¿Y si no lo logro?

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Después de unos minutos llorando encontré consuelo, -¿Mejor?- preguntó Gastón a mi lado, yo asentí, con su mano limpió mis lágrimas y me sonrió, es todo un caballero.

-Gracias por preocuparte y hacerme sentir mejor- dije.

-Eso es lo que hacen los novios- dijo acariciando su cabello.

-¡No somos...- antes de poder terminar la frase pensé en lo que había pasado, miré mis patines, él me protegió, me defendió y se preocupa por mí, estoy siendo injusta con él.

-Está bien dejaré de decir eso- dijo resigando, -Tal vez quieras estar sola- dijo y se levantó, yo agarré su campera.

-Es cierto, eso es lo que hacen... los novios, gracias- dije y mi rostro estaba ardiendo, Gastón me dio un abrazo, ojalá este momento fuera eterno pensé, él empezó a quitarme los patines.

-Nos vamos- dijo.

-¿A donde?

-A la plaza, yo te voy a enseñar a patinar, soy uno de los mejores patinadores del roller- dijo.

-Qué modesto- dije, me puse mis zapatos y los dos salimos del roller, solo los dos, podía sentir que todo a mi alrededor se congelaba, Gastón me llevaba de la mano, así es que andan los novios pensé al ver nuestras manos juntas mientras caminábamos.

-Llegamos- dijo y nos sentamos en un banco, empezó a ponerse sus patines y yo hice lo mismo, -Muy bien Nina, ya aprendiste- dijo.

-Solo seguí tus pasos- dije.

-Ahora arriba- dijo y me agarró de las manos, -Quiero que mantengas la espalda derecha, las piernas flexionadas- yo seguía sus instrucciones, -Mírame a los ojos en todo momento- dijo, ¡No soy buena sosteniendo la mirada!, él empezó a guiarme, -Sí lo hacés bien te doy un premio- dijo.

-¿Qué premio?- pregunté.

-Aún no se- dijo.

-¿Y si no lo hago bien?

-Recibirás un castigo- ¿Qué es esta aura tan siniestra?, él empezó a avanzar y yo también, -Separa un poco las piernas- me indicó, se siente genial pensé, -Te voy a soltar- me advirtió.

-No, no, por favor.

-¿Confías en mi?- yo asentí, -Enfocate en mis ojos- dijo y así lo hice, poco a poco me fue soltando, -Vas muy bien Nina- me dijo, estaba avanzado sola, estoy patinando.

-¡Estoy patinando! ¡Lo logré!- celebré muy pronto, solo duré un minuto suelta y ya estaba en el suelo.

-¿Te lastimaste?

-No lo logré- dije vencida.

-Pero si lo hiciste muy bien, con un poco más de práctica seras toda una profesional- dijo mientras me ayudaba a levantarme.

-¿Ya no hay premio?- pregunté.

-Lamentablemente no, pero si hay un castigo- dijo.

-Pero si vos dijiste que lo hice muy bien- injusticia.

-Pero no lo lograste- ¿Por qué tiene que sonreír así?

-Solo quieres sacar provecho- dije.

-Es cierto, solo quiero sacar provecho de todo esto- ¡Lo admite!

Los dos nos sentamos, yo esperaba que dijera cual era mi castigo, no pienses mal, no es nada malo, dejaré de leer novelas...

-Quiero que me cantes una canción- dijo sacandome abruptamente de mis pensamientos.

-¿Cantar? No, cualquier cosa menos eso, yo no canto.

-Si la memoria no me falla tu papá dijo que si y que la ducha es tu escenario - dijo, te voy a matar papá.

-Si, solo en la ducha canto- dije esperando que desistiera.

-Está bien- dijo y se levantó, que alivio lo va a dejar así, -Entonces vamos a mi casa y nos duchamos juntos- dijo mientras sonreía.

-¡¿Qué?!- todos en la plaza me miraron, sentí que mi sangre estaba en el punto más alto de ebullición, mi rostro ardía y mi pulso se puso a mil por segundo ¿ducharnos juntos? Nosotros... ¡ahh! Ni lo puedo mirar, calma Nina, no es para tanto, -Voy a cantar aquí- dije y él se volvió a sentar a mi lado.

-Te escucho- dijo.

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En multimedia está la marca de agua que hice para los premios, ¿Qué les parece?

Soy NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora