Día 59. Final

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—Bueno, ya hemos llegado —me bajé del coche con el agente Smith.

—Gracias —fui con pasos decididos hasta el porche de mi casa.

"Echaré de menos esta casa..."

Me fui directo a las maletas, metí toda la ropa que pude de manera desordenada, y alguna que otra cosa que consideraba importante (con eso descubrí que mis pertenencias me importaban bien poco).

Por último recorrí lentamente los pasillos y las habitaciones. Miré las grietas de las paredes, la parpadeante luz del lavabo, la cortina algo torcida...


Salí y me senté en el porche, me quité con cuidado el colgante de la nota musical, y lloré. Me desahogué por completo mientras el señor Smith me miraba desde el coche dudoso de que hacer.

Dejé allí el colgante, y dejé allí todas mis molestias.

—¿Y ahora donde te llevo? —me limpié lo más rápido que pude las mejillas empapadas.

—Otra vez a la oficina, allí me vendrá a buscar Ember.

—De acuerdo, ¿vas a irte con ella?

—No, ella cree que sí pero no —soltó un largo "aaah..."

—¿Vas a avisar a tu amigo?

—¿Owen? No, no planeaba decírselo a nadie.

—¿Te irás como si nunca hubieras estado? Eso es cobarde —me lo dijo sin rodeos, más bien echándome en cara que lo estaba haciendo mal.

—Soy cobarde, pero es lo que necesito ahora, ellos también estarán mejor sin mí —chasqueó la lengua.

—¿Y tu abuela que dice?

—No la conocía, pero me pareció amable por teléfono —por su cara pude decir que no se esperaba que no conociera a mi abuela.

—Eso es bueno, supongo —asentí sin ganas de hablar más.


Esa misma noche me escabullí de casa de Ember dejándole solo una nota, fue difícil saber que poner, me costó concentrarme para escribir, como si fuera un examen.

Esperé en frente del parque como habíamos quedado, un coche se paró y salió un señor bajito de unos cincuenta años con una reluciente calva que se podía ver hasta de noche.

—¿Eres Elliot? —me preguntó sonriente. Asentí esperando a ver a mi abuela.

—Genial, soy Nick, cuido de tu abuela —me tendió la mano y yo se la di algo confundido— pude convencer a tu abuela para que viniera yo y no ella, no le sienta muy bien ir en coche, y más si encima tiene que coger un avión de casi seis horas... —riéndose me cogió la maleta.

—¿Cuántos años tiene mi abuela?

—Cumplirá ochenta este año —wow, es mayor—, pero sin duda está en la flor de la vida, te encantara, ella siempre ha querido conocerte, ¡está ansiosa de verte!

Y con esa esperanza dentro de mí, me deje llevar por los sueños y las vistas a través de la ventana. Me desperté de repente.

Miré el móvil. Tenía un mensaje de Owen:

—¡Han encontrado a Lilly!

—¿Y mi madre?

—También, los han parado a tiempo, ¿irás a ver a tu madre?

— No, no quiero volver a verla la verdad. 

— Cómo tu quieras, era por si querías que te acompañará. 

—No hace falta, igualmente me alegro de que todo esté solucionado, por cierto, al final no me has llamado.

—Lo siento ^^"

—...

—Bueno, mejor quedamos mañana y aprovechamos el día, el lunes tendremos que volver a la rutina .

—Sí, claro, buenas noches.

—Hasta mañana.

Admito que me dejo hecho polvo el "Hasta mañana".

Me vibró de nuevo el móvil, como fuera Ember estaría perdido.

Pero no. Era alguien con quien no esperaba hablar.

—Perdona por no hablarte tío, estaba mi móvil muerto.

Mi amigo de Nueva York, en el momento justo.

—Tranquilo, no pasa nada.

—Hahahaha me alegro, ¿y que te cuentas? xD

—No ha pasado gran cosa.

ElliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora