La fiesta de Ámbar

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El fin de semana había llegado, el sábado en la noche era la fiesta de Ámbar, -No se que ponerme- dije frustrada.

-Las lentejuelas son una buena opción- me dijo Mora.

-Claro que no, no quiero parecer una bola de discos- dije, Tal vez deba llamar a Luna me dije a mi misma y marqué su número, no contesta.

Debía de enfrentar esta situación de estilismo yo sola, pasó una hora, al fin estoy lista, recibí un mensaje de Gastón diciendo que ya iba a la fiesta, agarré mi móvil y lo entré en mi cartera, bajé y me despedí.

-¡Suerte hija!- me dijo mamá.

En media hora llegué a la casa de Ámbar, entré por la puerta de servicio, se había hecho costumbre, saludé a Mónica quien estaba haciendo unas botanas para la fiesta, no pude resistir y probé algunos.

-Está buenísimo- podría comerlos todos.

-Qué bueno que te guste Nina- dijo sonriente, en ese momento entró Gastón.

-¿Pensabas esconderte de mi?- preguntó Gastón entrando a la cocina y sentí que casi me ahogo con un panecillo, que susto me había pegado, Mónica me pasó un vaso de jugo.

-¿Mejor?- preguntó él sin dejar de reír.

-No es gracioso, pude haber muerto- dije, estaba muriendo de la vergüenza y él rió con más ganas, -Eres malo- dije cruzando mis brazos.

-Ya perdón, no te molestes, ven vamos a la fiesta- dijo y me agarró, nosotros salimos de la cocina, me sentía nerviosa, además Gastón no me había dicho nada sobre como me veía, quizás el momento vergonzoso me opacó, o tal vez mi estilismo fue un completo fracaso, me sentí un poco decepcionada, -¿Estas bien?

-Es mi primera vez en una fiesta así- dije.

-Pues vamos a disfrutarla al máximo- dijo emocionado, la música sonaba y él me invitó a bailar.

-Yo no bailo- dije.

-Dijiste que no cantabas, que no patinabas...

-Pero en serio no bailo así- dije mirando a los otros bailando.

-Solo debes dejarte llevar- dijo, -¿Tienes vergüenza?- me quedé en silencio, -Vamos- los dos salimos al jardín, la música aun se escuchaba, -Estamos solos- dijo sonriendo.

-Siempre me pones en estas situaciones- dije apenada.

-Solo déjate llevar- dijo y se pegó a mí, no dije nada, solo dejarme llevar, lo abracé mientras nos movíamos al compás de la música, sentí sus manos sobre mi cuello y seguido eso sus labios empezaron a besar mi frente, mis mejillas y mi boca.

-Te amo, Nina- dijo él cuando se separó de mí.

-Yo también, Gastón- dije tratando de recuperar el aire, escuché a Ámbar cantar, -Tal vez debamos de entrar.

-Prefiero quedarme aquí- dijo, yo también lo prefería, él se acercó otra vez y me besó el cuello, él se detuvo y me miró fijamente, mi corazón estaba a millón, esa sensación me hacía recordar las veces que estuvimos en su habitación, mi rostro empezó a arder, -Te ves hermosa esta noche- dijo y sonrió.

-Gracias- al parecer mi esfuerzo había dado frutos, un vestido corto, mi pelo suelto y un poco de maquillaje, Nina superaste la prueba, me sentía feliz, los dos nos quedamos ahí abrazados mientras la fiesta seguía adentro y nosotros dos estábamos en nuestro mundo.

Soy NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora