Seis años. Por fin estaba listo para volver.
Me bajé del coche y me puse bien mi camisa blanca. Me había acostumbrado a ir ahora más arreglado por culpa de la mala costumbre de mi abuela y de mi trabajo.
"Al menos no llevo una agobiante corbata..."
Como las odiaba.
Primero me pasé por mi antigua casa, ahora de color azul y blanco, con una familia feliz viviendo en ella.
"Esta vista es mucho mejor de lo que me imaginaba."
Sin despistarme más, fui a ver a la única persona a la que había avisado de mi llegada.
—¡Elliot! —me llamó desde su jardín lleno de flores. Estaba preciosa, justo como la recordaba.
—Me alegro de verte, Alice —la abracé y ella saltó sorprendida.
—Vaya, no te recordaba tan cariñoso —me devolvió el abrazo.
—Estas perfecta —se rió avergonzada y se pasó un mechón corto detrás de su oreja.
—Y tú diferente.
—Lo diferente no es malo.
—No, es genial —y con nuestros pequeños cumplidos en clave, pasamos el rato charlando.
—¿Y cómo te ha ido en "la Gran Manzana"?
—Bien, sin duda estar allí me ha dado lo que necesitaba.
—¿Tu abuela está bien?
—Sí... está algo más débil cada día, pero nunca se olvida de mí y de decirme que necesito sonreír más, en eso es tan pesada como tú.
—Oye... yo no soy pesada —me dio un codazo.
—Ya, ya, ¿y a ti como te va?
—Bueno, estoy trabajando de profesora en un colegio de aquí cerca, con Ember, por cierto, ella está de prácticas por ahora —me guiñó el ojo.
—¿De verdad? ¿Cómo está?
—Pues muy enfadada contigo —eso era obvio—, pero por lo demás bien, se va a casar dentro de unos meses.
—¿Con quién? —pregunté preocupado.
—Es un buen hombre, tiene trabajo y es muy responsable, ella está feliz —suspiré aliviado.
—Me pasaré más tarde por su casa, ¿me dices su dirección?
—Sí, ¿te doy también la de Owen? —me petrifiqué al escuchar su nombre.
Con el corazón a cien, detuve el coche después de haber pasado tres veces por su calle sin el valor suficiente de parar el motor.
"Tranquilo. Solo vas a saludar."
"Quieres saber si está bien, ¿no?"
Me bajé del coche sudando. Me mire en el retrovisor. Pelo revuelto a pesar de haberme echado gomina, como no, y unas manchas de sudor en la nariz y en las mejillas.
Me incorporé y entonces vi salir de la casa a una chica de piel oscura, con el pelo rizado y un vestido de colores alegres que pegaban con la estación. Iba con una caja y se dirigía al camión aparcado cerca.
"¿Mudanzas?"
Y entonces lo vi. No había cambiado nada, quizás la única diferencia que le veía era que estaba feliz, el aura de tristeza no le acompañaba. Salió de la casa con una sonrisa y se dirigió a la chica.

ESTÁS LEYENDO
Elliot
Ficção AdolescenteSupongo que debo presentarme, seré lo mas breve posible: lo que explico es solo para entreteneros, fin. ¿No tenéis nada mejor que hacer? ¿en serio? *Este es el día a día de un extraño chico llamado Elliot. Leyendo este libro iréis conociéndolo má...