Broken [Ticci Toby Y Tú]

Capítulo 2: Una vida, un corazón y una alma destrozadas.

Se dejó caer en la cama y sin querer su mente divagó nuevamente a aquel día.

En un segundo reían y charlaban, pero al siguiente su cuerpo estaba inerte y frío.

Todo había sucedido tan rápido, el impacto, los vidrios quebrarse, el olor a sangre y las sirenas de una ambulancia a lo lejos. Su hermana muerta, su rostro destrozado y todos sus huesos rotos.

Gritos llenos de dolor y ensordecedores inundaron aquel ambiente de muerte. Toby gritaba hasta desgarrarse la garganta, pero sus lamentos no se debían a los vidrios que penetraban su piel o a su brazo que estaba al rojo vivo. Estaba viendo el cadáver de su hermana completamente destrozado, una imagen que lo dejó más dañado de lo que ya estaba.

Su estadía en el hospital no fue un poco más agradable. Las miradas llenas de lástima por parte del personal médico lo asqueaban a morir. No quería aquellas miradas llenas de pena, no quería su maldita lástima. Toby no quería que lo trataran como si se fuese a quebrar, porque ya estaba roto.

El tan ansiado regreso a casa fue alentador... pero todo se vino abajo al ver a aquel hombre al quien se encontraba obligado a llamar padre. Ahí estaba él, riendo, queriendo (o más bien exigiendo) cariño por parte de Toby y su madre, como si nunca hubiese sido un monstruo con ellos.

Aquel sentimiento de tristeza lo golpeó con fuerza al recordar que ellos habían sido una familia feliz, una verdadera familia y ahora... ahora su hogar se había convertido en una sala de torturas.

Por más que se esforzaba no lograba recordar en qué momento todo comenzó a caerse en pedazos.

Enterró el rostro en su suave almohada, su vida se estaba volviendo una total mierda y, ¿qué hacía el para impedirlo? Nada, nada aparte de encerrarse en su habitación para lamentarse de su absurda y patética vida.

Desde el alcoholismo de su padre, hasta la violencia que ejercía en contra de las personas a quienes amaba y la cereza del pastel había sido la trágica y repentina muerte de su querida hermana. Era como si el mundo se hubiese puesto de acuerdo para joderle un poco (o mucho).