Día 4

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Mirando las humedades que había en el techo, estuve sin hacer nada como una hora.

—¡Elliot! —gritó mi madre antes de salir por la puerta—, hoy vendré tarde, así que no me esperes despierto.

Asentí y la puerta se cerró.

Suspiré.

"Vaya fin de semana más aburrido me espera. Quizás pueda leer algún libro..."

La idea no me gustaba mucho, pero al menos así hacia algo.

Antes me duché, me puse la típica camisa que todo el mundo tiene para ir por casa y unos pantalones deportivos. Rebusqué por casa, pero no encontré ningún libro interesante.

"Quizás haya algo en internet."

Excelente idea, pero entonces me sonó el móvil, un mensaje.

¡Ellioooooooot!

Era un amigo que había hecho por internet, hacía ya días que no hablábamos.

Hola.

¿No te cuentas nada? :D

Pensé en lo que había pasado en clase, pero me daba demasiada pereza explicárselo.

—No. ¿Y tú?

—Sí, hace poco fui a una fiesta ¿te acuerdas de la chica que me gustaba?

—Sí.

—¡Pues estuvimos pegados toda la noche! Está muy buena, tiene un culo... ¿quieres foto?

—No estoy interesado.

—xDxDxD

—¿Qué pasa?

—Nada, nada xD

—¿?

—¿Eres gay?

—¿Por qué preguntas?

—Por nada, es que es muy guapa, quería que la vieras.

Cansado de que no parará de presumir de su nuevo logro en su genial vida escolar, dejé el móvil en el sofá pensando que si todos los chicos son así cuando están interesados en chicas, dan pena, ojalá a mí nunca me pase.  

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora