Broken [Ticci Toby Y Tú]

Capítulo 1: Una confusión y huida.

Estaba en el mismo lugar al que iba siempre que las cosas la estaban asfixiando.

Aquel lugar le traía buenos y amargos recuerdos.

La tercera cita inolvidable.

Suspiró cansada de todo. Cansada de esa opresión en el pecho, de ese vacío y de la culpa que la estaba consumiendo poco a poco.

Sabía que debía dejarlo ir, tenía que hacerlo por su bien... olvidar a Toby y continuar con su vida. Pero no se encontraba dispuesta a olvidar porque todos los momentos a su lado eran lo único que le quedaban, eso era lo único a lo que podía aferrarse.

Si dejaba ir a Toby, si borraba todos sus recuerdos al lado de él entonces su vida volvería tal y como era antes de conocerlo, vacía y gris.

Una mano apretó fuertemente su hombro y cuando menos lo pensó estaba con el rostro en el suelo y su piel ardía debido a la fuerza con la que había sido arrojada.

El dolor y un profundo miedo se mezclaban en su cuerpo haciéndole temblar e incapacitándola para ponerse de pie y huir muy lejos de ahí.

Levantó la mirada con el más profundo temor y ahí estaba él. Estaba segura de que era él, conocía jodidamente bien aquellos ojos en los que se perdía durante horas.

Él se sentó a horcajadas sobre ella y su expresión fría no la asustó en lo más mínimo. El shock por haberlo encontrado después de haberlo creído muerto era aún más grande.

—Toby... —murmuró.

Él se detuvo en seco al escuchar su nombre salir de los labios de aquella chica. Le sonaba tan familiar...

Se apartó lentamente de ella mientras la confusión y desorientación se apropiaban de su organismo.

—Pensé que estabas muerto...

Observó cómo ella se levantaba poco a poco del suelo y lo miraba con aquellos ojos vidriosos y llenos de melancolía. Como si le hubiese partido el corazón... pero no la conocía. Él no la conocía.

—Toby, te extrañé...

Él se paso una mano por el rostro. No la conocía, nadie sabía quién diablos era él, pero esa chica llegaba y no paraba de decirle cosas que él no podía entender.

La miró detenidamente y centró su vista en aquella cicatriz que surcaba la mejilla de la chica, desentonando con aquella suave piel.

Dio un par de pasos hacia atrás y corrió del lugar tambaleándose. La cicatriz le parecía tan familiar y desconocida a la vez.

Sólo cuando se encontraba considerablemente lejos de aquel lugar paró de correr y se sentó un momento.

Aquella sensación y dificultad al respirar siempre se hacían presentes cuando su mente jugaba con él inventando sucesos que jamás habían pasado, según le había dicho Slender. Pero esta vez no fue una calle, un programa de televisión o un sueño lo que le aturdió. Fue una persona de carne y hueso, y esa chica lucía demasiado convencida de que lo conocía. No era su mente, estaba seguro de ello...