentí avergonzado—, de acuerdo, ¿conocías a Alice Wilson?
¿Alice? ¿Que tenía que ver ella en todo esto? ¿no era sobre Harper?
—Sí, supongo que éramos amigos —conteste algo extrañado por la pregunta.
—¿Cómo que supones? —apuntó algo que no pude ver en una minúscula libreta.
—Alice era algo rara, y nos conocíamos desde hace poco —recordé de golpe cuando la conocí. Fue en algún festival del instituto en el que tuvimos que hacer cola los dos juntos, ella no paraba de hablar con todo el mundo y yo la intentaba ignorar.
—¿Cuándo os conocisteis? —suspiré agobiado.
—No lo sé, ¿dos meses? Ella llegó a mediados del curso, era la chica nueva —volvió a apuntar algo.
—Vale... ¿Qué relación teníais si no erais del todo amigos? —pregunta difícil.
—Supongo que lo éramos, hace cosa de tres semanas o así hablábamos más y ella me acompañaba por las mañanas al instituto y algunas veces volvíamos juntos —tragué saliva. El movimiento que hacia al escribir con el bolígrafo me tenía hipnotizado, se me estaba haciendo eterno con las preguntas.
—¿El martes Alice te acompaño de vuelta a casa? —¿el martes? fue el día que me dio el regalo para mi madre.
—No, antes de irnos a casa nada más salir del instituto estuvimos charlando en frente de la fuente que hay cerca del instituto —apuntó y me volvió a mirar para que continuara explicando—, ella dijo que se había olvidado algo y entró de nuevo, yo me quedé esperándola un buen rato pero no vino y me fui a casa —asintió y suspiró.
—¿Estás seguro que entró en el instituto?
—Sí —chasqueó la lengua y volvió a apuntar.
—¿Estos días has notado a Alice rara? —siempre estaba rara, por poco se me escapa esa contestación.
—Ya he dicho que no la conocía mucho, yo la veía igual que siempre —se levantó y yo contento di por finalizada las peguntas.
—Por cierto, ¿a por qué volvió a entrar en el instituto? —mierda. No quería contarle mucho de mi vida, además de que no le serviría de nada para lo que sea que estuviera investigando.
—Una carta, se me estaba declarando... —sonrío y yo bajé la vista.
—Lo has hecho bien, muchas gracias —fue a la cocina, supongo que mi madre habría estado escuchando toda la conversación y se había olvidado de hacer el café—, señora Turner, ya hemos terminado, gracias por vuestro tiempo —mi madre lo despidió en la puerta, y yo antes de que la cerrará fui corriendo impulsado por una ligera preocupación.
—¡Agente Smith! —se paró en la puerta de nuestro pequeño jardín lleno de hierbajos—, ¿le ha pasado algo a Alice?
Mi madre me miró sorprendida por mi actitud, era algo nuevo que yo me interesara por alguien.
—No puedo decirte mucho, pero si la ves llámanos, hace cinco días que no pasa por su casa, sus padres están muy preocupados —¿se había escapado? Eso siendo Alice me sonaba extraño, es verdad que no la conocía, pero diría que no es del tipo de chica que se escapa de casa por una rabieta.
—Elliot, es normal en esta etapa que estáis pasando —me dijo mamá después de cerrar la puerta—, seguramente se haya enfadado con sus padres o fugado unos días con un chico —me acarició el pelo—, estará bien.
—¿Pero y si la han secuestrado? —dejé caer mi sospecha en voz alta.
—Cariño, esto no es una serie ni una película, es muy poco probable que haya pasado eso.
—¿Sabes que no hace mucho han encontrado a una chica enterrada en el bosque, no? —su cara cambio por completo—, esa chica iba conmigo a clases, se sentaba a mi lado.
—¿Porque no me lo has dicho antes? —dijo en tono acusador— por dios, has tenido que estar muy triste estos días... —me abrazó y yo de mientras continúe pensando en Alice.
*Este segundo capítulo dedicado a la pesada de mi amiga Anna ^.^, que cumplió años no hace mucho <3 y se quejaba de lo cortos que eran los capítulos. Ahora ya será feliz! :D (o no... quien sabe ¬¬)*

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Elliot
Novela JuvenilSupongo que debo presentarme, seré lo mas breve posible: lo que explico es solo para entreteneros, fin. ¿No tenéis nada mejor que hacer? ¿en serio? *Este es el día a día de un extraño chico llamado Elliot. Leyendo este libro iréis conociéndolo má...