Despertó somnoliento y miró el techo durante lo que pudieron ser minutos, incluso horas.
Su madre no tardaría en entrar a su habitación y abrir las cortinas para permitir que los rayos del sol entraran por la ventana impidiéndole dormir.
Una palabra resonaba en su dañada mente: Escuela.
Su madre había insistido en llevarlo con terapeutas después de aquella pérdida que sacudió e hizo que su mundo se cayera en pedazos. Había comenzado a aislarse desde entonces.
La mujer con la que había ido a consultar simplemente le dijo a su madre que lo mejor era que intentase abrirse un poco y empezar a convivir con gente de su edad.
Sí, la gran solución que habían tomado era enviarlo a la escuela.
—¿Hijo?
Toby llevó su mirada hacia la puerta donde se encontraba su madre sonriendo como nunca.
—Bajaré en un momento.
Su madre asintió con la cabeza y cerró la puerta tras de sí. Él amaba a su madre, pero le parecía realmente estúpida la idea de inscribirlo en la escuela bajo la idea de que aquello le haría algún bien cuando en un pasado sus propios compañeros originaron la mayoría de sus malditos problemas.
Salió de entre las tibias sábanas y se dirigió a su armario tomando unos jeans, una camisa blanca y una chaqueta.
En cuanto se vistió bajó directo a la cocina donde se encontró con su padre, su madre le obligaba a llamarle así. Aquel hombre sentado en la mesa quien se encontraba devorando el desayuno no era su padre, y sinceramente, dudaba que algún día lo fuera.
—¿Vas a desayunar, cariño?
Toby negó con la cabeza. Su madre apagó la estufa, ella aún tenía aquella gran sonrisa que adornaba su rostro.
—Entonces te llevaré a la escuela.
Subieron al auto y el camino hacia el instituto, al que asistiría diariamente, fue silencioso. Cuando su madre aparcó frente al edificio fue como si agregaran un peso a sus hombros. El único recuerdo que tenía de asistir a clases era el de sus compañeros burlándose de él.
—Todo estará bien, harás amigos, lo prometo.
Miró a su madre. Un tipo como él no haría amigos nunca, lo tardarían de desquiciado.
—Ya están grandes, no son unos niños. Nadie se reirá —dijo su madre como si pudiese leer sus pensamientos.
Toby abrió la puerta y salió del auto bajo la mirada de su madre.
Suspiró al ver a sólo una parte del gran cuerpo estudiantil. Cuando entró todo se sintió ajeno a él, todos conversaban animadamente y reían. Excluido, así era como se sentía.
Encontrar el aula fue como un dolor de cabeza, aunque él no sabía cómo se sentía aquello. En cambio, elegir un lugar donde sentarse no fue tan complicado, en una esquina al fondo del salón, el lugar perfecto para él.
—Buenos días —saludó la profesora haciendo que todos tomaran asiento.
Ella dejó su maletín en el escritorio y buscó un plumón para comenzar a escribir una infinidad de cosas en la pizarra.
La mujer de no más de 40 años examinó el aula hasta que su mirada se posó en el nuevo alumno del salón 307.
—¿Por qué no me dijo que era nuevo?
Todos se giraron en dirección a Toby, quien se encogió de hombros en su lugar.
—Su nombre es Toby, ¿no?
Él asintió indispuesto a iniciar una conversación y a que fuese el centro de atención.
—¿Quiere presentarse?
—No.
La profesora frunció el ceño ante la negativa del muchacho.
—¿Entonces cómo se supone que tus compañeros te conocerán?
—¿Entonces cómo se supone que aprendamos si usted está parada allí perdiendo el tiempo con preguntas estúpidas?
Un coro de ¡Oh! recorrió el aula junto con risas y comentarios de estudiantes que buscaban echar más leña al fuego.
—Señor Rogers, dejaré pasar ese comentario sólo porque es usted es nuevo, pero le advierto que la próxima vez no seré indulgente, ya tenemos suficiente con la señorita Black.
La maestra continuó con la clase, pero su buen humor ya no estaba ahí.
***
La novela va a constar de pocos capítulos y de acuerdo si les gusta o no habrá segunda temporada ;)Respecto a la novela de Jeff, aún estoy arreglando unos detalles.
No me maten, la escribí en muy poco tiempo :s
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Broken [Ticci Toby Y Tú]
FanfictionElla curaba aquel dolor que penetraba su alma y lo dejaba más que roto y abatido.